
La historia de Jaume
Jaume Juan Cantallops es un fornido mallorquín de 31 años que ha hecho deporte desde chaval. Jugó a futbol de portero hasta los 18, después a Rugby y durante los últimos 10 años se ha dedicado al Power Lifting y al Culturismo Natural.
En 2017 ganó el campeonato mundial de Culturimo Natural Amateur WNBF Heavyweigh y fué campeon de España de Power Lifting en su categoría.

En 2019 fué campeon absoluto de España de Culturismo Natural, estuvo clasificado entre los 16 finalistas del campeonato PRO MUNDIAL y, de paso, se hizo ½ Iron Man en 5 horas y 7 min.
Hace un par de años se hizo un reconocimiento médico y fue diagnosticado de una dilatación patológica de la aorta. Se le advirtió de los riesgos relativos a la práctica de su deporte con un aneursima en la aorta, pero Jaume siguió con su régimen deportivo al más alto nivel.

Estaba levantando 265 Kg en Squat, 180 Kg en el press de banca y 310 Kg en peso muerto.
Se veía campeón de España para su categoría este año. Estaba pletórico y quería seguir compitiendo, pero algo ha activado su sentido de la responsabilidad.

Jaume esta a punto de ser padre y ha decidido consultar para ver como iba el tema de su aorta. Se ha hecho un nuevo reconocimiento médico que corrobora lo que ya sabía: Válvula aórtica bicúspide con un aneurisma de raíz de aorta de 47 mm.

El riesgo de los aneurismas de raíz de aorta y el deporte
Como veis en la imagen, los aneurismas son como un globo. Cuanto más hinchados están, más fácil es seguir hinchándolos y que revienten. En el caso de la aórta, la sangre que circula en su interior ejerce una presión (la Presión Arterial propiamente dicha o PA) y un estrés mecánico con cada latido (dP/dt). La dP/dt es la diferencia entre la PA sistólica o PAS (la alta) y la PA diastólica o PAD (la baja), dividida por el tiempo que dura la contracción del corazón. Es el equivalente de la violencia con la que golpea el latido cardiaco la pared de la aorta. A mayor PAS y mayor dP/dt, mayor es la posibilidad de dilatación o rotura de la aorta. Lo retomaremos.
La válvula aórtica bicúspide es la anomalía congénita más frecuente del corazón. La válvula aórtica, en vez de estar compuesta de tres componentes móviles, tiene dos.

En el caso de jaume la válvula aórtica bicúspide funciona bien, pero la raíz de aorta, que es el fragmento de aorta inmediatamente posterior a la válvula aórtica, es constitucionalmente más debil y recibe un flujo de sangre diferente del normal. Esto es lo que hace que la aorta se dilate progresivamente.

El ejercicio físico, por su parte, impone cambios hemodinámicos adicionales y un estrés parietal aun mayor sobre la aorta que también hay que tener en cuenta.
En los ejercicios dinámicos (carrera, ciclismo…) aumenta el gasto cardiaco y disminuyen las resistencias periféricas. Así, la PAS aumenta progresivamente con la intensidad del ejercicio mientras que la PAD no aumenta, o incluso desciende ligeramente.

Como podéis apreciar, la diferencia entre la PAS y la PAD aumenta (dP) al tiempo que disminuye la duración del latido por el aumento de la FC (dt). Es decir, aumenta la dP/dt o la violencia con la que golpea el corazón la aorta en cada contracción.
Los esfuerzos estáticos (simplificando, los de fuerza) son diferentes. Las resistencias periféricas aumentan. Por el contrario, el gasto cardiaco y la FC aumentan muy poco. Así, se pueden elevar muchísimo la PA sistólica y la diastólica, pero la dP/dt aumenta muy poco.
Es decir, el ejercicio físico en sus dos formas predominantes impone un estrés mecánico en la aorta con el riesgo teórico de dilatarla o romperla y, aunque no está del todo claro si el deporte en realidad dilata la aorta en sujetos sanos y con válvulas aórticas bicúspides (si lo hace, es muy poco), el ejercicio físico sí que es un desencadenante reconocido de disecciones y roturas de aorta.

Hacer deporte con un aneurisma de aorta torácica es como conducir con miopía. Las posibilidades de un accidente grave aumentan. Si ademas compites o haces carreras con el coche, las posibilidades de salirte de la carretera y estamparte son muy altas. Más, cuantas más dioptrías tienes. Más, cuanto más mide tu aórta.
Además, los deportes en los que la fuerza máxima es la aptitud competitiva, si que se asocian a una mayor dilatación de la aorta y, esta a su vez, con el tiempo de la práctica deportiva y con una tasa sospechosamente alta de disecciónes aórticas
La disección de aorta es una emergencia que requiere cirugía urgente. En casos más severos, la aorta puede llegar a romperse y producir la muerte de forma instantanea.
Ref 1, Ref 2, Ref 3, Ref 4, Ref 5, Ref 6
Las recomendaciones oficiales
Debería Jaume seguir compitiendo en su deporte? Las recomendaciones de las guías y la opinión de todos los cardiólogos que le han asesorado es unánime y categórica. Competir es demasiado peligroso.
Las guías americanas dicen que los deportistas con una válvula aórtica bicúspide y una raíz de aorta de >43 mm no deberían participar en ningún deporte con riesgo de colisión. Y con diámetros de más de 45 mm, en ningún deporte de competición.
Creo que esto podría ser discutible, pero hay una cosa que esta clara, el Power Lifting y el Culturismo dan mucho miedo con una aorta de 47 mm.
El problema de estas guías es que son específicas para los deportes de competición. Resuelven un dilema: competir o no competir, pero al mismo tiempo generan un problema. Porque a Jaume le ha quedado claro que no va a competir y lo acepta con deportividad. ¡Valga la paradoja!
“Vale. Me ha quedado claro. No puedo competir pero…”

Las recomendaciones que ha recibido son las que constan en las guías de Cardiología Deportiva de la Sociedad Europea de Cardiología y otras muy similares que tienen orientación para el deporte recreativo.

Lo que dicen todas ellas con pequeños matices es, que solo se recomiendan los deportes de habilidad y deportes dinámicos o mixtos de baja intensidad. Es decir, los deportes de la primera columna y los deportes en verde de la tercera y cuarta columnas. Pero nada de salir a correr o bailar con ganas por ejemplo.
Además, todas las sociedades científicas parecen estar de acuerdo en que el ejercicio dinámico se considera más apropiado que el estático.

Y estas son las recomendaciones que ha recibido. Se le ha llegado incluso a recomendar no cargar con bolsas de más de 5 kg en cada brazo.
Es decir, que con esa miopía, nada de carreras y, para conducir, solo en carreteras de sentido único con 3 carriles y sin curvas.
Y con buena iluminación.
¡Y despacito!
El problema de estas guías es que son bastante ambiguas a la hora de clasificar los deportes.
¿Que coño son el futbol, el baloncesto y el balonmano adaptados? O lo das todo, o tus amigos no te eligen en su equipo.
Además, son tremendamente arbitrarias y están basadas en la opinión de expertos que a su vez están basadas en humo y en la interpretación subjetiva de una evidencia mecanística y circunstancial. Y el riesgo es un concepto o una magnitud demasiado relativ@ para tan poca evidencia.
¿Donde están las cifras de riesgo aproximadas para poder hacernos una idea de la verdadera magnitud del riesgo?
¿Cual es la tolerancia al riesgo de los expertos que han redactado las guías? ¿Cuales son sus motivaciones o aspiraciones deportivas? ¿Habrán contemplado la necesidad de canalizar la tremenda energía que calza nuestro amigo Jaume?
¿Habrán tenido en cuenta la posibilidad de depresión o el cambio a un estilo de vida asociado a otros riesgos en el futuro?
Ya contesto yo.
¡NO!
Y en parte se entiende. Me atrevería a decir que el aneurisma de aorta ascendente es el tipo de patología que más incomoda al cardiólogo deportivo. El grado de incertidumbre es altísimo y no da síntomas hasta que es demasiado tarde. Esto no es como las muertes súbitas por una arrítmia maligna que tienen unas posibilidades altísimas de resucitación con un desfibrilador. Aquí las complicaciones son tan impredecibles y a la vez, tan absolutamente dramáticas y definitivas, que no permiten un error.
El aneurisma de aorta, en el mejor de los casos, se diseca y da lugar a una situación que se podría resolver con una cirugía urgente. El problema es que asocia una mortalidad hospitalaria aproximada del 30%, a la que hay que sumar la mortalidad prehospitalaria que se estima en un 20%.
En definitiva. Da miedo. Y el miedo es una emoción. Y las emociones contaminan el buen juicio y, como resultado, dan lugar a unas recomendaciones excesivamente conservadoras. Esto es lo que en psicología de las decisiones y en finanzas se conoce como aversión a la pérdida o aversión al riesgo (Enlace, Enlace). Y después estamos los clínicos, con las mismas incertidumbres y miedos que los autores de las guías, pero con el paciente delante.
Podría dejarme llevar por el miedo, ponerme en plan conservador, obedecer a las guías, cubrirme las espaldas y darle una patadita en el culo a Jaume para que desaparezca de mi horizonte. Pero si me conocéis, ya os habreis dado cuenta de que…
- …no soy conservador y…
- …me motivan mucho los problemas difíciles como el de Jaume.
Tras la primera entrevista con Jaume me surgieron multitud de preguntas y me hizo reflexionar sobre las recomendaciones de las guías. definitivamente las guías me dejaban muy insatisfecho.
¿Cual es el verdadero riesgo de realizar los distintos tipos de ejercicio a distintas intensidades?
¿Voy a cambiar su pronóstico por uno mejor si le recomiendo ceñirse a las recomendaciones que ha recibido hasta ahora?
¿Que sucede en el cerebro de una persona cuando reduce de forma tan agresiva el régimen deportivo que, de hecho, era su modo de vida y una parte importante de su identidad y autoestima?
¿Que va a pasar con toda esa masa muscular cuando reduzca de forma tan agresiva su régimen de entrenamiento?
Le han aconsejado no levantar más de 5 kg con cada brazo. Que va a hacer con su hijo cuando pese más de 10 Kg? ¿De que riesgo estamos hablando? ¿De verdad tiene que renunciar a esto?
¿Y su trabajo? Es entrenador. Trabaja movilizando cargas. ¿También tiene que renunciar a esto?
¿De verdad un partido de Paddle supone una amenaza vital cuando lleva años haciendo Power Lifting y Culturismo?
Jaume lleva años haciendo el animal y ha hecho valsalvas de 10 segundos para levantar 310 Kg en peso muerto. Ha hecho series corriendo a 3´15” con sus más de 100 Kg y ha completado medio Iron Man con un muy buen tiempo. Es decir, ha estado ganando carreras nocturnas en carreteras de doble sentido con un carril y con muchas curvas con más 5 dioptrías. ¿De verdad tiene que parar de golpe? o se podría plantear algo más paulatino y que le permita adaptarse desde el punto de vista psicológico?
¿Se pueden dar unas recomendaciones menos ambiguas y que no generen más dudas que respuestas?
¿Se pueden dar unas recomendaciones menos generalistas y más adaptadas al caso particular de Jaume?
En definitiva: ¿Que guías habría redactado Jaume si conociera la evidencia que conocen los expertos que han hecho las guías? Vamos a ayudarle a averiguarlo.
Dandole una vuelta al riesgo
Existe una cosa llamada ”paradoja del aneurisma de aorta”. Esto quiere decir que se disecan más aortas de menos de 55 mm que de más de 55 mm. Pero esto no tiene nada de paradójico. Son muchas más las aórtas de menos de 55 mm que las de más 55 mm.
La disección y la rotura de aorta son raras con diámetros de 47-48 mm. Se disecan entre 2 y 6 de cada 1000 aórtas de 47-48 mm al año. Es a partir de los 60 mm cuando el riesgo se dispara a 70 disecciones anuales por cada 1000 aneurismas de aorta (Ref).

No sabemos cuanta gente ha muerto haciendo deporte por rotura de aorta.
Lo que sabemos es que, en un reciente registro norteamericano de muerte súbita en el deporte, solo el 3.3% de los casos se habían producido por rotura o disección de aorta. En el registro de muertes súbitas de la FIFA solo 1 de 162 se debía a una complicación de este tipo y, en el registro español de muerte súbita en el deporte, fueron 3 de 388 los casos de aortas agudas.
Aunque la calidad de la evidencia no permite hacer afirmaciones categóricas, parece haber una diferencia muy grande en el riesgo entre los deportes en los que la fuerza máxima es la aptitud distintiva o competitiva y el resto de los deportes. En una muestra de 42 disecciones de aorta relacionadas con el deporte, 26 se produjeron con la halterofilia. Además, la raíz de aorta de los deportistas de Culturismo, Halterofilia y Power Lifting es unos 5 mm mayor que la de sus equivalente no deportistas y, además, el grado de dilatación se relaciona con la duración del tiempo haciendo estos deportes (Ref 1, Ref 2). Inquietante sin duda.
En los deportes dinámicos en sujetos jóvenes y sanos como Jaume la elevación de la PAS es marginal (140-180 mmHg) en intensidades submáximas y rara vez superan los 210 mmHg en esfuerzos máximos.
Por el contrario, en deportes como la Halterofilia y el Culturismo se han llegado a registrar cifras de PA de 480/350 mmHg en un press de pierna. Y con el Valsalva esta respuesta puede ser aun mayor (Ref). Imaginaos el estrés que impone esto en la aorta. Más aún con la aórta dilatada.
Por si no os lo imaginais:
Una PA sistólica de 100 mmHg en una aórta de menos de 40 mm impone un estres parietal de unos 110 kPa. Con 200-220 mmHg (el equivalente a un esfuerzo aeróbico máximo) 300 kPa.
Con una aórta de 60 mm y 200 mmHg, nos ponemos en 850 kPa.
Para que os hagais una idea, la fuerza tensil máxima que era capaz de soportar un trozo de aorta de un paciente con un aneurisma antes de rasgarse era de unos 1000 kPa (Ref).
Ahora ya sabéis que esperar si sometemos una aorta de 60 mm a una PAS de 480 mmHg.
¡POP!
🙄
Da la sensación de que los deportes como el Culturismo y el Power Lifting son como un circuito con demasiadas curvas como para que nuestro conductor miope ande haciendo carreras.
Dicho esto, quiero dejar claras 2 cosas:
- La actividad física es un reconocido desencadenante de complicaciones aórticas graves con el deporte.
- Los deportes que implican fuerza máxima imponen un estrés brutal en la aorta y parecen asociados con un riesgo muy superior al del resto de los deportes.
Y ahora otras 3:
- El ejercicio dinámico NO es más apropiado que el estático.
- Restringir la actividad física a las recomendaciones de las guías clínicas no es garantía de nada en absoluto.
- Restringir la actividad física a las recomendaciones de las guías clínicas no me parece que le procure a Jaume el mejor balance entre riesgo y beneficio.
No os vais a quedar sin la explicación:
El ejercicio dinámico NO es más apropiado que el estático en los aneurismas de aorta.
Ya hemos explicado que los ejercicios estáticos máximos imponen un estrés mecánico excesivo en la pared aórtica y están asociados con una tasa relativamente elevada de complicaciones aórticas.

Sin embargo, el aumento de la PAS es bastante modesto cuando trabajamos con cargas de hasta el 80% de una RM. Fijaos en los siguientes gráficos. Las cifras rara vez superan las elevaciones habituales que vemos en los deportes dinámicos.

