La cardiología deportiva (CD) es una rama de la cardiología, que no está reconocida como subespecialidad, pero que tiene mucho contenido especifico.

Quizás la parte más conocida de la CD es la relativa a la identificación de individuos en riesgo de presentar complicaciones con la práctica del ejercicio. Es decir, el screening o el reconocimiento médico-cardiológico deportivo.

En esto, lo que distingue al cardiólogo deportivo es la habilidad para diferenciar los cambios propios del corazón del deportista (que se producen como adaptación al deporte) de algunas enfermedades cardiológicas con las que pueden llegar a tener mucha similitud.

Diagnostico diferencial entre el corazón del deportista y las principales miocardiopatías.
Tomado de European Heart Journal (2015) 36, 1445–1453

Aquí hay que andar fino. Pero no es lo más difícil. Una vez identificada la patología hay que ser capaz de diferenciar la que va a dar problemas de la que no. Es decir, separar el grano de la paja o, mejor dicho, buscar la aguja en el pajar. Una intervención de la que se desconocen, tanto la eficacia, como la seguridad (enlace).

Pero para mí, la esencia de la CD es más bien la parte que se ocupa del consejo médico-cardiológico deportivo. Esta parte se solapa mucho con la rehabilitación cardiaca (RHC) porque ambas tratan con pacientes con algún diagnóstico y a los que hay que asesorar sobre la mejor forma de ejercitarse.

Desde fuera, un paciente de RHC es un paciente sin aspiraciones deportivas y al que hay que instruir sobre como ejercitarse para obtener los mayores beneficios de la actividad física (AF). Sin embargo, cada vez son más los pacientes de RHC que eran previamente activos y que lo que preguntan es…

… ¿Dr. hasta donde puedo llegar?

Esta pregunta es muy frecuente. Y la respuesta no siempre muy acertada.

En el contexto del paciente sedentario de RHC, el problema es más bien el contrario. Conseguir que la persona mantenga a largo plazo las recomendaciones del ejercicio que consideramos saludable para él. Por lo tanto, la respuesta más acertada en estos casos es…

… No se. ¿Hasta donde estas dispuesto a llegar?

Sin embargo, es en los pacientes previamente activos en los que más a menudo me viene a la mente la definición de la RHC. Quizás porque es precisamente en éstos en los que más se ignoran los principios de la RHC.

Según la definición clásica, la RHC es

la suma de las actividades necesarias para influir favorablemente en la causa fundamental de la enfermedad, y para procurar las mejores condiciones físicas, mentales y sociales, de forma que el paciente pueda, por sus propios medios, retomar o preservar un lugar en la comunidad tan normal como sea posible”.

OMS 1964

Quiero extraer de la definición la idea que más capta mi atención. Quizás porque se descuida más de lo que creemos:

Procurar las mejores condiciones físicas, mentales y sociales, de forma que el paciente pueda, por sus propios medios, retomar o preservar un lugar en la comunidad tan normal como sea posible”.


“…las mejores condiciones físicas, mentales y sociales…”

Evidentemente.

“… por sus propios medios…”

Es decir. De forma autónoma.

“…tan normal como sea posible”

Y… ¿Quien decide lo que es normal?

Yo lo tengo muy claro. Para mi lo que es normal es la situación de la que viene el paciente, que es exactamente la que él había elegido.

No solo se trata de realizar AF con seguridad, también hay que sacarle el mayor beneficio posible y ser muy cuidadosos para no limitar más de lo necesario a los sujetos activos.

Cuando estos pacientes preguntan hasta donde pueden llegar, hay una serie de respuestas que son muy populares.

  • Simplemente evita el deporte de competición” o,
  • limitate a hacer ejercicio de intensidad moderada”,
  • “evita la alta intensidad”,
  • “no pases de tal o cual frecuencia cardiaca (FC)”,
  • “no levantes más de 5 Kg”,
  • evita las cuestas”…

¿Que consideramos deporte de competición? ¿Con cuanto acierto discrimina la definición de deporte de competición el elemento decisivo en el riesgo? ¿Cual es el aspecto del deporte de competición que marca la diferencia? Supongo que todo deporte federado lo es. ¿Pero, las pachangas de futbito con los amigos, son o no son deporte de competición? ¿Las carreras populares, son o no son deporte de competición? Hay un largo etcetera. ¿Como se supone que tienen que interpretar los pacientes…?

Simplemente evita el deporte de competición.

Porque, la verdad, yo creo que no sabría hacerlo.

Y ¿que son el ejercicio de intensidad moderada y de alta intensidad? ¿Alguien sabria explicar cual es exactamenmte el umbral fisiológico que separa la intensidad moderada y la alta intensidad? A lo mejor nos estamos refiriendo a ejercicios de una intensidad absoluta de 3-6 METs (moderado) o >6 METs (intenso), que sabemos que no tiene nada que ver con la intensidad relativa, que es la única que podría tener un correlato fisiológico y un mínimo de sentido. ¿Podría alguien, por favor, darle una explicación al paciente para que entienda lo que son en realidad intensidad moderada y alta?