Ya habíamos explicado que, en los ejercicios de fuerza, como también aumenta la PAD, la diferencia de presión (dP) entre la PAS y la PAD es menor. Como la frecuencia cardiaca (FC) también es menor, el tiempo en el que se produce la elevación de la presión (dt) también es menor.
Por lo tanto, los golpes que recibe la aorta con cada latido (dP/dt) con los ejercicios submáximos de fuerza son bastante menos violentos que con los ejercicios dinámicos.
Ahora multiplica el estrés de cada golpe por el numero de impactos que recibes durante una sesión de ejercicio dinámico y compáralo con los de una sesión de ejercicio estático. En una sesión de fuerza rara vez el tiempo bajo carga va a pasar de 15 min. En una sesión de ejercicio aeróbico rara vez va a bajar de 30 min. Teniendo en cuenta que en cada minuto el numero de golpes (frecuencia cardiaca) es mayor con los ejercicios dinámicos que con los ejercicios más estáticos, es facil entender que el estrés mecánico que acumulamos durante una sesión submáximna de fuerza es MUUUUUY inferior al que acumulamos en una sesión de ejercicio dinámico equivalente.
Son los esfuerzos máximos de fuerza los que disparan el riesgo. No los esfuerzos submáximos. No olvidemos que la fuerza se entrena prácticamente en todos los deportes y ya hemos explicado que las muertes por disecciones de aorta son anecdóticas en el deporte. Y podemos afirmar que esto no es el resultado de la detección precoz de los aneurismas de aorta porque rara vez se hacen reconocimientos con ecocardiograma a los deportistas.
Restringir agresivamente la actividad física no es garantía de seguridad.
La primera descripción de una aorta aguda corresponde al Rey Jorge II de Inglaterra cuando apretaba en el retrete. Se describe un trombo del tamaño de una pinta colapsando todas las cavidades de su corazón a modo de taponamiento cardiaco (Ref).
La mayor parte de los aneurismas de aorta que se complican suceden al margen de la actividad deportiva. Esta debe de ser otra paradoja de los aneurismas de aorta. En una serie de 650 pacientes, solo 1 de cada 25 disecciones de aorta sucedían durante la práctica deportiva. De forma caprichosa (morbosa casi), un tercio de ellas jugando al golf. Uno de esos deportes permitidos. Vaya! Parece que esto de los aneurismas de aorta esta lleno de paradojas.
En este otro estudio retrospectivo dos terceras partes de las disecciones estaban relacionados con la actividad física, pero en muchos casos cotidiana (cargar pesos pesados, relaciones sexuales…). No necesariamente haciendo ejercicio como tal.
¿Deberíamos prescribir laxantes y contraindicar las relaciones sexuales a los pacientes con aneurismas de aorta?
🤔
Demasiado habría que condicionarle la vida a una persona para NO SÉ que garantías, SOLO, de que no se te va a complicar ese aneurisma de aorta. El problema es que hay muchas más cosas en el cuerpo además de la aorta.
Restringiendo agresivamente el ejercicio físico lo único que hacemos es lavarnos las manos. No procurar el mejor pronóstico al paciente.
El ejercicio físico tiene un montón de beneficios. Entre ellos, reduce la PA y los factores de riesgo cardiovascular que, por cierto, son los principales responsables de las complicaciones de los aneurismas de aorta a largo plazo. Además, el ejercicio físico moderado reduce el ritmo de crecimiento de la aorta y mejora la ultraestructura de la pared aortica en ratas con Marfan. Es decir, el ejercicio físico que, por supuesto, incluye las relaciones sexuales, podría reducir el riesgo de rotura de aorta a largo plazo. Otra paradoja de la aorta que es, de hecho, la propia paradoja del deporte.
Pero no solo eso.
Jaume ha construido su figura, su personalidad y su autoestima en torno a su rol como deportista. Trabaja en el deporte. Le gusta y se le da bien. Trabaja movilizando cargas de bastante más de los 10 Kg que le han sugerido que no levante. Sus conocimientos, sus temas de conversación, su vocabulario, su red social…, todos giran en torno al mundo del Power Lifting y el Culturismo. Y, de repente, solo puede pasear al perro y hacer las compras con un carro eléctrico.
- ¿Que va a hacer Jaume ahora con toda esa energía que tiene?
- ¿Que va a pasar con su estado de ánimo?
- ¿Que va a pasar con su autoestima?
- ¿Que va a pasar con su trabajo como autónomo?
- ¿Que va a pasar con sus hábitos orientados a la salud?
Todo esto no son exageraciones. Está bastante bien documentado, tanto en pacientes cardiológicos como en pacientes con patología aórtica (Enlace, Ref 1, Ref 2, Ref 3)
En estos casos siempre me acuerdo de mi amigo y compañero Unai Arrieta. La parte que le toca como psicólogo de deportistas se me antoja bastante más árida que la mía 😥.
En fin, esperemos que no le de por jugar al For Night y beber cerveza o fumar porros por ejemplo.
Este otro artículo, además de las secuelas psicológicas, también recoge la ganancia de peso como consecuencia de la restricción del ejercicio físico. De momento Jaume va por un 15% de peso graso en sus antropometrías. Esperemos que no este cogiendo carrerilla.
🤞
Las guías no contemplan todo esto. Desde una posición muy conservadora, te dicen como lavarte las manos y eludir la responsabilidad sobre un potencial riesgo. Por otro lado, para los clínicos, lo más fácil es ceñirnos a las guías. Así, nuestro consejo jamás podrá ser reprochable. Pero personalmente creo que hay que ir un poco más allá y poner sobre la mesa todas las variables para encontrar la mejor solución a cada caso.
Y no estoy diciendo que Jaume deba seguir compitiendo. Coincido con el criterio de que competir en deportes de fuerza es muy arriesgado. Lo que estoy diciendo es que el mejor consejo deportivo para Jaume está muy lejos de lo que dicen las guías y de los 5 Kg con cada brazo que le han recomendado no superar.
Ahora viene la parte en la que me tengo que mojar y convertir todas estas elucubraciones en unas recomenbdaciones hechas a medida para Jaume.
Vamos con el ejercicio dinámico:
Hicimos una prueba de esfuerzo máxima en cicloergómetro a Jaume con el objetivo de conseguir una curva detallada de su PA y encontrar las zonas de transición metabólica.

En esta publicación estiman que parece prudente evitar las intensidades de ejercicio que eleven la PAS por encima de los 200-220 mmHg. Rebajar ligeramente este umbral a 180-200 mmHg nos da un extra de seguridad y nos permite meter el entrenamiento dinámico en la zona de intensidad moderada entrenando a unos 275-300 W (unos 150 lpm). Esta zona de entrenamiento coincide con las intensidades con las que se vio el mayor beneficio en la aorta de las ratas con Marfan. Para la carrera se puede utilizar como referencia una FC de unos 160-165 lpm, y para la natación, una sensación subjetiva equivalente de esfuerzo. Intensidades, todas ellas, bastante satisfactorias para Jaume. Teniendo en cuenta que no va a competir, trabajar en las zonas de muy alta intensidad y con esfuerzos máximos no parecen tener demasiado sentido y pueden incrementar el riesgo sensiblemente.
Para el entrenamiento de fuerza.
Este es el punto más delicado y controvertido de todo el asunto. Primero había que aclarar como se comportaba la PA de Jaume con los ejercicios isométricos. Hicimos una curva de presión arterial haciendo un isométrico en la prensa de pierna con distintas cargas. Este es el ejercicio más ampliamente estudiado y el que más parece elevar la presión arterial. Brazo izquierdo apollado, sin hacer fuerza y medida de la PA con un tensiómetro automático homologado.

- Isométrico de 45” con 80 kg: 145/97 mmHg y 75 lpm.
- Isométrico de 60” con 100 kg: 183/119 mmHg y 78 lpm.
- Isométrico de 60” con 120 kg: 181/126 mmHg y 85 lpm.
Descanso para recuperarse:
- Isométrico de 40” con 160 kg: 176/117 mmHg y 82 lpm
😳
No se si os habeis dado cuenta pero no hemos superado ni una sola vez el umbral de seguridad que nos hemos fijado para el entrenamiento dinámico. Con una dP/dt considerablemente menor. Y con un estrés acumulado (dP/dt x el número de latidos de una sesión de ejercicio) descomunalmente inferior.
– Una última prueba Jaume. Pon solo una pesa de 10 Kg.
– ¿Me estas vacilando?
– Cuando nadie te mire. No quisiera arruinar tu reputación.
- Isométrico de 45” con 10 kg de mierda: 168/112 mmHg, 74 lpm.
😳😳
Ahi teneis. El equivalente a los 5 kg con cada brazo, en plan paseo del granjero, que le habían recomendado no superar.
Me baso en los siguientes hechos bien contrastados para las recomendaciones del ejercicio de fuerza:
- La respuesta de la PA y la dP/dt con cargas de hasta el 80% de una RM es bastante modesta.
- Los esfuerzos máximos de fuerza y los que implican maniobras de Valsalva incrementan muy considerablemente el estrés mecánico sobre la aorta.
- La masa muscular implicada en el trabajo influye en la respuesta hemodinámica y los ejercicios unilaterales aumentan menos la PA que los bilaterales.

- El numero de repeticiones y la velocidad de ejecución del gesto reclutan gasto cardiaco y frecuencia cardiaca y elevan el estrés mecánico en la aorta.

- El estrés hemodinámico también aumenta a medida que hacemos más series y se acumula la fatiga.

- La completa recuperación hemodinámica tras un ejercicio de fuerza puede requerir más de 2 minutos.
- El entrenamiento con restricción de flujo (Técnica de Kaatsu) amplifica el estímulo metabólico y puede reducir el estrés mecánico en la aorta para un mismo grado de hipertrofia (Ref 1, Ref 2).
En base a todo esto se le recomienda:
- Priorizar cargas del 70-80% frente a cargas inferiores.
- Trabajar con un bajo número de repeticiones y con RIR (repeticiones en la recámara) de al menos 2-3.
- No trabajar con cargas máximas ni repeticiones cercanas al fallo y parar cuando no podamos mantener un patrón respiratorio normal. Evitar los esfuerzos que impliquen la maniobra de Valsalva.
- Reducir la velocidad de ejecución del gesto con fases concéntricas y excéntricas de al menos 2-3 segundos.
- Hacer recuperaciones largas entre series de al menos 2 minutos.
- Para añadir componente dinámico a las series y limitar el estrés mecánico en la aorta se puede usar la técnica de Kaatsu.
Los deportes:
A Jaume le gusta jugar pachangas de Futbito y a Padel. Ambos deportes imponen unas demandas dificiles de gestionar jugando contra rivales que no van a ser menos cabrones porque tu tengas un aneurisma en la aorta.
Además del estrés hemodinámico de la propia actividad física, algunos deportes y actividades pueden imponer un estrés mecánico adicional sobre la aorta en forma de traumatismos (futbol, hockey, rugby, caídas esquiando…) o en forma de movimientos bruscos de rotación mientras se aguanta la respiración (baloncesto, tenis, golf, baseball, palear nieve, cortar leña…) que se ha visto que pueden ser denominadores comunes de algunos casos de disección de aorta. Por eso se desaconsejan los deportes con riesgo de impacto o con torsiones bruscas del cuerpo al tiempo que se aguanta la respiración. En ese sentido, el padel y el futbol no parecen los deportes más apropiados para Jaume.
Aun así, 47 mm en una persona de 188 cm no son como 48 mm en una persona de 170 cm. No tiene una aorta significativamente distorsionada y el volumen aneurismático está bastante limitado a la porción inicial de la aorta (los senos de Valsalva). Tampoco tiene antecedentes familiares de muerte súbita por este motivo ni síndromes asociados a formas malignas de enfermedad de aorta (Ref).
La verdad es que no creo que esto sea garantía de nada, pero no puedo evitar pensar que hay que tener muy mala suerte para que un partido de Padel pueda producirte el problema que no se han producido en 2 años haciendo el animal, levantando 310 kg en peso muerto con brutales maniobras de Valsalva, compitiendo y llegando al más alto nivel en deportes de fuerza.
Además, Jaume debe de saber que sus tensiones arteriales tienen que estar bien controladas y debe saber que cualquier dolor intenso del pecho es un dato de alarma que le debe hacer abandonar lo que sea que esté haciendo y acudir a un servicio médico de urgencias inmediatamente.
– “Una última cosa Jaume. La evidencia es floja y las guías no se ponen del todo de acuerdo en su importancia (Ref 1, Ref 2), pero los betabloqueantes reducen la respuesta de la FC y la dP/dt con el esfuerzo y tienen el potencial de reducir el crecimiento del aneurisma y el riesgo de complicaciones. Los considero recomendables en tu caso“.
– Zigor. Para lo bueno y para lo malo, soy culturista NATURAL.

Otras entradas de la serie “casos clínicos”
- Mis dos infartos, el cordino del trineo y un paracaidista naufragado
- Gestión del riesgo en nadador de élite con miocardiopatía
- Gestión del riesgo en Crossfitero de competición con disección coronaria
- Resolviendo el entuerto del surfero enamorado con un desfibrilador
- Culturista natural profesional con aneurisma de aorta. ¿Y ahora qué?
- Pelotari profesional. Sincronizando una pericarditis con la competición
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Os dejo el enlace a una charla que he impartido recientemente en el Colegio de Médicos de Bizkaia.
El taburete representa la base sobre la que se apoya la salud cardiovascular y, cada una de las patas, un pilar fundamental del estilo de vida. En concreto, el ejercicio, la alimentación y el sueño.
La restauración se refiere al modo en el que podemos mejorar dichos pilares para optimizar la salud cardiovascular de los pacientes y población.
Tuve la suerte de que además del streaming, había algunas personas en el público a las que poder dirigirme directamente.
Espero que os guste.
Tenía pensado aparcar la escritura un tiempo porque se me amontonan las “obligaciones”, pero me acabo de cruzar con un paciente que me ha hecho afilar las herramientas de cardiología deportiva y me apetecía compartirlo.
Es un ejemplo muy bonito de readaptación deportiva tras un diagnóstico/tratamiento cardiológico, con enseñanzas prácticas y con un final feliz.
Gorka tenía 14 años cuando se compró su primera tabla de surf. Comenzó en una pequeña playa de olas en su pueblo de veraneo en Galicia y poco a poco fué colonizando el mundo. Al principio de surfari en Portugal, con esas acampadas a base de perolos de pasta, algo de chufla y superetubos. Allí se tiraban 2 semanas todos los años hasta acabar empachados de surf, espaguetis y cachondeo.
Con 22 años se las apañaba para compatibilizar la carrera de farmacia con un mes entero surfeando hasta el hastío en Jefreys Bay (Sudáfrica).
Crear una familia y su trabajo como farmacéutico no le han impedido seguir viajando para surfear y hacer turismo, al principio en Fuerteventura, después en Marruecos, en Bali, en Bali, en Bali. Y se enamoró. De Bali digo. Y allí se llevó a la familia otras cuatro veces para poder deslizarse en las olas de revista de esas playas del paraíso.

Gorka sabe que no es un surfero de alto nivel, pero sí un enamorado de su deporte, y para estar en forma combina los baños con un entrenamiento de fuerza con supervisión experta. Sabe que para disfrutar al 100% en el agua este aspecto del entrenamiento es imprescindible.
Su último gran viaje ha sido a Canada, y tenía grandes proyectos para el futuro y una salud de hierro, hasta que el pasado 22 de julio, a sus 44 años, comienza con un intenso dolor en el hombro izquierdo, sensación de mareo y nauseas. 5 horas más tarde, tomando un café en una cafetería con unos amigos, empieza a sentirse mal y, finalmente, pierde el conocimiento.
Todavía con el susto en el cuerpo, se acerca a su hospital de referencia. Una vez en urgencias, lo ubican en un box, le hacen un electrocardiograma, le sacan muestras de sangre y lo dejan monitorizado en su cama a la espera de los resultados.
De repente Gorka empieza a fibrilar.

La fibrilación ventricular (FV) es una arritmia de las malas-malísimas. La actividad eléctrica en el corazón es tan absolutamente rápida y caótica que no se produce ni un solo latido eficaz y la sangre deja de circular. Así, Gorka, pierde el conocimiento y se activa el protocolo de resucitación que termina con una descarga eléctrica con 200 J de energía bifásica en su pecho.

El corazón empieza a latir de nuevo y Gorka vuelve a nacer.
Después de 11 días de estudio y tratamiento hospitalarios, Gorka está de vuelta en su casa. Su nueva situación es la de de un varón de mediana edad, enamorado del surf y el deporte al aire libre, sano hasta hace menos de 2 semanas y que ahora tiene:
- Un síndrome de Wolf Parkinson White que no se ha conseguido ablacionar. Os dejo el enlace a la mínima información necesaria para que sepáis de lo que estoy hablando. Y no os preocupéis si no lo entendéis porque va a dejar de ser importante.
- Unos síntomas, una analítica y una resonancia magnética del corazón que apestan a infarto agudo de miocardio.
- Un cateterismo que muestra unas arterias coronarias sanas, que ha hecho dudar de la posibilidad del infarto y, como consecuencia…
- un desfibrilador implantable cubriendo la posibilidad de que Gorka muera por un nuevo episodio de FV en el futuro.
Ah! Se me olvidaba. También la recomendación explicita y no negociable de abandonar el surf y la natación por la inquietante posibilidad de perder el conocimiento en el agua y de dañar los componentes del desfibrilador.
BOOOOUM. Demoledor mazazo para alguien que lleva 30 años viajando por el mundo precisamente para pillar olas. Supongo que habrá buenos motivos para semejante consejo. Lo que pasa es que yo no los veo.
El caso de Gorka es un caso muy interesante, conflictivo a ratos, y aunque igual no os encaja del todo el enfoque (a mi tampoco), de lo que se trata es de resolver el entuerto. No de encontrar gazapos. Vamos a centrarnos en los aspectos constructivos del caso. Vamos a ser creativos para dar con el mejor consejo cardiológico-deportivo en un surfero con un desfibrilador.
Un poco contrariado con el castrante consejo deportivo que había recibido, Gorka se presentó en la consulta el pasado 22 de octubre para ver si podía rascar algo más en lo relativo a su régimen de ejercicio.
Los síntomas de dolor torácico la misma mañana de la parada cardiaca, la lesión que se veía en la resonancia magnética y las alteraciones analíticas, dejan pocas dudas de que el desencadenante de la arritmia aquel día fue un proceso agudo. Y aunque la ausencia de lesiones coronarias en el cateterismo hace considerar otras causas como la infecciosa-inflamatora, en realidad, tiene toda la pinta de un infarto agudo de miocardio.
En cualquier caso, ambas posibilidades estan sujetas a consideraciones de aptitud deportiva muy similares una vez resuelto el proceso agudo. En ambos casos se trata de un corazón con una pequeña cicatriz que no impide su normal funcionamiento, las arterias coronarias están sanas y el comportamiento clínico, hemodinámico y eléctrico en la prueba de esfuerzo es totalmente normal.
La única diferencia, quizás, es que la posibilidad del infarto invita a mantener tratamiento antiagregante con acido acetil salicílico de forma indefinida. Este licúa la sangre y favorece un poquito las hemorragias, pero no va a condicionar el consejo deportivo.
El gran condicionante de la aptitud deportiva en este caso es el desfibrilador implantable, y es desde donde lo vamos a enfocar. Me voy a basar en las recientes guías europeas (ref 1 y ref 2) y en los datos del registro internacional ICD sports safety Registry (ref 1) para disecar el caso.
El Desfibrilador Automático Implantable (DAI) es un aparato compuesto por una petaca del tamaño de una Oreo y un cable o electrodo con el extremo distal fijado en la punta del ventrículo derecho. La petaca contiene la batería, el generador y toda la tecnología encargada de procesar la información que le llega desde el electrodo y de decidir el tratamiento que quiere aplicar en caso de detectar una arritmia.
Cuando detecta una arritmia mala (taquicardias ventriculares o TVs) tiene la opción de intentar interrumpirla con ráfagas de impulsos eléctricos indoloros. Esto está genial, pero cuando falla o cuando tenemos una arritmia de las malas-malísimas (fibrilación ventricular o FV -la arritmia que intentó acabar con Gorka-), lo que hace es darte un zurriagazo de unos 30 Julios dentro del pecho que ahora ya no es indoloro.

Gorka tiene programadas las terapias para arritmias malas (TVs) a partir de los 180 lpm, y para las arritmias malas-malísimas (FVs), a partir de los 220 lpm. Estás descargas eléctricas, cuando son adecuadas, te salvan la vida, pero cuando el cacharro se equivoca y te da un “viaje” cuando no toca, pueden convertirse en una pesadilla.
Aclarado esto….
…En los pacientes con un desfibrilador las preguntas que nos debemos hacer para valorar la conveniencia de uno u otro tipo de ejercicio son:
- ¿Que deporte quiere hacer nuestro paciente y cuales son sus motivaciones?
- ¿Puede la cardiopatía empeorar con el régimen de ejercicio?
- ¿Puede haber riesgo para el paciente o terceras personas si perdiera el conocimiento?
- ¿Cuál es el riesgo de que una taquicardia induzca una terapia inapropiada?
- ¿Cuál es el riesgo de que se dañe el dispositivo?
Vamos a ir pregunta por pregunta.
¿Qué deporte quiere hacer Gorka?
Gorka es un farmacéutico muy curioso, bien dotado intelectualmente, crítico y, sobre todo, muy sensato. No quiere poner su vida en peligro alegremente. Está dispuesto a limitar su régimen deportivo todo lo que sea necesario. Pero no más de lo que sea necesario. No querría dejar de meterse en el agua sin buenos motivos. Además, le gustaría complementar su deporte con ejercicios de resistencia cardiorespiratoria y de fuerza, haciendo carrera continua, ejercicios de fortalecimiento muscular en el gimnasio, etc…
Vamos, que quiere seguir viajando y estando en forma para pillar olas si se puede.
¿Puede la cardiopatía empeorar con el régimen de ejercicio?
Podemos afirmar con un nivel de certeza razonable, que NO.
Toda la pinta es la de un infarto. Con arterias coronarias limpias, pero un infarto. Al fin y al cabo no es una situación tan exótica y, aunque no hay forma de saber con certeza el diagnóstico o la causa exacta de lo que sucedió aquel día, como ya hemos dicho, existen muy pocas dudas de que se tratara de algo agudo.
Y esto es muy importante, porque cuando tienes una fibrilación ventricular en pleno infarto agudo o en una miocarditis aguda, por ejemplo, el riesgo arrítmico desaparece en cuanto se cura. Si las secuelas son importantes, podría persistir una situación de riesgo arrítmico, de riesgo hemodinámico, o de riesgo isquémico, pero no es el caso. La cardiopatía residual de Gorka a 3 meses del evento agudo es anecdótica. Su corazón funciona con normalidad y puede tolerar altas intensidades de ejercicio de tipo cardiovascular, dinámico, aeróbico o como querais mal-llamarlo y de ejercicios de fuerza.
Vale…
¿Puede haber riesgo para el paciente o terceras personas en caso de que perdiera el conocimiento?
Gorka tiene un síndrome de Wolf-Parkinson-White (sWPW) que no se pudo ablacionar durante el ingreso y, aunque en 44 años nunca le había dado problemas, existe el riesgo teórico de pérdida de conocimiento por arritmias rápidas en los pacientes con un sWPW. Y perder el conocimiento en el agua no mola nada.
Gorka es un reputado farmacéutico formulista y está convencido de que la Amiodarona, el fármaco antiarrítmico que tenía prescrito durante el ingreso para evitar fibrilar de nuevo y que el mismo había fabricado a petición del hospital ese mismo verano por rotura de stock, tuvo mucho que ver en el fracaso de la ablación.
Después de este retorcido capricho de la vida, había que intentarlo de nuevo, pero sin los efectos de su propia Amiodarona. Y esta vez la ablación fué efectiva y Gorka se puede considerar curado de su sWPW.
Y como ya hemos dicho, el riesgo de una nueva pérdida de conocimiento por una FV desapareció junto a la fase aguda de aquello que fuera lo del 22 de Julio.
Estamos en condiciones de decir que el riesgo de que Gorka pierda el conocimiento no es distinto al de cualquier otra persona sana, y que su cardiopatía residual no impone una limitación para el régimen de ejercicio que quiere mantener.
Pero ahora es cuando la cosa se pone divertida…
¿Cuál es el riesgo de que una taquicardia induzca una terapia inapropiada?
Gorka tiene programadas las terapias a partir de 180 lpm y está bastante acojonado porque a nada que corre un poco se pone a 170 lpm. Podríamos ponerle un betabloqueante para limitar su frecuencia cardiaca con el ejercicio pero, uno: no esta indicado en su caso y, dos: tiene efectos secundarios.
La recomendación en estos casos es monitorizar la intensidad del ejercicio con un pulsómetro para evitar acercarte a la zona de terapias.
Ahora imagina que vas corriendo tranquilamente por el campo, sol bajo de medio lado de las 6 de la tarde de un día de septiembre. Idilio rural. Tu música favorita en los cascos…
…interrumpida por los ladridos de un mastín que se aproxima a toda hostia.
Tienes 2 opciones. Hacer caso omiso del pulsómetro y correr huyendo del perro en dirección a las descargas, o huir de las descargas en dirección al perro, llevarte un tarisco, y de regalo, también una descarga, porque un susto de este pelo, bien vale una buena taquicardia.
Uno de los puntos más importantes en la toma de decisiones en los deportistas con un DAI tiene que ver, precisamente, con la posibilidad de recibir descargas del desfibrilador. Además de ser más frecuentes entre los deportistas, generan muchísimo estrés y miedo. Así, uno de cada 3 deportistas que recibe una descarga, deja su deporte, al menos temporalmente.
Sabemos que la causa más frecuente de terapias inapropiadas en el registro de ICD en deportistas fueron la taquicardia sinusal (la que tenemos de forma natural cuando huimos o luchamos con el mastín) y las taquicardias supraventriculares.
En un paciente que no ha tenido TVs (Gorka solo tuvo una FV), las terapias en la zona de TV no tienen demasiado sentido. Programar una frecuencia cardiaca más alta para las terapias disminuye muchísimo el problema de la taquicardia sinusal. Además, desde que se hizo la ablación de su sWPW, Gorka sabe que tiene menos posibilidades que yo, que no me he hecho nunca un estudio electrofisiológico, de tener alguna taquicardia supraventricular.
Anular todas las terapias de TV y dejar únicamente las terapias para FV por encima de los 220 lpm le da un respiro espectacular a Gorka desde el punto de vista psicológico y le permite ejercitarse a altas intensidades.
Ahora ya puede huir del mastín sin preocupaciones.
Pero aún hay un problema.
¿Existe riesgo de que se dañe el dispositivo?
Ya han pasado las 6 semanas para que se consolide la implantación del cacharro y Gorka no tiene intención de hacer deportes de contacto o con riesgo de colisión. Por ese lado no hay problema. Pero el cable sí que podría dañarse si no tiene algunas precauciones.
El cable del DAI, en su camino al corazón, entra en el tórax entre la clavícula y la primera costilla antes de envainarse en la vena subclavia. Cuando se hacen movimientos repetitivos con los brazos por encima del hombro, el espacio entre estos 2 huesos disminuye y se aplican fuerzas de cizalla que pueden dañar el electrodo.

En la imagen se puede ver una fractura completa del cable justo a ese nivel. La fractura completa del cable sería un problema menor para Gorka, porque es muy poco probable que vaya a necesitar el DAI en el futuro. El problema viene cuando el cable no se rompe por completo y empieza a hacer cosas extrañas.
En la imagen se puede ver como las señales eléctricas que emite el electrodo dañado pueden ser practicamente idénticas a las señales eléctricas de una FV.

¿Os podeis imaginar lo siguiente no?
ZASCA…
ZASCA…
Y así hasta 6-8 veces. Entonces el aparato considera que ya ha sido suficiente.
Angustioso, ¿que no?
Pues ya conozco un caso como este en un deportista que quiso seguir nadando.
A Gorka le preocupa que las brazadas para impulsarse en el agua sobre la tabla de surf y los jalones al pecho, las dominadas y los press de hombro y pecho alto, que son ejercicios principales en cualquier entrenamiento de fuerza, puedan dañar el cable a la larga y darle un disgusto de este tipo.
Entre los 2 hemos encontrado una solución muy elegante para el problema.
Para el entrenamiento de fuerza:
Recientemente he tenido el placer de conocer a Dani y Eric, dos entrenadores de la fábrica del ejercicio algo peculiares que se han formado, entre otras cosas, en el “high intensity strength training” (HIST) y el “slow training” y nos an dado la clave para solucionar este problema.
El HIST y el slow training son una forma de trabajar la fuerza con cargas altas (+/- 70% de una RM) y hacer repeticiones muuuy lentas, para evitar inercias y aceleraciones y para llegar al fallo en aproximadamente 2 minutos (1-3 min). Ponen mucho énfasis en evitar el Valsalva. No tanto por una cuestión de seguridad, como por evitar contaminar la pureza y la especifidad del gesto biomecánico. Este argumento sí que me convence (enlace).
Es un tipo de entrenamiento de fuerza orientado a buscar la dosis mínima de ejercicio con la máxima intensidad, con el objetivo de optimizar la seguridad, la eficacia y la eficiencia del entrenamiento. Y mientras que partidarios y detractores se entretienen debatiendo sobre las exquisiteces de la seguridad y eficacia de entrenar la fuerza de esta u otra manera, yo me quedo con que lo óptimo a menudo es enemigo de lo bueno, y les robo la idea para Gorka.
Para que os hagáis una idea; estamos hablando de 1 SOLA SERIE por grupo muscular, de 3-8 TRISTES REPETICIONES por serie, no más de 1-3 VECES A LA SEMANA. ¡¿Os imaginais lo que permite reducir el estrés mecánico del cable esta manera de entrenar?!
Me da igual cual sea la forma más efectiva y segura de entrenar la fuerza. El margen de beneficio y seguridad es inmenso con cualquiera de ellas y, en este caso, el del cable es un problema mucho más tangible que todos esos matices.
Y aunque no tengo clara la seguridad de trabajar en torno al fallo en determinados pacientes cardiológicos, con la cardiopatía de Gorka, esto no supone un problema.
Por lo tanto, la propuesta es sencilla. Para los ejercicios con los brazos por encima del hombro (dominadas, jalón al pecho, press de hombro y pecho alto, remo alto…) HIST o slow training. Quizás para todos los ejercicios que impliquen movimientos extremos de los brazos. Para el resto, el entrenamiento de fuerza que más le guste.
Resuelto el tema del entrenamiento de fuerza, nos queda saber…
… que podemos hacer para seguir surfeando:
– Perdona. ¿Has dicho: seguir surfeando?!
– Sí. Seguir surfeando.
– ¡¡Pero si hay que bracear un huevo para pillar las olas!!
– Depende.
Con el “Paddle surf” se puede remar manteniendo el brazo no dominante por debajo del hombro y disminuir mucho el arco de movimiento. Y yo no lo sabía, pero se pueden hacer cosas muy curiosas en el agua.

Y el “Knee board” te permite surfear de rodillas en la tabla y te deja los “pinreles” libres para calzarte unas aletas y propulsarte en el agua sin necesidad de bracear. Un truquillo que le enseño un surfero con las muñecas machacadas por la artritis reumatoide.

Puzzle resuelto. Ablacionando el sWPW, anulando las terapias por debajo de los 220 lpm, con el slow training para los ejercicios de fuerza y con el Paddle surf y el Knee board hemos encontrado una fórmula, con un nivel de seguridad más que razonable, que le permite a Gorka mucho más que quitarse el gusanillo.
Pura cardiología deportiva.

Otras entradas de la serie “casos clínicos”:
- Mis dos infartos, el cordino del trineo y un paracaidista naufragado
- Gestión del riesgo en nadador de élite con miocardiopatía
- Gestión del riesgo en Crossfitero de competición con disección coronaria
- Resolviendo el entuerto del surfero enamorado con un desfibrilador
- Culturista natural profesional con aneurisma de aorta. ¿Y ahora qué?
- Pelotari profesional. Sincronizando una pericarditis con la competición
Te dispones a expulsar los restos, pero se te resiste. Tu no estas dispuest@ a aceptar que eso vaya a quedar ahí indefinidamente y luchas por expulsarlo. Coges un poco de aire, bloqueas la glotis y haces fuerza con la musculatura espiratoria y abdominal.
Te pones rojo, se te hincha la vena y se te pone esa cara tan carácterística que te acompaña mientras intentas sacar aquello del recto.

Te estas viendo en un espejo. ¿Dirías que hay algo más ridículo que esa estampa?
¡Averigüemoslo!
La Maniobra de Valsalva (MV) se debe evitar durante el entrenamiento ya que es un acto instintivo que ocurre cuando se realiza entrenamiento de fuerza.
😳
¿¿Perdona?? ¿Pero que clase de argumento es ese? Imaginad que os dijera:
La respiración intensa se debe evitar durante el entrenamiento ya que es un acto instintivo que ocurre cuando se realiza entrenamiento dinámico de alta intensidad.
…La Maniobra de valsalva no favorece la estabilidad de la columna vertebral cuando se realiza levantamiento de peso. Por esta razón, es importante evitarla si se quiere seguir un modelo de entrenamiento saludable.
Ah!. Vale. Como no sirve para sujetar la columna cuando hacemos fuerza, entonces es un reflejo, no solo inservible, sino también autodestructivo y conviene evitarlo.
¡Claro que sí!
Y yo que pensaba que los reflejos estaban ahí para algo. ¡Que ingenuidad la mía!
Esto que os cuento, no me lo he inventado, y aunque en esta ocasión han conseguido caricaturizarlo, en realidad es un consejo muy extendido.
A la vista de los resultados contradictorios sobre si el aumento de la presión intratorácica e intraabdominal mejora la estabilidad del tronco y aumenta la fuerza máxima en las extremidades, y por los potenciales riesgos asociados a la maniobra, se recomienda evitar la MV durante el entrenamiento de alto nivel y sustituirlo por una espiración forzada. (Ref)
Hacía mucho tiempo que tenía pendiente este tema y enlazando con la serie de artículos sobre el entrenamiento de la fuerza, me he quedado sin excusas para seguir postergándolo.
La fisiología del Valsalva
La fisiología del Valsalva es extremadamente compleja y no estoy seguro de entenderla del todo. Además tiene variantes, pero vamos a simplificar. La versión hardcore la podéis encontrar aquí.
La maniobra consiste en una espiración forzada contra una via aerea superior cerrada, que produce un aumento de la presión dentro del tórax y abdomen y una serie de cambios hemodinámicos que imponen (o no; no lo sé) un estrés hemodinámico muy importante.
Los cambios hemodinámicos que se producen, tradicionalmente se han dividido en 4 fases.
*Si sois profanos y no especialmente curiosos os sugiero que os saltéis esta parte.

Fase I
Al hacer un esfuerzo espiratorio con la glotis o la vía aérea superior cerrada, se produce un isométrico de la musculatura espiratoria y abdominal y aumenta la presión dentro del torax y el abdomen. Este aumento de presión suele ser de unos 30-60 mmHg aproximadamente. Sin embargo, se pueden producir aumentos de más de 100 mmHg de forma voluntaria. Este aumento de presión se transmite a arterias, venas y cavidades cardiacas dentro del torax y, en igual magnitud, se transmite también al líquido cefalorraquideo y a las arterias extratorácicas, elevando la presión intracraneal, y la PA sistólica y diastólica.
Fase II
El aumento de la presión intratorácica impide la entrada de la sangre venosa hacia el torax y el corazón. Además, las venas de la parte alta del cuerpo carecen de las válvulas que sí que tienen las venas que vienen de la parte inferior del cuerpo. La sangre se expulsa literalmente hacia las venas que vienen de la cabeza y los brazos, y se nos ponen la yugular y la vena temporal como morcillas.
El corazón no se va a volver a llenar hasta que la presión venosa supere la presión intratorácica (unos 40-50 mmHg). Y, como no se llena, tampoco bombea. El gasto cardiaco se reduce a la mitad aproximadamente. Podría incluso llegar a pararse la circulación durante unos segundos. Después de subir en la fase I, la PA sistólica (la alta) cae ahora por debajo de los valores iniciales. Sin embargo, la PA diastólica (la baja), no se reduce significativamente.
Si la presión venosa aumenta mucho y la PA media disminuye más de lo conveniente, se podría perder la diferencia de presión que mantiene el flujo cerebral, y perder el conocimiento.
En la fase 2 tardía el cuerpo se da cuenta de lo que está pasando. Hay unos sensores en la aorta y las carótidas que se percatan de la situación y ponen en marcha una respuesta refleja que aumenta la FC y las resistencias arteriales para restablecer la PA. El cerebro disminuye las resistencias de sus arterias que se aprovechan de la subida de la PA para perfundir al propio cerebro y aguantar consciente esos segundos, hasta resolver la tarea en la que está asistiendo el Valsalva. Harían falta unos 30 segundos para conseguir una total estabilidad en esta fase, pero no es habitual prolongarla durante tanto tiempo.