Y esa frecuencia cardiaca de seguridad que no deben superar… ¿a que se refiere? ¿Al 75% de la FC máxima teórica? ¿Al 85% de la FC en una prueba de esfuerzo máxima de 10 minutos en un tapiz con un protocolo en rampa? ¿A que se refiere ese porcentaje? ¿Con que precisión se aproxima a lo que pretende? ¿Como cambia con los distintos tipos de ejercicio? ¿Lo sabe el que aplica la fórmula a la ligera y le suelta la cifra al paciente?

¿5 Kg? Pero como, si mi nieto pesa 7! Que es lo que tiene que evitar este paciente, ¿la flexión del brazo contra 5 Kg? ¿Portear una bolsa de 5 Kg? ¿A lo mejor 2.5 Kg en cada brazo? ¿O se refiere a subir escaleras con una mochila de 5 Kg?

Quizás os parezca cachondeo, pero solo he puesto unos pocos de los muchos ejemplos reales que desfilan por la consulta.

Este tipo de consejos son un buen ejemplo de simplificación muy arbitraria y de un paternalismo un tanto absurdo qué, no solo no orienta a los pacientes, sino que los desorienta.

Los pacientes no entienden o no saben interpretar estos límites. Y lo sé porque me lo han dicho.

¿Donde está el origen del problema?

Dr. ¿Hasta donde puedo llegar?

Solo la pregunta, ya parte de una base equivocada. Asume que la relación entre la intensidad de la AF y las complicaciones es determinista. Y el tipo de respuestas que hemos analizado en los párrafos anteriores solo sirven para perpetuar el error.

La relación entre la intensidad de la AF y el riesgo de complicaciones puede ser determinista o estocástica.

Una relación determinista se da en los casos en los que a partir de una determinada intensidad aparecen problemas de forma más o menos reproducible. Si pasas de tal intensidad o FC comenzarán las arritmias o la angina de pecho, por ejemplo. En estos casos, los cardiólogos sí qué podemos establecer un umbral de seguridad, pero os aseguro que son una minoría.

La inmensa mayor parte de las veces, la relación entre la intensidad del esfuerzo y el riesgo de complicaciones tiene un comportamiento estocástico o probabilístico.

Es decir. Las posibilidades de un evento dependen en gran parte del azar.

Y que quiere decir eso? Pues que…

la respuesta a la pregunta, en realidad, la tiene el propio paciente.

A mi ningún paciente me pregunta si tiene que jugar a la lotería o al euromillon y mucho menos el dinero que tienen que invertir en la apuesta.

La gente no va al médico a preguntarle si debe o no subir una montaña de 8000 metros o ser astronauta. Todo el mundo entiende que la decisión les corresponde a ellos.

¿Os imagináis al tío de la foto preguntando si debe o no meterse en esta fiesta?

Con el ejercicio sucede exactamente lo mismo. La diferencia con las apuestas, con el alpinista y el astronauta es que, en este caso, el paciente siente que no tiene el criterio o los conocimientos técnicos para ponderar los riesgos y enfrentarlos a los motivos por los que mantenía un régimen determinado de ejercicio físico.

Por eso, la mejor respuesta a la pregunta…

Dr. ¿Hasta donde puedo llegar? Es…

No se . ¿Hasta donde quieres llegar?

Al hacer esta reflexión, los cardiólogos podemos tomar conciencia de cual es nuestro verdadero papel en la toma conjunta de decisiones.

Cual es el papel del cardiólogo deportivo?

Para mí, un cardiólogo que trata con deportistas es solamente un cardiólogo clínico con los conocimientos técnicos sobre la fisiología de la AF y sobre el tipo de demanda que impone cada deporte. Conoce los distintos tipos de riesgo, como se comportan estos riesgos, las variables que aumentan o disminuyen los riesgos y las estrategias para gestionarlos.

El deporte es un estilo de vida, y si vas a ejercer una medicina del estilo de vida, lo primero es tener mucho cuidado de no imponer tu propio estilo y valores. Hay que hacer el esfuerzo de no caer en la tentación del paternalismo y las recomendaciones pret a porter que violan la autonomía y la idiosincrasia de cada paciente-deportista.

Un cardiólogo deportivo es un cardiólogo que se toma el tiempo para averiguar las motivaciones deportivas y la tolerancia al riesgo del paciente-deportista y para explicarle como se comporta el riesgo y como gestionarlo para…

Procurarle las mejores condiciones físicas, mentales y sociales

Y para que tenga las herramientas y su propio criterio…

…para que pueda, por sus propios medios, retomar o preservar un lugar en la comunidad tan normal como sea posible”.

Así sí, la cosa cobra sentido.

No se trata de conocer y aplicar guías. Se trata de aportar las herramientas para que cada paciente se pueda elaborar sus propias guías.

Es cierto que habrá pacientes a los que les pese la decisión incluso con los conocimientos para ello. El cardiólogo deportivo estará encantado de aliviar la carga de estos pacientes asesorando de la forma mas aséptica posible. En casos como éste, el objetivo sera reforzar la confianza del paciente en la decision final. Es fundamental no vivir con miedo.

En los próximos artículos hablaremos de como se comporta el riesgo con el ejercicio y de cuales son las variables que tiene que conocer el deportista para saber exactamente hasta donde quiere llegar en cada momento.