Fase III
Al terminar la maniobra y cesar el esfuerzo espiratorio, disminuye bruscamente la presión intratorácica y produce una caída de la misma magnitud en la presión de todas las cavidades cardiacas, arterias, venas y líquido cefalorraquideo. Vuelven a caer la PA e intracraneal y se nos desinfla la vena. La caída de la PA es brusca y podría hacernos perder el conocimiento (Ref). En esta fase se vuelven a activar los receptores aórticos y carotideos, para activar una respuesta de estrés aun mayor, con más taquicardia y vasocontricción y, de repente… BOOOOM!!
Fase IV
Al liberarse la presión intratorácica, el retorno venoso aumenta a lo bestia. Entran cantidades ingentes de sangre en el tórax hacia un corazón que se estaba contrayendo con más fuerza y más rápido. Así aumenta un 40% la cantidad de sangre que estaba bombeando. Esta vez contra un sistema arterial impedante, como consecuencia del aumento reflejo de las resistencias que se había producido en la fase II tardía para poder mantener el flujo cerebral.
El aumento de la presión arterial es de unos 20-40 mmhg. En casos esporádicos hasta 80 mmHg.
Imaginaos lo que pasa también con el flujo cerebral. Decíamos, que las arterias cerebrales, a diferencia del resto, estaban dilatadas. Ávidas de sangre oxigenada. El aumento brusco de la PA se dirige a través de estas arterias. A su vez, la presión en las venas cerebrales disminuye bruscamente. La caída de la presión en el torax las ha exanguinado. La vasodilatación de las arterias y la diferencia tan brusca de presión entre las arterias y las venas cerebrales aumenta muchísimo el flujo cerebral.
Además, al liberar el Valsalva, la presión del líquido cefalorraquideo disminuye. Estas son las circunstancias ideales para que cualquier arteria debilitada en el cerebro haga…. ¡POP!
Por suerte, los receptores aórticos y carotideos se percatan de la situación y producen una respuesta bastante brusca de bradicardia y disminución de las resistencias arteriales. Esto restablece la normalidad en aproximadamente medio minuto.
En realidad, la respuesta es muchísimo más compleja e implica a la circulación pulmonar, interdependencia de las cavidades cardiacas, la autorregulación de la circulación cerebral, el liquido cefalorraquideo, etc. Si queréis profundizar os sugiero que leáis la revisión que os he comentado antes (referencia).
Y para que sirve?
Es una maniobra hiperversátil. Se produce de forma refleja con la tos, con el vómito, con las deposiciones complicadas y también durante el parto. Así nos asiste en el exorcismo y expulsamos al demonio de la vía aérea, del estómago, del recto o del útero respectivamente.
También podemos provocarla voluntariamente y aprovechar los cambios de presión y del tono neurovegetativo en un sin fin de maniobras diagnósticas y terapéuticas. Me voy a dejar muchas, pero sirve para quitar arritmias, para diferenciar los soplos cardiacos, para hacer pasar burbujas de un lado al otro del corazón, para abrir las trompas de eustaquio y quitarnos esa molesta sensación de los oídos en el avión, para estudiar la reactividad del sistema nervioso o la respuesta contractil en la insuficiencia cardiaca, etc. No pretendo que entendáis una sola palabra, solamente impresionaros con la versatilidad de sus aplicaciones en medicina.
Otros la usan para tocar instrumentos de viento, para echarse unas risas en un concurso de anormales jugando a sincopar voluntariamente (Ref) o, con un propósito un poco más loable, escaquearse de un examen (Ref) (un recurso harto util en la era de los LEDs y el coronavirus, en la que ya no es buena idea poner el termómetro a calentar en la bombilla).
Me quedan dudas de para que coño servirá durante el coito, y quizás también, cuando hacemos ejercicios violentos de fuerza.

Los riesgos teóricos del Valsalva
Los complejísimos juegos de presión entre cavidades, vasos sanguineos y distintas estructuras anatómicas y los cambios tan bruscos en la actividad del sistema nervioso vegetativo que se producen durante y después de la maniobra, pueden propiciar un amplio arsenal de complicaciones.
- Aumentan la PA y el consumo miocárdico de oxígeno, y esto podría dar lugar a isquemia miocárdica y angina de pecho.
- El aumento de la PA en un corazón con valvulopatías, hipertensión pulmonar o insuficiencia cardiaca podría descompensar una situación de precario equilibrio hemodinámico.
- Ya hemos explicado cómo la caída de la PA de las fases II y III puede producir síncopes. Inconveniente, sin duda, si tenemos una pesa de 100 kg encima del pecho.
- Además, los cambios de presión y del tono vegetativo en el corazón también pueden desencadenar arritmias.
- Los trombos del sistema venoso podrían burlar el filtro natural de la circulación pulmonar y pasar a través de un foramen oval permeable al sistema arterial, produciendo un ictus o una embolia arterial en cualquier otro territorio.
- Se pueden producir roturas vasculares en vasos intraoculares y nasales produciendo hemorragias. De la misma manera, se podrían romper también estructuras vasculares debilitadas, como por ejemplo, los aneurismas aórticos o intracraneales. Y esto es muy grave.
Veis que no son pocas las posibles complicaciones. Y estos suelen ser los argumentos para recomendar evitar la MV cuando hacemos ejercicios de fuerza.
Pero hay un pero:
La MV también se utiliza por algunos atletas para (estabilizar el tronco y la columna y) mejorar su rendimiento, especialmente en deportes como la halterofilia y el culturismo. Sin embargo, como los resultados con respecto a si el aumento de la presión intraabdominal e intratorácica aumentan la fuerza máxima en las extremidades son contradictorios, y por los riesgos potenciales asociados con la MV, se recomienda evitarla durante el ejercicio de alto nivel y utilizar una espiración forzada en su lugar. Sin embargo, cuando la producción de fuerza excede el 80% del nivel máximo, la MV se vuelve inevitable (Ref).
¿En que quedamos?
¿En que la evitemos durante el esfuerzo de alto nivel, o en que es inevitable?
¿En que la utilizan para aumentar el rendimiento, o en que no aumenta el rendimiento?
La verdad es que no sé si aumentará o no el rendimiento. De lo que estoy seguro es de que, si es inevitable, es porque se produce de forma refleja. Y los reflejos están ahí porque se han perfeccionado durante millones de años para ayudarnos. No para putearnos. Ningún sistema del universo perpetuaría un mecanismo capaz de autodestruirlo. Salvo el ser humano, que parece decidido a hacer una excepción.
Yo de esto no se mucho, pero…
… Si la MV no está ahí para aumentar el rendimiento, estará para alguna otra cosa. Jamás se me ocurriría pensar que soy más listo que millones de años de evolución y, además…
… lo de los riesgos teóricos no lo veo del todo claro.
Aumenta el consumo miocárdico de oxígeno y puede producir angina de esfuerzo.
No me atrevo a discutirlo. Pero:
- El tiempo que dura la maniobra es extremadamente corto para que la isquemia pueda suponer un problema real.
- También aumenta la PA diastólica, mejorando la perfusión coronaria y podría evitar la propia angina de pecho.
Produce una sobrecarga de presión que podría descompensar situaciones de insuficiencia hemodinámica.
No creo que éste suela ser un argumento habitual en contra de la MV. El juego de presiones al que se someten las cavidades cardíacas durante la MV es muy complejo y bastante impredecible, no sabría decir si protector o perjudicial (luego lo veremos). Además, el insulto es demasiado corto como para producir una congestión clínicamente importante.
En cualquier caso, estos pacientes (insuficiencia cardiaca, valvulopatías, algunas cardiopatías congénitas e hipertensión pulmonar) si que son más vulnerables al síncope.
Reduce el retorno venoso y puede acabar desencadenando un síncope.
Es cierto. Y en ocasiones lo hace. Explicábamos que en la fase II, la elevación de la presión venosa y la disminución de la PA media pueden reducir la diferencia de presión necesaria para mantener un flujo cerebral sin perder el conocimiento. Sobre todo si estás de pié, y más aún si te levantas bruscamente desde una posición de cuclillas.
La verdad es que no me gustaría tener un síncope con una pesa de 100 kg por encima de la cabeza, el cuello o el pecho.

Aunque hacer esto por afición no tiene mucho sentido fuera del juego de valores antinaturales por los que se rige el ser humano, podría ser que en los organismos en los que se ha desarrollado el reflejo durante millones de años, sí se diese la circunstancia de tener que hacer esfuerzos puntuales con pesos que podrían lesionarlos gravemente.
En estos casos, es el propio peso el que se encarga de que no te disminuya la PA media. Más bien al contrario. Los aumentos de presión que se producen con esfuerzos máximos contra resistencia son considerablemente mayores que los que se producen con una maniobra de Valsalva refleja (referencia). Y quizás sean los encargados de mantener la consciencia durante un esfuerzo al que alguna vez se le supuso una importancia vital. Y en ese caso, inevitablemente, se te va a escapar el Valsalva, y puede que también un pedete.
El momento de liberar la MV es otro momento delicado. En condiciones naturales podrían darse dos situaciones. Una: ya hemos solucionado la situación de amenaza o, dos: después de intentarlo hasta nuestro límite, no hemos sido capaces.
En el primer caso, el síncope podría ser asumible, y en el segundo, puede que incluso deseable. Al fin y al cabo, el síncope no es más que una respuesta de estrés de tipo freeze o parálisis. La pregunta es: ¿que pretende? ¿Abortar una situación de estrés hemodinámico que podría ser excesiva? ¿Desconectar temporalmente para evitar sufrir cuando ya no se puede luchar o huir?
A saber.
Porque aumenta la presión dentro de los vasos sanguíneos y favorece la rotura vascular
Así es. Este es el motivo por el que se producen la retinopatía del Valsalva y las petequias al toser, vomitar… Pero estas lesiones son reversibles.
Mirad como le estalla el plexo de Kiesselbach a este tio.

No le echemos la culpa solo al Valsalva. Recordemos que el aumento de presión que se produce en un esfuerzo máximo contra resistencia es mucho mayor que el que se produce con el Valsalva.
¿Y si esto sucediera con vasos importantes como la aorta o las arterias intracraneales?
Durante la fase concéntrica aumenta mucho la presión arterial, pero… aumenta la maniobra de Valsalva el estrés mecánico al que se someten dichas arterias?
El miedo al insulto cardiovascular que ha dado lugar a recomendar en contra de la Maniobra de valsalva durante el entrenamiento contra resistencia parece injustificado a la vista de la reciente evidencia. Al mismo tiempo que eleva la presión arterial sistólica, también eleva la presión intratorácica, intracraneal e intraabdominal. Un reciente estudio de Haykowsky et al. demuestra que el estres arterial cerebral es sustancialmente menor cuando el esfuerzo se acompaña de la Maniobra de valsalva que cuando no…. Un hallazgo similar se demostró también para el estrés parietal del ventrículo izquierdo. (Ref)
- La formula de Laplace que utilizamos normalmente los cardiólogos para calcular el estrés parietal a eliminado de la ecuación la presión que se ejerce desde fuera de la cavidad porque asumimos que ésta es próxima a cero. Por eso tendemos a pensar que el aumento de presión se traduce directamente en sufrimiento arterial y estrés hemodinámico. Pero la verdadera fórmula de Laplace considera la diferencia de presión a ambos lados de la estructura sometida a presión. No solo la de dentro de la cavidad.
- Otro factor importante determinando el riesgo de rotura es la diferencia de presión que se produce por unidad de tiempo (dP/dT). La brusquedad con la que se produce el cambio de presión. El aumento de la presión arterial distólica que se produce durante la Maniobra de valsalva disminuye la presión de pulso y, por lo tanto, también la dP/dT y el riesgo de rotura.
Por lo tanto, no está tan claro que las arterias sufran durante la fase I del Valsalva.
En la fase IV si que aumenta el estrés parietal de la aorta y, probablemente más aun, en los vasos y aneurismas intracraneales. Pero de forma muy breve.
Quizás sean estos los motivos por los que jamás se producen complicaciones cuando recomendamos a nuestros pacientes que hagan una MV.
“En los múltiples estudios de gran tamaño (el mayor de ellos con más de 20.000 pruebas) explorando el sistema nervioso autónomo con la Maniobra de valsalva, no se han observado complicaciones. Incluso, en la experiencia personal del autor, que ha supervisado más de 3000 Maniobra de valsalva en tres laboratorios italianos, tampoco se han observado complicaciones” (Ref).
En resumen. Que no está tan claro que la Maniobra de valsalva sea más perjudicial que beneficiosa a nivel del aparato cardiovascular. Por lo menos a mí, me resulta imposible imaginar que es lo que pasa con el juego de presiones, y más aún con el riesgo, cuando sustituimos el Valsalva por una espiración forzada.
Nunca nadie pensaría que es bueno dejar una meada a medias, contener las ganas de defecar, despertarse en medio de la noche después de 4 horas de sueño, interrumpir el llanto o la risa, el temblor cuando hace frío o contener la respiración de vez en cuando.
Entonces por qué recomendamos a la gente que sustituya un reflejo tan arcaico y con implicaciones fisiopatológicas tan complejas y sofisticadas, por un gesto artificial que suponemos que es mejor.
La conclusión que saco de todo esto es que, sí tienes un problema con el riesgo hemodinámico o no quieres que se te caiga una barra de 100 kg en el cuello o se te escape un pedete, evita los esfuerzos máximos contra resistencia o aquellos que soliciten el Valsalva. Porque van estresar, y mucho, tu aparato cardiovascular. Probablemente más que el propio Valsalva. Pero si en alguna ocasión te ves en la necesidad de ejecutar un ejercicio de este tipo, NO INTENTES SUSTITUIRLO POR UNA ESPIRACION FORZADA.
Por menos, yo no lo haría.
Cuando estes afanado en pleno esfuerzo defecatorio, y veas esa cara plétórica y sonrosada como de enfado frustre reflejada en el espejo y pienses que no hay nada más ridículo, ponte a hacer una espiración forzada. Comprobaras que lo hay.
Se suele decir que el ser humano es sorprendente. Y sin duda, lo es. Y un día alguien vendrá con buenos argumentos para sugerirnos que dejar un coito a medias es bueno para controlar el estrés. Con la ventaja adicional de que, en algunos casos, también te ahorras un Valsalva.

Otras entradas de la serie:
- El estrés hemodinámico con el entrenamiento de fuerza
- El estrés hemodinámico con la maniobra de Valsalva
- Gestión del riesgo en Cossfitero de competición con disección coronaria.
Estaba preparando una entrada sobre gestión del riesgo en un crossfitero muy cañero al que se le ha disecado una coronaria y no quiere que se le vuelva a disecar. Me puse a escribir, y al final me han salido 3 artículos.
- El primero se centra en el estrés hemodinámico con los ejercicios dinámicos de fuerza.
- Otro muy curioso sobre la maniobra de Valsalva. Vamos a darle una vuelta de tuerca a esta joya de la fisiología, para ver que el tan extendido consejo de sustituir el Valsalva por una espiración forzada, es uno más de los ejemplos del ser humano diciendo cosas raras y jugando a ser dios.
- Terminaremos la serie con el artículo que integra estos aprendizajes en la gestión del riesgo de nuestro crossfitero de competición. Uno de esos casos con mucha miga.
Pero ahora, vamos a ver cómo cambian los conceptos sobre el tipo de ejercicio, los beneficios y el estrés hemodinámico a medida que aumentamos la carga. Intentaremos aclarar cual es el ejercicio más eficaz y seguro en un contexto de prescripción prudente y en la rehabilitación cardiaca (RHC).
Me ha quedado un poquito técnico, pero a los médicos que tratáis con deportistas, fisioterapeutas y a profesionales de la educación física en general, quizás os parezca interesante.
Que es el entrenamiento contra resistencia?
El entrenamiento contra resistencia (del ingles Resistance Training) se suele utilizar para hablar del entrenamiento de fuerza, pero en realidad se refiere a cualquier tipo de entrenamiento muscular contra una resistencia. Y puede estar orientado a distintos objetivos. Uno de ellos es el entrenamiento de la fuerza.
Si no conocéis el concepto de repetición máxima (RM): Una RM o el 100% de una RM se refiere a la mayor cantidad de peso que se puede levantar con una técnica correcta una sola vez. Sería imposible levantarla 2 veces seguidas. Supongamos que para ti son 50 kg para un press de pecho. El peso relativo con el que se trabaja contra resistencia se da en porcentajes con respecto a esos 50 kg. El 50% de una RM son 25 kg para el press de pecho en tu caso y el 80% de una RM serían 40 kg. Cuanto mayor es el peso relativo con el que trabajamos, menor es el tiempo hasta la fatiga o fallo y el número de repeticiones que podemos hacer.
Hasta el 20% de una RM no se produce compresión de las arterias que están dentro del músculo y el flujo sanguíneo aumenta con las demandas metabólicas del propio músculo. Esto permite repetir el gesto un monton de veces antes de que aparezca la fatiga. Este tipo de cargas son las que habitualmente movilizamos cuando hacemos ejercicio en la zona del entrenamiento de resistencia cardiovascular o Endurance Exercise.
La fuerza, la velocidad y la cadencia con la que repetimos el gesto, determinan la potencia del trabajo que estamos realizando y, simplificando mucho, también las demandas cardiovasculares y metabólicas del ejercicio. Por eso aumentan la presión arterial (PA) y frecuencia cardiaca (FC) con los ejercicios ”aeróbicos”.
En general, este tipo de entrenamiento produce biogénesis mitocondrial, mayor densidad de fibras musculares lentas de tipo I y mayor capilarización de los músculos. Hay mas capacidad respiratoria muscular, más capacidad de oxidar ácidos grasos y una mayor resistencia a la fatiga, además de un sin fín de beneficios clínicos.
Los ejemplos más habituales son las caminatas, la carrera, ciclismo…. Pero hoy no vamos a hablar de esto.
Cuando hablamos de ”Resistance Exercise”, en realidad nos estamos refiriendo a ejercicios con cargas superiores al 30% de una RM.
Este tipo de entrenamiento produce biogénesis ribosomal, un fenotipo de fibra más rápida tipo 2b, aumenta la sección transversal del músculo y se producen adaptaciones neurológicas que permiten activar más fibras musculares a la vez. Como cuando se juntan 4 personas para empujar un coche y gritan… “¡una, dos y trés!”. Si se turnasen para empujar, no lo moverían ni un palmo.
Según como hagamos el ejercicio contra resistencia, se puede orientar a priorizar unas aptitudes musculares sobre otras (tono, fuerza, potencia, resistencia muscular, etc). No voy a profundizar en esto. Me voy a centrar en el estrés hemodinámico que impone el ejercicio contra resistencia en función de la carga con la que trabajamos.
Cuando levantas 15 kg en el press de pecho (El 30% de una RM en tu caso), las arterias que irrigan tus pectorales se empiezan a comprimir. Aumenta la resistencia al flujo de sangre y, a diferencia de los ejercicios aeróbicos o muy dinámicos, además de la PA sistólica (PAS o “la alta”), también aumenta la diastólica (PAD o ”la baja”).
La incapacidad de aumentar el flujo y adaptarlo a las demandas de oxígeno, lo convierte en un tipo de ejercicio con un alto componente anaeróbico, y que lleva a la fatiga en poco tiempo. Y cuanto más aumenta la carga, más se comprimen las arterias y menor es el aporte de sangre y oxígeno al músculo. Con cargas por encima del 40-70% de una RM, el flujo sanguíneo a través del músculo se interrumpe por completo.
Suena mal, pero así mejoran la masa muscular y, sobre todo, la fuerza.
Y esto es muy bueno. La fuerza está muy asociada con mejoras importantes en el pronóstico cardiovascular y vital. Además, también mejoran la salud ósea, el control glucémico, la presión arterial y el perfil lipídico.
Por eso, hace ya tiempo que nadie duda de los beneficios de este tipo de entrenamiento y es una parte esencial de cualquier programa de ejercicio, tanto para la gente sana como para los pacientes de RHC.
En programas orientados a la salud y la prevención de enfermedades, se suelen recomendar de 2 a 3-4 series de un puñado de ejercicios que impliquen a la mayoría de los grupos musculares principales. A poder ser 2-3 días a la semana.
Lo que no está tan claro y se refleja en una evidente falta de uniformidad entre las distintas sociedades científicas, es el número de repeticiones y el peso relativo con el que hay que trabajar. Las recomendaciones pueden variar desde el 30% al 80% de una RM.
Vamos a intentar explicar, que cargas son y porque, las que nos interesan en el contexto de la prescripción de ejercicio.
El entrenamiento contra resistencia se puede hacer de forma dinámica o estática. En el primer caso habrá movimiento articular porque el músculo se estira y se encoje. En el segundo caso, el músculo se contrae, pero no se estira ni se encoge. Como cuando empujamos el coche a turnos.
En el rango de intensidades de entre el 30 y el 80% de una RM, el tipo de entrenamiento suele ser dinámico. Los esfuerzos estáticos son más habituales cuando trabajamos por encima del 100% de una RM o en las últimas repeticiones antes de fallar o claudicar.
Qué es mejor, ¿entrenar con baja carga y muchas repeticiones o con cargas más altas y menos repeticiones?
Es decir: ¿Trabajar con <50% de una RM y hacer muchas repeticiones (Low intensity strenght training o LIST) o trabajar al 70% y hacer menos repeticiones (High intensity strenght training o HIST)?

Se han hecho varios estudios para intentar aclarar esta disyuntiva y los de mejor calidad metodológica aparecen recogidos en esta revisión.
Como hemos dicho, por su asociación con la enfermedad cardiovascular y la mortalidad y por su efecto en los factores de riesgo cardiovascular y en el desempeño y la calidad de vida, en la RHC nos interesa trabajar la masa muscular y la fuerza. Y para eso parece más efectivo el HIST que el LIST.
Solo con HIST se activan ciertas vías metabólicas que están implicadas en la hipertrofia y en las adaptaciones neurológicas de ganancia de fuerza. Incluso para una misma hipertrofia, la ganancia de fuerza es mayor.
La otra pregunta importante en RHC es, ¿cual de las 2 formas de entrenar es más segura? O, ¿cual de las dos impone un estrés hemodinámico menor?
Fijaos en la imagen:

Este estudio compara el LIST (4 series de 17 repeticiones al 40% de una RM -cuadros negro-) con el HIST (4 series de 10 repeticiones al 70% de una RM -círculos blancos-) en sujetos isquémicos de RHC en un press de piernas.
Partiendo de una situación de reposo similar, la elevación de la PA sistólica (izda) y de la FC (derecha) es mayor con el LIST que con el HIST. Fijaos tambien como la respuesta hemodinámica aumenta a medida que hacemos más series y se acumula la fatiga.
Como es de imaginar, todo ejercicio dinámico contra resistencia aumenta la PA, la FC y el gasto cardiaco, pero, de hecho, y en contra de la creencia habitual, el LIST produce respuestas mayores que el HIST.

Los del estudio de Lamotte el al. son pacientes isquémicos de RHC. ¿Son distintos a los sujetos jóvenes, sanos y acostumbrados a entrenar de esta manera?
Podría ser, pero parece que no demasiado.
Este estudio de Sousa N. et al es el único “outlier” o excepción de la revisión. Y, aunque tiene un diseño que no permite comparar de forma fiable la respuesta hemodinámica de HIST y LIST, sí nos sirve para comprobar que en sujetos jóvenes muy habituados a este tipo de ejercicios, las respuestas hemodinámicas no son significativamente distintas de las de los pacientes de RHC.

Fijaos que aumentan, tanto la PA sistólica, como la diastólica, pero con respuestas bastante moderadas, que solo excepcionalmente superan los 200/110 mmHg.
Y en ambos estudios se trata de un press de piernas. Esto es importante de cara a comparaciones, como veremos un poquito más adelante en el artículo.
Realmente la evidencia no es de una calidad exquisita, pero es lo mejor que tenemos y en realidad es muy lógico. Hacer menos repeticiones implica menos trabajo, y menos tiempo para activar la respuesta hemodinámica.
Es decir. Más peso y menos repeticiones, parece la forma más efectiva y segura para entrenar en la RHC.
Esto explica porque la probabilidad de que se produzcan eventos adversos durante el entrenamiento dinámico de fuerza es muy bajo en las unidades de RHC y no mayor que con el entrenamiento de resistencia cardiovascular. Y tampoco mayor con HIST que con LIST.
¿Y que sucede por encima del 70% de una RM?
Estamos en la zona de las intensidades muy altas y máximas. Esto ya es cosa de los muy brutos.
Para saber que pasaba con la PA y la FC en esta zona de intensidades, Pstras et al. se lo preguntaron con mucha elegancia a 5 experimentados culturistas. Les pusieron un cateter de presión en la arteria radial y otro en la boca, mientras hacían una serie de ejercicios dinamicos con el 80-90-95-y 100% de una RM, hasta que fallaban (Ref).
La respuesta a este tercer grado con fines científicos fue, que triplicaban los valores de PA sistólica y diastólica (320/250 mmHg). A excepción de uno, que levantó la mano y dijo..
Perdona!…
…Yo la cuadruplico
480/350 mmHg.
En ese plan.
Este estudio refleja muy bien que el factor más importante en la tremenda diferencia en la elevación de la PA cuando lo comparamos con cargas inferiores, es la carga relativa.
Trabajando entre el 30 y el 70%, sin ir al fallo, a duras penas aumenta un 100% la PA sistólica, y con cargas superiores al 80% de una RM, se sobrepasa con relativa facilidad el 300% de la PA sistólica y diastólica de reposo, incluso desde las primeras repeticiones, que están lejos del fallo, y dejan fuera de la ecuación el efecto hemodinámico de la maniobra de Valsalva.
A partir del 80% de una RM, las repeticiones hasta la fatiga disminuyen, se prolonga la duración de la fase concéntrica y el comportamiento empieza a parecerse al del ejercicio isométrico máximo. Se recluta más masa muscular para completar el gesto y empezamos a trabajar en zonas cercanas al fallo que, a su vez, acaba activando el reflejo de Valsalva y sus consecuencias hemodinámicas.

Como veis en la gráfica, a mayor número de repeticiones, mayor es el trabajo efectivo y el tiempo para activar más respuesta hemodinámica, que se traduce en una elevación paulatina de la PA y la FC a lo largo de la serie. Incluso hasta el punto de que se registraban presiones mayores con N repeticiones al 95% de una RM que con la única repetición al 100% de una RM.
Sin duda, la masa muscular implicada en el ejercicio también influye. La PA era mayor en el press de ambas piernas, que en el de una pierna. Y mayor en ésta, que en el curl unilateral de biceps.

Este es el momento de recordar que en los estudios con cargas al 70% de una RM, el ejercicio también era el press de piernas Y que las cifras de PA rara vez pasaban de 200/110 mmHg.
Uno puede pensar que estos culturistas no representan al común de los mortales, y a lo mejor hay algo de cierto, pero hay distintos motivos para pensar que, en esta franja, es más importante la carga relativa (% de RM) que el peso absoluto.

A mode de curiosidad, en esta gráfica hay un detalle que apoya la idea de que la carga relativa influye más que el peso absoluto. Durante la fase excéntrica de la contracción, la PA disminuye. La hipotesis de los autores es que, como la fuerza absoluta es mayor durante la contracción excéntrica, la carga relativa con el mismo peso durante esta fase es menor y, por lo tanto, también la respuesta de la PA.
Además de la carga relativa, la masa muscular y el número de repeticiones, también influirán otros factores como la velocidad de ejecución de las repeticiones, el descanso entre repeticiones y entre series y, por supuesto, la maniobra de Valsalva.
Fijaos en la siguiente gráfica. Es una serie de 9 repeticiones y el fallo en el press de piernas al 95% de una RM.

En la última repetición, se aprecia un repunte de 50 mmHg de PA media, que coincide con los 50 mmHg que se registraban en la boca de estos sujetos cuando hacían Valsalva. La caída de la PA media en la repetición del fallo podría estar en ralación a distintos factores y, aunque la maniobra probablemente sea interrumpida, también puede reflejar la caída de la PA que se produce en los momentos iniciales de la fase II del Valsalva.
Por lo tanto, las respuestas hemodinámicas del entrenamiento de la fuerza por encima del 80% de una RM, son la suma de lo que sucede a nivel de las resistencias en el músculo, la respuesta del sistema cardiovascular y los efectos hemódinámicos de la maniobra de Valsalva.
Una vez más, estos valores tan extremos de PA al trabajar con cargas cercanas a nuestro límite, lo que nos vienen a sugerir, es que la función evolutiva de esos esfuerzos está limitada a tareas muy puntuales. Originalmente, serían importantes para la supervivencia, pero ahora están reservadas a determinados aspectos del rendimiento deportivo y la imagen corporal. Que cada cual valore si le interesan o no a la vista de lo que implican.
Para los demás, y sobre todo en la rehabilitación cardiaca, lo que nos interesa, tanto por eficacia como por seguridad, es trabajar con un número moderado de repeticiones aproximadamente al 70% de una RM.
En la próxima entrada la maniobra de Valsalva. Nos dicen que conviene evitarla. ¿Es eso cierto? Disecaremos el sentido fisiológica del Valsalva y sacaremos nuestras propias conclusiones.

Otras entradas de la serie:
- El estrés hemodinámico con el entrenamiento de fuerza
- El estrés hemodinámico con la maniobra de Valsalva
- Gestión del riesgo en Cossfitero de competición con disección coronaria.
Voy con una entrada muy distinta de las anteriores. No esperéis encontrar ciencia. Es una historia personal con moraleja y con un final feliz. Y aunque le veo un punto engreído a escribir algo como esto, al final he decidido que me apetece compartirlo.
¿Por qué?
Pues porque he estado escuchando a Carles Caño (@presentastico) y me ha hecho ver que había material suficiente para sacar un artículo con sustancia y que a la vez me serviría de ejercicio para poner en práctica muchos de sus consejos.
Porque escuchando a Borja Vilaseca (@BorjaVilaseca) me he dado cuenta de que es una historia de crecimiento personal y madurez que me ha ayudado a encontrarme más tranquilo. Más feliz.
Y porque he aprendido algunas cosas que podrían inspirar, motivar, contagiar a mis pacientes y a cualquiera en general, incluso a un paracaidista naufragado, en su proceso de readaptación.
Esta vez no voy a hablar como médico, sino como paciente. Os voy a contar la historia de mis 2 infartos y mi proceso personal de rehabilitación cardiaca.
Mis dos infartos
El primer infarto me dio hace 5 años. Se llama Aiur. Este fue un infarto pequeño, pero 2 años más tarde me dio un segundo infarto, ya no tan pequeño, que se llama Xare.
A lo mejor encontráis la metáfora un poco frívola, pero no me malinterpretéis…
- Adoro a mis dos hijos y…
- entiendo perfectamente la seriedad de 2 infartos y el impacto que tiene en la vida de mis pacientes.
Lo que pasa es que el hostiazo que me llevé, tanto a nivel físico como psicológico, por no poder compatibilizar mi régimen previo de ejercicio físico con mi nueva situación familiar, no tiene nada que envidiar al que se llevan muchos de mis pacientes.
Me voy a hacer entender.
Hasta hace 5 años, mi estado de forma era muy bueno. Nunca he competido formalmente en nada, pero pasaba cantidades ingentes de tiempo en el monte con mi pareja, amigos o solo. Estaba muy fuerte. Hacía carreras de montaña. Campaba a mis anchas por Picos de Europa, Pirineos, Alpes… Hace ahora 6 años, llegue incluso a escalar el Alpamayo.

Alpamayo (Cordillera Blanca. Perú). Con sus casi 6000 m fué una vez considerada la montaña más bonita del mundo por su pirámide somital de 400 m de hielo vertical.
¡¡Que recuerdos!!
Mi consumo máximo de O2 (VO2 max) a la vuelta de ese viaje era de 68 ml/Kg/min. Me sentía pletórico.
Cuando llegó Aiur, los planes del fin de semana y las vacaciones dejaron de pibotar en torno a la montaña y el trabajo me empezó a quitar mucho tiempo para entrenar. Aún así, me las apañaba para hacer bastante monte, e incluso, me animé a correr la Maratón de Donostia. 2 horas y 54 min. Mi VO2 max ahora era de 60 ml/kg/min. La verdad es que no estaba nada mal.
Pero entonces llegó Xare y empezó la lucha por lo imposible.
Mi segundo intento en Donostia para bajar de 2:50 acabo con el hombre del Mazo en el Km 30, cuando por fin se me escapó la liebre de 2:45. Para poder seguir haciendo monte a lo grande tenía que hacer cosas muy raras. El Teide tenía que hacerlo subiendo y bajando desde y hasta la playa. Para compatibilizarlo, tendría que ser de noche, y estando a la hora del desayuno en el hotel para seguir con el itinerario turístico familiar al día siguiente. Se hace, pero no es plan.

Foto de grupo, comiendo un bocadillo un día soleado en la cima del Teide (28/12/2017). La nitidez de la imagen es proporcional a la sensatez de la azaña.
En verano, los 4000es en Alpes empezaron a ser imposibles. Algunas aristas y zonas de grietas sin encordarte con otra persona son demasiado arriesgadas y el esfuerzo que tenía que hacer mi mujer cuidando a los 2 niños mientras yo me quitaba la espina, era demasiado grande.
Entre semana, el trabajo y las responsabilidades familiares no me permitían apenas entrenar.
Se suele aceptar como normal una disminución aproximada de la potencia aeróbica del 10% por cada década de vida. El otro día me hice una prueba de esfuerzo por circunstancias. No medí el VO2max y, aunque la hice con una mascarilla quirúrgica, que limita bastante, estimo que no pasaría de los 55 ml/kg/min de VO2 max. En 5 años mi consumo de oxígeno ha caído un 20% aproximadamente. Es como si me hubiesen caído 20 años en 5. Hay muchos infartos que no hacen tanto daño.
Durante estos últimos 3 años no he terminado de aceptar mi realidad. Hacía lo imposible para conciliar la situación, pero no me sentía igual de bien y el esfuerzo por parte del resto de la familia era muy grande. Fisica y psicologicamente estaba hecho un guiñapo. Trabajaba mucho, entrenaba poco, dormía bastante mal y los Picos de Europa y los Pirineos los veía mucho menos de lo que me gustaría. Era muy consciente de la mutilación física y sabía que no iba a volver a estar tan fuerte ni poder hacer actividades de montaña como las que había hecho.
Dejé de pelear por lo imposible.
Me sentía frustrado… 😒
Enfadado… 😠
Triste… ☹️
Ha sido todo un proceso. Un duelo como otro cualquiera. Pero como todo buen duelo, acaba cicatrizando. 😏
Mi proceso de rehabilitación cardiaca:
La medicación y los efectos secundarios:
Cuando te da un infarto, te llevas un combo de pastillas standard. Y cuando tienes hijos, trabajas. Y hasta cierto punto, trabajar es la forma de hacer frente a esa nueva situación, al menos desde el punto de vista económico. Pero cuando se te va la mano, tanto con la medicación como con el trabajo, acaba repercutiendo negativamente en tu salud.
Con Aiur me sobrecargué algo de trabajo, pero aún había un cierto equilibrio. Con Xare, como ya he dicho, me intoxiqué.
Con los pacientes y su medicación pasa lo mismo. Gran parte de los problemas y la mala tolerancia a la actividad física tienen que ver con que no todos toleran igual de bien el combo standard de medicación. A veces no nos damos cuenta y el paciente arrastra los achaques sin que nadie se los solucione. Pero cuando te das cuenta donde está el problema y haces los ajustes oportunos, el paciente revive.
Estaba claro. Necesitaba reducir la medicación. Después del confinamiento ya no estaba dispuesto a seguir con mi régimen laboral y me he reducido la jornada. Ha sido muuuy liberador. De entrada me ha servido para alargar las mejores vacaciones de los últimos 5 años, 5 semanas seguidas. Esta vez vuelvo a trabajar con ganas. Espero que me sirva también para poder entrenar más, dormir más, pasar más tiempo en casa y poder colaborar con las tareas domésticas.
Ahora tenía que hacer algo para poder reintroducir el ejercicio físico en mi vida.
El ejercicio físico:
Depende de donde miremos, de la edad, del género, ambiente geográfico y social, los motivos pueden variar, pero el argumento más habitual para no hacer ejercicio o abandonar un régimen previo de ejercicio físico suele ser la falta de tiempo y, en nuestro entorno, las exigencias derivadas del trabajo o los estudios y las dificultades para conciliarlo con la vida en familia. A medida que aumenta la edad, los motivos suelen estar más relacionados con la percepción de una salud o condición física inadecuada.
Es decir. Los motivos por los que la gente no hace o no puede mantener un programa de ejercicio físico se parecen bastante a los míos.
La solución no es intentar seguir haciendo lo mismo si nos genera sufrimiento, o buscar programas perfectos de ejercicio que la gente no puede hacer encajar en su vida. La solución es ajustar bien la medicación y buscar fórmulas que venzan las barreras y que llenen nuestro entorno y tiempo de oportunidades para ejercitarnos y que, al mismo tiempo, resulten gratas y divertidas en la medida de lo posible.
El confinamiento y mis vacaciones de este año para mi han sido transformadoras. Rehabilitadoras.
El cordino del trineo
¿Quieres salir al monte?; ¿te quejas de falta de oportunidades? Pues toma confinamiento. No hay mejor estímulo para terminar de hacer crisis.
El 14 de Marzo fue el día previo al confinamiento. A la vista de que no habría más posibilidades de salir a esquiar este año, decidimos salir con la autocaravana a un pueblo con muy poquitos habitantes y a pie de un monte al que nunca había subido y al que apenas sube nadie. Quería hacer un poquito de monte, pero aislado y cerca de casa.
Me puse a organizar la autocaravana para recoger los trastos de invierno y desaté un cordino de 5 mm que tenía atado a un trineo. Lo usaba para remolcar a los niños cuesta arriba en la nieve.
Es curioso, porque el mismo cordino que me convertía en un mulo de carga, se iba a convertir, en ese mismo instante, en una herramienta liberadora que me iba a servir para entrenar.
Cogí la cuerda y me puse a hacer algo que no había hecho practicamente nunca. Saltar a la comba.
La cuerda del trineo representa el momento en el que se produce el cambio de chip o de actitud. El final del duelo. El paso a un estado mental que me deja ver que hay alternativas.

Siones de Mena a pie de los Montes de la Peña. 14 de Marzo del 2020.
Mi gimnasio portatil para las vacaciones de verano
Las combas:
El confinamiento ha sido una oportunidad para explorar esta actividad. Al principio bastante torpe, pero poco a poco metiendo velocidad, saltos dobles y cruzados. Al de 5 mm le siguieron un cordino de escalada de 8 mm, una comba rápida de cable, una comba pesada vintaje con mangos de madera lastrados y cuerda de cuero, una de PVC muy cómoda y bonita.
Es un vicio el tema de las combas y un ejercicio de tipo cardio muy completo en el que participan prácticamente todos los músculos del cuerpo. Se trabajan brazos, piernas y estabilidad del tronco. También el equilibrio y la coordinación. Para adaptar el ejercicio a todos los niveles, se puede jugar con la intensidad cardiovascular dando velocidad a la comba, metiendo dobles o haciendo skipping con las rodillas o los talones. Las combas con peso son algo más lentas y permiten trabajar un poco más los hombros. Hasta que me puse a mirar, no sabía que había tanto mundo detras de las combas.
Ahora mirad esto.

Mi mujer no terminaba de entender que cojones hacia absorto en el escaparate de una tienda náutica en el puerto de Calvi (Córcega) con el calor que hacía.
A lo mejor otros ven maromas, pero yo solo veía combas de distintos materiales, gramajes y diámetros.
Al final me decidí por la de 18 mm. Las había más gordas, pero esta ya calienta los brazos lo suficiente. Me cuesta llegar a los 100 saltos.

El slackline
Con el desconfinamiento, la llegada del buen tiempo y mi cumpleaños, se dan las condiciones para incorporar el slackline al arsenal de ejercicios alternativos. El juguete en cuestión es una cinta algo elástica, hiperactiva a ratos, que se ata en sus extremos a sendos árboles, por ejemplo.
Lo siguiente es intentar cruzarla de lado a lado.
Uno, otro, otro….. y otro intento, y no era capaz de dar 3 pasos seguidos.
¡Esto es imposible!
Pero no lo es. Y el cuerpo empieza a aprender.
Después de 3 días exprimiendo mi sistema propioceptivo, y sin ser consciente en absoluto, se fueron estableciendo las conexiones neuronales para que mi cerebro y cada músculo del cuerpo implicado en la postura se comunicaran con tal inmediatez y precisión, que para cuando me di cuenta, ya había cruzado los 15 metros de cuerda sin caerme. Un festival de coordinación, agilidad y equilibrio que es muy útil para mejorar tu esquema corporal y movilidad, y evitar problemas como lesiones y caídas en el futuro.
Hay más. Es un tipo de ejercicio con todos los beneficios de un reto al aire libre. Una actividad a la intemperie, lejos de la contaminación, y que pone en contacto a los ojos con la luz natural, a la piel con la radiación UV y la temperatura, a los pies desnudos con la tierra y a la mente con el aquí y el ahora.
Es un ejercicio de mindfulnes del de verdad.
Ya antes de empezar, la atención es plena. Te pones en la cinta con un pequeño salto vertical. Parece que la cinta está un poquito ladeada. Es igual. Brazos alzados como un Gibón a los dos lados de la cabeza, las muñecas relajadas, rodillas ligeramente flexionadas, el peso sobre un pié y la vista en el punto en el que la cuerda se junta con el árbol. Parece que hace un poco de viento. Toca cambiar el peso de pié. Un momento delicado. Esto se mueve mucho. ¿Será el instante adecuado para no dar un paso en falso en el aire?, ¿cual es la postura óptima? Concéntrate…
Mindfulnes por necesidad como el que practicaban nuestros antepasados. De esos en los que no te descuidas para no acabar con la cinta incrustada en las gónadas. No esos sucedáneos que están tan de moda y que consisten en poner la atención en detalles triviales del presente para engañar un ratito al cerebro en su afán por fijar el foco en amenazas abstractas.
Solo tiene una pega. Su fuerte efecto Donete. En cuanto montas la cinta, te salen amigos por todas partes. Tus hijos, amigos, hijos de tus amigos, amigos de tus hijos… Todos acaban picados con la cinta y, si tienes suerte, te dejaran un rato para practicar. En cualquier caso, el rollito social que se monta es también muy agradable.
Es un claro ejemplo de una actividad con guarnición, s@l y picante.
Sin ser muy exigente desde el punto de vista cardiovascular y de fuerza, si que sirve para activar una gran cantidad de masa muscular localizada en core, piernas y hombros. Además, es perfecto para trabajar otras aptitudes en los ratos de descanso activo. Con una cinta de iniciación y adaptando la longitud y la tensión, cualquiera puede empezar a practicar y gozar de todos sus beneficios.
Os invito a probarlo. Engancha.

Las palas de agua
Nunca he sido de nadar. Se puede castigar a una persona contra la pared, pero castigarle contra el suelo, aislado neurosensorialmente y teniendo que tomarse la molestia de respirar de vez en cuando, me parece demasiado.
Otra cosa muy distinta es meterse en la piscina del camping o en la playa con los niños y aprovechar para hacer ejercicio. Se pueden hacer muchos ejercicios en el agua pero me gustan especialmente las palas de agua.

Son básicamente unas planchas de plástico sujetas a los dedos imitando unas manos palmípedas. Se utilizan para entrenar en natación, pero se pueden utilizar a modo de mancuerna. Con peculiaridades.
Lo diferente aquí es el comportamiento isocinético del gesto o la carga. Y ¿que quiere decir eso?
Pues que haciendo más fuerza no consigues modificar la velocidad de ejecución del gesto. Solo la resistencia a la que te opones.
Y ¿que quiere decir eso?
Pues que tienes un juego completo de mancuernas de todos los pesos literalmente en la palma de tu mano por 7€ y medio. Y además, a diferencia de los pesos libres y las poleas, te permite controlar la intensidad del gesto en todo el arco de movimiento.
Evidentemente, cuanto más grandes, mayor será el comportamiento isocinético de las palas pero, en esencia, te permite modificar la intensidad para centrar el entrenamiento en distintas aptitudes musculares (fuerza, resistencia, potencia) según te interese.
A partir de ahí, el límite lo pone la imaginación. Se pueden hacer ejercicios monoarticulares, poliarticulares màs o menos complejos y que te permiten trabajar casi todos los músculos del cuerpo, mejorando también la movilidad y la coordinación.
Y para los más vergonzosos, son muy discretas en la piscina.
En resumen, un juguete tan bueno, como bonito y barato.
El TRX
El origen del TRX se le atribuye a un paracaidista que aterrizó por accidente en uno de los 2 árboles de una isla desierta en el Mediterráneo. Una isla tan pequeña que se rodea a nado en un par de minutos. Para poder liberarse, tubo que forcejear con las correas del paracaídas durante media hora. Tirando, empujando, traccionando de aquí y allá, apollandose de esta y otra manera. Cuando por fín se libero, estaba baldado, pero pronto entendió que esta sería la única forma de entrenar en esa isla desierta.
Me enteré porque me encontré la anécdota dibujada con carbón en un trozo de tela en una botella varada en una playa paradisíaca de Corcega. Y decidí que quería incorporar su idea a mi gimnasio itinerante de estas vacaciones. Y ha sido un gran descubrimiento.

El TRX es un sistema de correas y asideros que se cuelga de cualquier cosa por encima de tu cabeza. A poder ser que soporte tu peso (😬).
Colocado las piernas y brazos en el suelo o en los distintos asideros, te permite trabajar con tu propio peso en una variedad infinita de movimientos. Se pueden trabajar todos los músculos del cuerpo, sobre todo, la musculatura estabilizadora del core y también la espalda y el pecho. Puede parecer exigente o difícil, y puede llegar a serlo, pero con una adecuada supervisión se pueden adaptar los ejercicios a deportistas y pacientes de todas las condiciones. Es un entrenamiento de resistencia muscular superfuncional.
Por fin me he dado cuenta de que adaptando las expectativas a mi nueva realidad y aceptando mis nuevas limitaciones, puedo ver con claridad y ser creativo:
- Que una hora de pedaló en la playa es una sesión de ejercicio muy válida.
- Que se pueden visitar las ciudades y pueblos en bicicleta y que, desde que existen que existen las bicis con motor, cada vez hay menos gente con excusas.
- Que visitar Dolomitas desde abajo remando en un lago con los niños también cuenta.
- Que hacer un agujero gigante en la arena te sirve para entretener un rato a los niños, y de paso, también a los brazos. Y así te quedan menos fuerzas para estrangularlos al final del día.
- Que un parque con columpios gigantes para toda la familia es una oportunidad para descubrir músculos que no sabías que tenías.
- Que se podía coger el GR 92 por unos acantilados preciosos hasta el Delta del Ebro desde el mismo camping. Y que te sirve para una carrerita y para un paseo con la familia hasta una cala muy bonita.
- Que visitar la ciudadela de Portovello o Peñíscola con los 2 niños en el carro, sólo se puede hacer en formato interválico de alta intensidad. 🥵🙂🥵🙂🥵🙂🥵
- Que existen clases de gimnasia en la piscina del camping en las que nunca me vais a encontrar, pero que a la gente parece que le gustan.
- Que en familia también se pueden subir algunos montes, incluso de la lista de los más altos de cada provincia y ¡que ya me quedan menos!

Ya me ha quedado claro que simplemente bajando un poco el listón, he conseguido saborear otras formas de actividad física mucho más reconciliables, recuperar parte de mis cualidades y descubrir algunas que no tenía.
Como veis, todo son alternativas de mínimo impacto familiar para poder mantenerme activo en los momentos de ocio. Y todas cuentan y enriquecen la experiencia de la actividad física y familiar, a la vez que trabajo otras aptitudes.
Eso no quiere decir que haya dejado de romper zapatillas en el monte. Sigo visitando Picos de Europa y añadiendo 3000es a la lista en Pirineos. También he sacado algunos días para visitar la montaña de Córcega y destrozar a gusto este par de zapatillas.

No renuncio a hacer el 8000 que tenía pendiente para este año y que no ha podido ser por el tema del Coronavirus.
Lo que pasa es que sí que he renunciado a hacer los 217 3000es del Pirineo, no me decepciono si no sale el plan, si no hago cima porque no he tenido tiempo para prepararme el monte y me he perdido, o si me tengo que dar la vuelta porque no tenía a quien atarme para pasar una grieta o una arista muy expuesta. Por supuesto, lo de bajar tiempo en Maratón, se que es algo para otra vida.
Ajustar la medicación, aceptar mis limitaciones y buscar alternativas reconciliables de ejercicio físico. Tal ha sido mi proceso de rehabilitación cardiaca.
Meteré una copia de esta historia en una botella y la echaré al mar. Ojalá le llegue al paracaidista y le dé ánimos para aceptar su situación y, con suerte, le dará alguna idéa para reciclar su material. Atando alguna de las cintas de árbol a árbol, haciéndose una comba con las cuerdas del paracaídas o unas palas de agua con las suelas y los cordones de las botas.
El corazón del deportista, traducido del ingles “Athletes Heart”, se refiere a la condición fisiológica y clínica, que representa el conjunto de los cambios que se producen en el corazón como consecuencia de la exposición repetida a un estímulo deportivo determinado.
Desde las primeras descripciones de Osler y Henschen a finales del siglo XIX hasta ahora hemos tenido ocasión de aprender mucho sobre esta entidad.
- Que es?
- Como se produce?
- Cual es su sentido fisiológico y evolutivo?
- Cual es su importancia clínica?
Os pongo el enlace a un artículo de colaboración que he escrito para el blog de Mootiv y que profundiza en los aspectos del corazón del deportista.
Espero que os guste.
El término ménage à trois se traduce literalmente como «hogar de tres», pero puede adquirir distintos significados según el contexto. La acepción moderna, más coloquial, se refiere habitualmente al trío sexual cuyos miembros pueden formar o no un hogar (Wikipedia).
Hoy traigo precisamente la hitoria de un romance, que es el ejemplo perfecto de un ”toma y daca” ideal entre 3.
Actividad física y salud metabólica hacen muy buena pareja. Actividad física consigue que salud metabólica de lo mejor de si mism@. Ya hemos hablado de ello anteriormente (post, post) y en este artículo se revisa con gran detalle.

A su vez, salud metabólica, con su tipito, su perfecto metabolismo energético y su salud cardiovascular le aporta eficiencia biomecánica, metabólica y hemodinámica a actividad física, haciendo que est@ se muestre en su máximo esplendor.
Son lo que todo el mundo consideraría una pareja perfecta.
Pero, ¿que pasaría si de repente se les metiera en el apartamento este pedazo de pibón?

Se llama microbiota y ha venido a compartir piso con nuestra parejita perfecta. Ya veremos como acaba la cosa.
Es evidente que, tanto salud metabólica como actividad física, se van a poner muy nervios@s. Amb@s le miran con ojitos de interés y no consiguen ocultarlo.
Al principio todo son celos. Hay tensión en el ambiente. Si microbiota quisiera podría arruinar la relación. Pero est@ microbiota es hij@ de un parto vaginal y de la lactancia materna. Está criada en un entorno rural y lleva una dieta muy equilibrada. Esta tan bien dotad@, que va a saber estar a la altura de la situación.
Tras los momentos inciales de tensión, salud metabólica y actividad física se relajan. Lo comentan y se les antoja la travesura.

Salud metabólica sabe lo que tiene que hacer para llamar la atención y estimular a microbiota.
La tensión se va apagando, microbiota se quita su traje de lipopolisacáridos.
Actividad física y salud metabólica se están empezando a poner muuuy a tono.
A microbiota se le ven las Roseburias y la Akkermansia muciniphila.
Ufff!
Empiezan las caricias. Actividad física le unta con lactato las Vaillonellas a microbiota. Microbiota huele fuerte a propionato.
Actividad física es ahora todo potencia.
Salud metabólica le susurra cosas bonitas en el oido a microbiota.
A microbiota se le erizan los Firmicutes y los Bacteroidetes.
Mmmmhh!!

Flora Rezuma butirato, acetato y aceto acetato.
…
…
…

No, venga. Ahora en serio.
La microbiota es un conjunto de microorganismos que nos colonizan como simbiontes, tapizándo todas nuestras superficies (piel, aparato digestivo y todas las mucosas en general).

Es tecnicamente un organo de unos 2 kg de peso compuesto por trillones de arqueas, eucariotas, bacterias, viruses, hongos y protozoarios.
Si el músculo es nuestro órgano más grande y un gran protagonista en lo relativo a la salud metabólica, la microbiota es el más rico en material genético y número de organismos. De hecho, supera al propio organismo humano en numero de células y material genético. Y al igual que el músculo, también es un organo muy importante para la salud metabólica.
Hoy vamos a centrarnos en la microbiota que coloniza nuestro tubo digestivo, en concreto el intestino delgado y el colon.
Inmediatamente antes del parto carecemos de microbiota. La via de parto, el tipo de alimentación neonatal, el entorno en el que vivimos, etc. determinan la composición y variedad de especies de nuestra microbiota. Paulatinamente, nuestra genética y estilo de vida (dieta, higiene, ejercicio, fármacos, vacunas…) y entorno (localización geográfica, entorno ecológico, estación del año) van a ir modulando la composición de la microbiota y, como con cualquier otro organo, su salud.

A su vez, la microbiota tiene un montón de interacciones con el organismo del huésped. Osea, tú. Y le protege de distinta manera. Asiste en la digestión y en la síntesis de péptidos y vitaminas que asimila el organismo, nos protege de las infecciones desplazando a los microorganismos patógenos y estimulando nuestro sistema inmune. No es casualidad que el 70% de nuestro ejercito inmunológico esté ubicado precisamente en el tubo digestivo, en íntimo contacto con la microbiota.

Entre otros, a una microbiota sana también se le atribuye un efecto beneficioso en el riesgo de cancer de colon y en la enfermedad inflamatoria intestinal, que parece mediado, en parte, por la producción de butirato.
Tambíen parece influir en la salud emocional y cognitiva y en los niveles de ansiedad, por su efecto en las aferencias vagales y sobre la transmisión histaminérgica, serotonérgica y gabaérgica (eje intestino-cerebro).

En resumen: La microbiota, como cualquier otro órgano, puede estar mas o menos sano e impactar positiva o negativamente en nuestro estado de salud.
Yo me quiero centrar en los aspectos más específicos de la relación recíproca que se da entre la salud metabólica, la microbiota y la actividad física.

Ya hemos dicho que la actividad física tienen la capacidad de mejorar la salud metabólica de muchas maneras diferentes. Y que la salud metabólica mejora la aptitud física por factores relacionados con la eficiencia biomecánica, metabólica y hemodinámica. Pero…
¿Como puede la actividad física influir positivamente en la microbiota?
Lo puede hacer de muchas maneras diferentes.
Las fuerzas mecánicas que se producen con la actividad física afectan a la motilidad intestinal y el mezclado. También aumentan el tono vagal y simpatico y la producción de ácidos biliares. El transito intestinal se acelera y cambian el pH, la secrección de moco y la disponibilidad de nutrientes para los microbios. Todos son potenciales reguladores de la estructura comunitaria de la microbiota.
Además, la disminución del flujo sanguineo y la elevación de la temperatura que se producen con la actividad física, afectan a la funcion barrera del intestino y favorecen contactos breves entre el sistema inmune y la microbiota. Las pequeñas batallas que se liberan entre ambos ejércitos modulan, tanto la composición de la microbiota, como la inmunidad del huésped. Además, aumentan las proteinas de shock térmico, que tienen efectos positivos en la integridad del epitelio. El resultado es una barrera intestinal más competente.
Al mejorar la integridad de la barrera mucosa y epitelial, hay menos paso de endotoxinas y lipopolisacáridos al torrente sanguineo y, por lo tanto, menos actividad inflamatoria. Además, se previene la adherencia de determinados microbios al epitelio y se constituye un ecosistema favorable para otros organismos como la A. muciniphila, una bacteria asociada con la delgadez y la salud metabólica.
Los cambios que se producen en la ecología de la microbiota son reversibles en pocas semanas tras cesar un régimen de ejercicio y, aunque son difíciles de definir, en esencia, mejoran la diversidad y riqueza de especies, con una mayor cantidad de especies capaces de fermentar la fibra y producir ácidos grasos de cadena corta, fundamentalmente butirato. Estos ácidos grasos parecen los mediadores de gran parte de los beneficios de una microbiota sana.
¿Y que hace la microbiota por la salud metabólica?
Detallar los mecanismos que se han relacionado con la salud metabólica sería un acto tan osado por mi parte, como despiadado.
Es materia oscura.
Droga dura.
Una puta locura!!
Pero se podrían resumir diciendo que…
- Disminuye la adipogénesis y el depósito visceral de lípidos por mecanismos metabólicos y hormonales diversos, relacionados con el hambre y la saciedad y la homeostasis energética en general.
- Los efectos neuroendocrinos, eje intestino cerebro y los efectos sobre el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal tienen también efectos indirectos en la salud metabólica.
- La integridad de la barrera intestinal disminuye la endotoxemia y los lipopilisacaridos circulantres y la actividad inflamatoria de bajo grado.
- Mejora la resistencia a la insulina en hígado, músculos, tejido adiposo…
Todos ellos son elementos implicados en el desarrollo del síndrome metabólico y las enfermedades relacionadas con la obesidad.

Es decir. Parte de los efectos beneficiosos del ejercicio en la salud metabólica parecen explicarse a través del efecto que tiene la actividad física en la composición y comportamiento de la microbiota.
Nos queda por saber…
¿Que hace la microbiota por la actividad física?
El lactato que se produce del metabolismo anaeróbico durante la actividad física alcanza el tubo digestivo y modifica su pH y sirve de sustrato metabólico para la Veillonella atypica. La Veillonella metaboliza el lactato y produce propionato, que vuelve como sustrato energético al torrente circulatorio con el potencial de mejorar el rendimiento en actividades de resistencia. Asi es como le devuelve las caricias la microbiota a la actividad física.
Además, parece que la microbiota de los deportistas tiene vías metabólicas peculiares que afectan a la biosíntesis de aminoácidos y al metabolismo de los hidratos de carbono. Sin embargo, no hay manera de saber hasta que punto estos cambios no son consecuencia de la dieta en vez del ejercicio.

Y, por último…
¿Que hace la salud metabólica por la microbiota?
Pues parece que a la microbiota, como a casi todos, le gustan jovencit@s y magr@s. Osea, metabólicamente sanos. O, por lo menos, es en estos en los que se producen los cambios más favorables en la composición de la microbiota en estudios de intervención con actividad física.
El conocimiento sobre el papel de la microbiota y su relación con el organismo humano es un campo de investigación que está viviendo una época convulsa y un gran desarrollo. Nos está enseñando que los beneficios de la actividad física sobre la salud metabólica y sobre otras enfermedades relacionadas con la obesidad y del mundo moderno se producen, al menos en parte, a través de su efecto en la microbiota.
Aun así, sigue habiendo grandes lagunas en el conocimiento. Muchas veces no es posible saber donde termina la relación causal y empieza la asociación, o como influyen otros factores como la dieta, el tipo de ejercicio, la edad o el sexo por ejemplo.
Os dejo algunos artículos por si queréis profundizar. Me parece que reflejan muy bien el verdadero conocimiento con respecto al tema (artículo, artículo, artículo, artículo).
Veréis que la relación recíproca entre la actividad física, la salud metabólica y la microbiota es una area muy interesante y que implica multitud de procesos fisiológicos mucho más complejos de lo que os cuento y de lo que soy capaz de comprender. Y que, aunque la teoría es muy bonita, la realidad probablemente será mucho más terca que la historia orgasmico-literaria con final feliz que os cuento.
Solamente ellos 3 conocen las intimidades de su ménage à trois particular.

Con la anterior entrada solo pretendía cogeros por las orejas, zarandearos la cabeza y no dejar una sola idea en pie con respecto al screening del deportista veterano. Así partimos de cero para afrontar esta última entrada. Bastante más constructiva.
Vamos a repasar el posicionamiento de las distintas sociedades científicas y a ver como encajan en función del entorno en el que nos movemos.
Veremos:
- La postura Americana (muy cómoda).
- La postura de las grandes sociedades cardiológicas (algo más incómoda).
- La postura de SEMED-FEMEDE (Sí. Es diferente 🤷♂️).
- Mi postura (bastante contorsionista).
- La perspectiva Canadiense (estos no pillan postura).
Empiezo por el último.
La perspectiva Canadiense
Empezamos con la postura de la Sociedad Canadiense de Cardiológía. Les tengo muy en cuenta porque me gustó mucho su documento de consenso para la valoración cardiovascular del deportista joven (Ref).
A ver que nos dicen del madurito…
Después de comentar brevemente la utilidad de cada prueba en la valoración de estos deportistas, concluyen que…
“Hace falta más evidencia para saber cual es la mejor estrategia para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares adversos en los mayores de 35 años”
Y ya.
No hay ninguna postura.
Supongo que por eso el documento se refiere a “la perspectiva Canadiense“ y no al posicionamiento Canadiense.
Como diría Sabina…
“Son los maestros en el difícil arte de no mojerse bajo un chaparrón”.
Sí nos dejan algunas recomendaciones que consideran importantes:
- Educación del deportista veterano para que se ejercite con seguridad.
- Comunicar a la mayor brevedad los nuevos síntomas para estudiarlos adecuadamente.
- Mantener un estilo de vida saludable.
Y se debería también…
- modificar el ejercicio en individuos de alto riesgo y
- asegurar las medidas de actuación urgente y acceso a un desfibrilador automático en todas las instalaciones deportivas.
Pero si queremos un posicionamiento sobre como hay que hacer el reconocimiento médico, tenemos que buscar en otra parte. Vamos con el ACSM y las Guías de Actividad Física para los Americanos.
La postura del ACSM y las Guías de Actividad Física para los Americanos.
Quisiera destacar que las guías del ACSM (Colegio Americano de Medicina Deportiva) y las Guías de Actividad Física (AF) para los Americanos (homólogas a las Guías de Alimentación para los Americanos) son 2 referentes internacionales en su area y sientan las bases para las recomendaciones de organismos tan importantes como la OMS.
Los comento juntos porque son clavados.
Lo más destacado de las recomendaciones del ACSM es que, en su ùltima edición, han eliminado de la toma de decisiones el perfil de riesgo cardiovascular (RCV) (factores de RCV).
La verdad es que me identifico muchísimo con sus argumentos:
- El verdadero problema es la falta de ejercicio. No los riesgos asociados a la práctica de ejercicio.
- La necesidad de una valoración médica supone un obstaculo para la adopción de un estilo de vida activo.
- Los eventos cardiovasculares son muy infrecuentes.
- Los factores de riesgo son muy prevalentes e identifican mal al individuo que va a tener un evento.
- La valoración médica de los individuos con 2 o más factores de riesgo supone una carga asistencial muy importante y no esta exenta de riesgos.
Lo único que estas guías tienen en cuenta para decidir si una persona necesita o no una valoración médica de aptitud es si tiene alguna enfermedad cardiovascular (cardiaca, enfermedad arterial periférica o cerebrovascular), renal o metabólica (diabetes tipo 1 y tipo 2) o si tiene sintomas o signos que hagan pensar en alguna de estas.
No concreta en que consiste la valoración medica de aptitud. Se reconoce y se acepta la pluralidad de criterios para seleccionar las pruebas que se consideren oportunas.
Y con esto, y teniendo en cuenta la AF actual y la intensidad de la AF que se pretende realizar, elaboran su algoritmo de recomendaciones.
Os pongo el algoritmo pero quedaros con el resumen

En individuos físicamente inactivos
Atentos a lo largo del post con lo que considera cada sociedad científica activo e inactivo, porque cambia y mucho.
En este caso, por individuo inactivo se refieren al que hace menos de 30 min de ejercicio de intensidad moderada, 3 días a la semana.
Estos deberían empezar un programa de ejercicio de intensidad ligera-moderada, sin necesidad de valoraciones médicas, y progresar en intensidad según el modelo FITT-VP.
Introducen el modelo de prescripción FITT-VP (frecuencia, intensidad, tiempo, tipo, volumen y progresión) y referencias para la prescripción por intensidades relativas.
👏👏👏👏
Los individuos enfermos e inactivos tienen que consultar con un médico antes de empezar a hacer cualquier programa de ejercicio.
En individuos físicamente activos:
Los individuos asintomáticos que practican ejercicio de intensidad moderada durante al menos 30 minutos, al menos 3 veces por semana, y que no tienen enfermedad cardiovascular, renal o metabólica, pueden continuar con su programa de ejercicio y progresar gradualmente en función de la tolerancia.
Los enfermos activos no tienen que renovar su aptitud dentro de los 12 meses de la última valoración salvo que haya nuevos síntomas.
Y todo individuo con nuevos síntomas debería interrumpir el programa de ejercicio y solicitar valoración médica.
Las guías de AF para los Americanos son aun más básicas. Fijaos que fácil lo hacen:
- Las lesiones más frecuentes afectan al sistema musculoesquelético. Otros eventos adversos pueden suceder con la AF, como la deshidratación y el sobrecalentamiento y, raramente pueden acontecer heart attacs (supongo que se refieren a infartos y arritmias malignas)… La evidencia científica demuestra firmemente que la AF es segura para casi todo el mundo. Es más, los beneficios para la salud sobrepasan con creces los riesgos.
- Elige el tipo de AF más adecuado para tu aptitud física actual y para tus objetivos de salud y progresa poco a poco para alcanzar los objetivos.
- Utiliza equipamiento de protección, elige entornos seguros, sigue las normas y las políticas locales y elige bien cuando, donde y como mantenerte activo.
La postura de las sociedades americana y europea de cardiología.
A estos se les nota la vena cardiológica. Un cardiólogo que se precie salta como un muelle cuando se le cruza alguien que rezuma riesgo cardiovascular (RCV). Al fin y al cabo, el riesgo de alguna complicación con el ejercicio aumenta en paralelo con el RCV.
Este documento de consenso de la AHA (Asociación Americana del Corazón) se refiere específicamente a las pruebas de esfuerzo (PE) y dice:
“Aunque la conveniencia de una PE en adultos asintomáticos antes de comenzar un programa de ejercicio es controvertida… se puede recomendar antes de hacer ejercicio vigoroso en individuos asintomáticos de alto riesgo (diabéticos, enfermedad arterial carotidea sintomática, enfermedad arterial periférica o un riesgo de Framingham a más de 10 años de más del 20%).
En un documento de consenso conjunto entre la sección de arritmias (EHRA) y preventiva (EACPR) de la sociedad europea de cardiología (ESC), las conclusiones son exactamente las mismas:
“Los individuos de >35 años que van a participar en AF vigorosa deben de ser informados, de la naturaleza de los síntomas de alarma y de la necesidad de valoración temprana en caso de que aparecieran. Hacer una prueba de esfuerzo en caso de síntomas y, aunque hay datos conflictivos con respecto a su eficacia, se podría considerar también una PE en los asintomáticos con un alto riesgo cardiovascular”.
Quiero añadir aquí un comentario sobre las nuevas guías de síndrome coronario crónico de la ESC que dice que…
“En pacientes en los que no se puede descartar enfermedad coronaria mediante la valoración clínica, se recomiendan tests diagnósticos no invasivos para el diagnóstico y la estratificación del riesgo de eventos. Estas guías recomiendan utilizar valoración funcional por imagen (ecocardiograma de esfuerzo, RM de esfuerzo, PET o SPECT) o coronariografía por TAC como prueba diagnóstica inicial”.
Con esto quieren decir que, si lo que queremos es saber si un paciente tiene o no tiene isquemia, el electrocardiograma de esfuerzo carece de las cualidades para el diagnóstico y queda relegado a una segunda opción para cuando las primeras opciones no están disponibles (algo que rara vez va a suceder con nuestros sistemas sanitarios).
Sin embargo, en el contexto del screening, cuando el paciente no cuenta síntomas que requieran descartar isquemia, la necesidad de confirmar o descartar esta posibilidad es más que cuestionable. En todo caso, podría interesarnos saber si hay isquemia severa. Y en este punto, me parece muy oportuna una recomendación rescatada de las anteriores guías de cardiopatía isquémica crónica de la ESC:
“En adultos asintomáticos con riesgo intermedio (véase SCORE para la definición de riesgo intermedio en: www.hearscore.org), incluidos los adultos sedentarios que planean comenzar un programa de ejercicio intenso, se puede considerar el ECG de esfuerzo para la evaluación del riesgo CV, particularmente si se presta atención a marcadores no electrocardiográficos, como la capacidad de ejercicio (IIb-B).
Para los profanos, IIb quiere decir, dudosamente indicado.
Hay un último documento de la ESC, anterior a todos los comentados en este apartado, que es específico para la valoración de deportistas veteranos. Aunque desarrolla más ampliamente la estrategia de screening en estos sujetos, he preferido dejarlo para el final. Quería dejar clara cual es la evidencia del ECG de esfuerzo en la valoración del deportista antes de meternos en algoritmos.
El algoritmo parte de la división de los sujetos en activos e inactivos.
Inactivo se considera al que practica una AF inferior a los 2 METs/h semanales (para haceros una idea, esto equivale a caminar durante menos de 1 hora a la semana). Se ha visto que este nivel de actividad se asocia a muchos más eventos coronarios y peor pronóstico y, por lo tanto, lo consideran equivalente a tener un alto RCV.
Por el contrario, activo consideran al que práctica un volumen de AF superior a los 2 METs/h semanales.
El algoritmo sigue con la intensidad de la AF que se pretende realizar por la relación que existe entre intensidad del ejercicio y el riesgo de eventos. En este punto, el documento perpetúa el eterno error de las intensidades ligera, moderada y alta, divididas por los típicos umbrales absolutos de 3 y 6 METs.
Después vienen los cuestionarios de autoevaluación (como los que comentábamos en la primera entrada) y consultas con un médico, con su historia clínica, exploración, una estimación del riesgo cardiovascular (en este caso proponen el sistema SCORE) y un electrocardiograma (ECG). Si hubiera alteraciones en alguno de ellos o un perfil de alto riesgo por el SCORE, habría que hacer una PE máxima y lo que proceda.

Los inactivos que quieren empezar a hacer ejercicio de baja intensidad, deben cumplimentar un cuestionario de autoevaluación como los que comentamos en la primera entrada. Si es negativo, ya están listos para ponerse las zapatillas. Por el contrario, si responden afirmativamente a alguna pregunta del cuestionario o pretenden hacer ejercicio de intensidad moderada o alta, deben someterse a la valoración médica.
En cualquier caso, se insiste en la conveniencia de un programa de ejercicio gradual en duración e intensidad y monitorizando los síntomas y signos de alarma.
Por otro lado, los mal llamados sujetos activos, pero que no tienen el riesgo del sedentarismo absoluto, pueden empezar a hacer ejercicio de baja intensidad sin más valoraciones. Si quieren hacer alta intensidad tienen que ser valorados por el médico según lo comentado y, si quieren empezar con intensidades moderadas, desempatarían con un cuestionario de autoevaluación.

Bajo mi punto de vista, demasiadas consideraciones para tan poca evidencia. Y no me termina de quedar claro que en el individuo que hace ejercicio de alta intensidad 5 días a la semana desde hace 30 años, la valoración médica discrimine mejor el riesgo de eventos que la propia regularidad del ejercicio físico.

Ya me diréis cual es la prueba médica que te de más garantías que esto.
La postura de FEMEDE
SEMED-FEMEDE, en su documento de posicionamiento sobre reconocimientos médicos para la aptitud deportiva de noviembre del 2017 dice que:
Debe realizarse un ECG de esfuerzo a deportistas e individuos fisicamente activos con riesgo alto de incidente coronario antes de la practica deportiva o AF.
Hasta aquí da el pego. Se parece mucho a las posiciones americana y europea cardiológicas. De hecho, mencionan la recomendación de estas sociedades, pero se saltan la parte que hace referencia a lo controvertido del ECG de esfuerzo en el deportista asintomático.
Pero hay que seguir leyendo.
Indicaciones del ECG de esfuerzo en deportistas e individuos físicamente activos:
- Varones asintomáticos de 35 años o más, con uno o más factores de riesgo cardiovascular (FRCV).
- Mujeres asintomáticas de 45 años o más, con uno o más FRCV o mujeres posmenopáusicas de cualquier edad.
- En individuos sintomáticos de posible cardiopatía isquémica de cualquier edad y sexo.
Los individuos con sintomas que sugieran cardiopatía isquemica ya hemos dicho que lo que necesitan es una PE basada en la imagen o un angioTC. No un ECG de esfuerzo.
Pero vamos a ver a que se refieren con FRCV. Os pego la tabla 8 del documento original.

Personas que no hacen 150 min de ejercicio de intensidad moderada?!
😳
Ser hombre y tener más de 45 años?!
😒
Un colesterol total de >200 mg/dL?!
😂😂😂
Venga hombre!!! Seamos serios!
Un cincuentón sano que quiere empezar a andar a paso ligero alrededor de la ría se tiene que hacer una prueba de esfuerzo?!
Según esta gente, prácticamente cualquier individuo veterano tiene indicación de hacerse un ECG de esfuerzo. Os aseguro que os costaría encontrar a una sola persona veterana que no cumpla alguno de los requisitos. Y ya vimos en la anterior entrada como rinde la PE en esta población.
Por si no la habéis leído… MUY MAL!
Evidentemente, no dan ni una sola referencia que respalde sus criterios de alto riesgo.
E insisto, a diferencia de la AHA y la ESC, que expresan abiertamente sus dudas sobre la utilidad de la PE en asintomáticos con un perfil de riesgo bastante mayor, estos no manifiestan ningún tipo de duda con respecto a la conveniencia de la exploración.
Cuando leo aberraciones como esta, pienso que algo no encaja…
🤔
… y solo se me ocurren 3 posibilidades:
- Creen que saben lo que hay que hacer, pero en realidad no comprenden la complejidad del asunto.
- Saben perfectamente que no saben lo que hay que hacer, pero mienten deliberadamente en su beneficio.
- Saben muy bien lo que hay que hacer y yo deliro y no digo más que chorradas, como siempre.
En realidad da igual si saben que saben, creen que saben o dicen saber, porque lo importante es que los pacientes-deportistas sientan que sabemos lo que hacemos.
Así que, para todos aquellos deportistas que leáis esto y estéis pensando en haceros un reconocimiento y queráis seguridad, os pego el panel de expertos de estas ultimas guías para que consultéis directamente con ellos.

He tachado el nombre de Mats Borjesson porque os pilla muy lejos de casa y porque no me queda claro si se posiciona según el documento europeo del 2011, del que es primer firmante y con el que me identifico bastante más, o según este otro documento.
Mi postura

Si habéis leído los 3 artículos, estaréis en condiciones de elegir vuestro propio posicionamiento.
Os digo como me manejo yo en este mar de dudas y posturas.
En lo que todos están de acuerdo y a lo que me sumo, es en la importancia de un régimen de ejercicio progresivo en duración, frecuencia e intensidad y a la importancia de reconocer los síntomas de alarma y de solicitar una valoración médica en caso de que suceda.
Hay un hecho curioso con esto y es que nadie aclara como se supone que hay que hacer esta educación. Como se supone que hay que llegar a todos los individuos que hacen o van a empezar a hacer un programa de ejercicio?
En realidad, como todo el mundo debería de hacer o empezar a hacer ejercicio, la información debería ser universal. Supongo que habría que utilizar canales de comunicación masivos. Se aceptan ideas.
De ahí en adelante, si me pongo en formato muy académico, creo que no podría ir más allá de la postura de la Sociedad Canadiense de Cardiología. La ausencia de evidencia es innegable. Y si solo fuera un tema de beneficio, no pasaría gran cosa, el problema es que la falta de evidencia es para afirmar que, de hecho, el perjuicio o la yatrogenia no sea mayor que el supuesto beneficio.
Pero en un mundo en el que se exigen respuestas, supongo que hay que posicionarse un poquito más. Y aquí hay distintas posibilidades.
Si la pregunta fuera: ¿cual es el mejor ejercicio? La respuesta es diferente en función de si nos dirigimos a la población general o a un individuo concreto. Si nos dirigimos a la población, podríamos aceptar que caminar es el mejor ejercicio, pero si estamos hablando con un individuo joven, mandarle a caminar es claramente insuficiente.
Si yo fuese un político o gestor de la salud de masas o el organizador de un evento deportivo muy multitudinario, me quedaría con las guías del ACSM o las Guías de AF para los Americanos. Nada de factores de riesgo, y en caso de síntomas o enfermedad, certificado médico de aptitud.

En una ocasión he actuado de esta manera, y lo volvería a hacer igual. Sin embargo, la inmensa mayor parte del tiempo soy un clínico, de hecho un cardiólogo, y veo individuos y no poblaciones. Quizás por eso también me identifico con los argumentos de la AHA o la ESC.

Aunque no sugeriría a nadie sin síntomas ir al médico para empezar un programa de ejercicio, la realidad es que, por una cosa u otra, acaban viniendo a la consulta.
La estratificación de RCV la hago siempre independientemente de si el contexto es deportivo o no. El ECG lo hago por inercia más que por convencimiento y, con lo que me encuentro en un ecocardiograma, no me siento incómodo.
Es la isquemia la que más me hace dudar. Pero hay personas con un perfil de riesgo elevado y con muchos boletos para tener enfermedad coronaria. Y la enfermedad coronaria puede ser extensa y condicionar isquemia severa. No me parece mal hacer una valoración funcional en la cinta atendiendo, no tanto al ECG, como al comportamiento del individuo cuando hace un esfuerzo máximo. Ver como jadea, si tiene síntomas, si le suben la tensión arterial y la frecuencia cardiaca adecuadamente, si hace algo raro o sospechoso. Con dudas, pero me atendré a lo que salga.
Por último, si estuviera haciendo limpieza de documentos inservibles en casa, probablemente echaría mano del documento de FEMEDE.

No es serio.
Gracias por aguantar hasta el final. Espero que la lectura os haya servido de algo.

Otras entradas de la serie:
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. 1ª parte: Introducción, pruebas de primera línea y algún despropósito.
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. 2ª parte: Calcio coronario, angiografía no invasiva y la prueba de esfuerzo. La paradoja de las cicatrices del gladiador y la madre del lobo con piel de cordero.
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. 3ª parte: El posicionamiento de las distintas sociedades científicas y las conclusiones.
En esta entrada me quiero centrar en los puntos fuertes y débiles de la anatomía coronaria por TAC (score de Calcio o CaCo y coronariografía no invasiva) y la valoración funcional mediante la prueba de esfuerzo (PE).
Voy a empezar por el CaCo, porque su función es básicamente la de complementar la valoración del riesgo cardiovascular (RCV), que es un paso muy temprano en la valoración del deportista veterano.
Sigo con la coronariografía no invasiva que, aunque no es una tecnica de screening, suele hacerse simultaneamente con el CaCo mediante un TAC.
Y terminamos con la PE, que es la madre del cordero y la gran protagonista en la valoración cardiovascular de los deportistas.
El artículo es largo y con puntos bastante técnicos. A ver si consigo hacerme entender y captar vuestra atención durante toda la lectura. De entrada, os advierto que vienen curvas.
Score de Calcio coronario (CaCo)
El CaCo es una técnica para estimar el RCV de las personas. La calcificación de las arterias coronarias es parte del proceso de curación o cicatrización de las placas de ateroma. Cuando ves calcio, sabes que ahí hay una placa de ateroma y, por lo tanto, una cierta elevación del riesgo de tener algún evento coronario.

No me voy a meter en la estimación del RCV según el SCORE porque me parece bastante impreciso. Es mucho más acertada una valoración cualitativa teniendo en cuenta muchas más variables.
Cuando estimamos el RCV a partir de la edad, el sexo, el consumo de tabaco, la práctica habitual de ejercicio físico y los componentes del síndrome metabólico (obesidad abdominal, tendencia a la diabetes, dislipemia aterogénica, hipertensión…) y no te queda claro si esa persona es de bajo o de alto riesgo, saber si hay o no calcio coronario te puede ayudar a desempatar. Así se puede decidir si intensificar o no las medidas de prevención, por ejemplo con estatinas (y así consta en las guías americanas de lípidos).
Si hay mucho calcio, te puede interesar también saber si las placas de ateroma son obstructivas o no.
Pero es importante no perder de vista un detalle. Estamos mirando la enfermedad a través del proceso de curación. No estamos mirando al proceso de instauración de la enfermedad. Y esto es un campo de abono para las paradojas.
La paradoja de las cicatrices del gladiador

Imaginad que sois una compañia de seguros y le tenéis que hacer un seguro de vida al hombretón de la foto. Con ese cuerpo lleno de cicatrices de espadazos, puede que Rita la Pollera se lo haga, pero probablemente será la única.
Si dais por hecho que le estamos viendo desde el lado de la arena, las puertas que tiene abiertas a sus espaldas le confieren un significado muy pesimista a esas cicatrices. A priori es poco probable que siga vivo a medio plazo.
Si dais por hecho que le estamos viendo desde el lado de la arena, probablemente estéis acertados, porque pensáis de la misma manera que el panel de expertos que ha elaborado las citadas guías americanas de lípidos.
Los que no habéis dado por hecho nada, tenéis el mismo problema que yo. A partir de la foto no es posible saber si le estamos mirando desde la arena o desde la calle. En este último caso las puertas abiertas representan la libertad de un gladiador invicto. Su vida ha cambiado drásticamente y el significado negativo de sus cicatrices se queda obsoleto. Ahora nos dicen que, ni sus rivales ni las infecciones han podido con él. En una nueva vida sin las amenazas del pasado, este organismo debería vivir más que la media. Ahora es un superviviente, no un luchador a tumba abierta.
Yo me sumo al criterio de Rita para hacerle un seguro de vida a este tío!
Y que tendrá que ver paradoja de las cicatrices del gladiador y la puerta del coliseo con el CaCo?
Imagina que tienes a una mujer de 65 años con una muy probable hipercolesterolemia familiar. Exfumadora importante hasta hace 3 años, con un perfil metabólico por lo demás excelente, y sin otros factores de riesgo. Padre con niveles muy elevados de colesterol LDL y arco corneal, vivo a los 95 años y 5 hermanos con niveles de LDL muy elevados, el más joven con 62 años y, oye! Ni un solo evento coronario en la familia.
Yo no tengo que imaginármela, porque la conozco.
Un experto de una unidad de lípidos le ha amenazado de muerte si no se toma la estatina. Ella es médico y no lo ve del todo claro.
Me pregunta si no sería conveniente hacerse un CaCo para decidir si tomar la estatina.
Le digo que no lo sé.
Se le queda esta cara.
😕
Le pregunto si la hipercolesterolemia familiar de su familia le parece muy aterogénica.
Inmediatamente se da cuenta de que no.
Le pregunto como podría estar segura de si la presencia de CaCo, en su caso, no se debe al indice acumulado de 60 paq.años de tabaco?
Me dice que no podría.
Le pregunto si va a volver a fumar.
Me dice que a los 95. Y que quizás entonces se haga un CaCo. Para plantearse lo del tabaco. Pero que por ahora lo postpone, porque no piensa tomar ningún hipolipemiante.
La hipercolestrolemia familiar de su familia es de las que no se asocia a más eventos coronarios (artículo) y su RCV ha pegado un giro de 180 grados al dejar el tabaco. Mirando desde este lado de la puerta, el significado negativo de sus cicatrices, si es que las tiene, estaría obsoleto.
Podemos paradojizar un poco más la paradoja. Si esa persona hubiera tomado estatinas, probablemente tendría más CaCo. Es lo que hacen las estatinas además de reducir el riesgo de eventos coronarios. 🤔
Si pensáis que me estoy yendo por las ramas, pensáis bien. Pero seguro que ahora me vais a entender mejor cuando os hable de la paradoja del CaCo en los deportistas.
La paradoja del CaCo en los deportistas.
Sabemos que las personas que han hecho mucho deporte a lo largo de su vida tienen más CaCo que sus iguales no deportistas. Y sin embargo, su pronóstico no es peor. Podría incluso ser mejor (Ref 1, Ref 2, Ref 3).
No sabemos porque sucede. Ni siquiera si es por el deporte. Se suele dar por hecho que lo es, pero otra posibilidad es que el ejercicio, en realidad, esté arreglando un destrozo que podría estar haciendo, solo por poner un ejemplo, el platazo de pasta que era tradición para cargar los depósitos.
Mas calcio y no más eventos coronarios. Las cicatrices en el deportista solo traducen mayor capacidad de cicatrización. Creeis que son aplicables las guías de lípidos a esta población? 🧐

Cuidadito con el CaCo. Que no tiene el mismo significado en el deportista de larga data y en el que quiere empezar un programa de ejercicio.
Revisión sobre el CaCo y la aterosclerosis coronaria en deportistas publicada a posteriori y que enriquece la lista de referencias del artículo: Exercise and Coronary Atherosclerosis. Observations, Explanations, Relevance, and Clinical Management
La coronariografía no invasiva
Ya hemos dicho que no es una técnica de screening, pero muchas veces se realiza en el contexto de dolores torácicos que no parecen coronarios o de forma paralela a un CaCo y, de repente, te llega con premio.

La angiografía coronaria por tomografía computarizada (o TAC de coronarias de toda la vida), permite ver el recorrido, la luz e incluso la propia pared arterial. Sabremos si hay placas de ateroma, su composición (lipídica, fibrosa, calcificada), cuantas hay, donde están y como son de severas. Es prácticamente como la suma de la información que nos da el CaCo (riesgo cardiovascular) y la prueba de esfuerzo (si hay isquemia y como es de severa). Esto último solo entre comillas, porque la severidad anatomíca de las lesiones, no siempre se corresponde con lo traicioneras que son o no son.
La isquemia es muy caprichosa y no nos lo va a poner nada fácil. 😥
Además, las lesiones coronarias son frecuentes en un porcentaje importante de los deportistas, incluso con una prueba de esfuerzo negativa (Ref 1). Podrían ser incluso más frecuentes que en sus equivalentes no deportistas (Ref 2), pero con una morfología más benigna (Ref 3) y sin aparente asociación con un peor pronóstico (Ref 4).
Es una prueba muy sensible y con un valor predictivo negativo altísimo, pero en una población de maratonianos maduritos donde casi el 50% van a tener placas, el significado clínico de las lesiones es totalmente diferente.
Esto, en teoría, convierte la recomendación IIB-C (Dudosamente indicado y sin evidencia) de adiro tras el hallazgo casual de una lesión coronaria (ver página 438 de las guías de síndrome coronario crónico), en una recomendación de grado III (contraindicado). 🤭
O no?! Espera. Que por otro lado, para controlar el riesgo trombótico que da lugar a síndromes coronarios agudos, no son pocos los que proponen usar adiro en las carreras (Referencia). 🤪
Vamos que la situación es similar que con el CaCo. Puede servirnos de referencia en el que quiere empezar, pero nos puede despistar mucho en el que acumula ya muchos kilometros. Y de aquí surge otra duda: ¿Donde termina uno y empieza el otro?
Uf! Que lió!! De aquí solo salen más preguntas que respuestas! Tenemos que salir de esta espiral de incertidumbre ya! No más anatomía coronaria en el screening.
Probablemente, la mejor forma de comprender la severidad de una determinada lesión coronaria, mejor que mirar a la anatomía, es hacer una valoración funcional de las lesiones. Esa es precisamente una de las razones para justificar la prueba de esfuerzo en los deportistas veteranos. Pero el asunto de la PE en este contexto también tiene mucha miga.
Vamos con la madre del cordero…
La prueba de esfuerzo (PE)
Está muy extendida la idea de que los deportistas se tienen que hacer una PE antes de empezar a hacer ejercicio o para las pruebas deportivas. Algunas sociedades científicas y sus colaboradores, los medios de comunicación y otras formas de marketing, hacen mucha presión en esta dirección.
Al mismo tiempo, la PE tiene también aplicaciones deportivas. Y esta polivalencia, contribuye aun más a la confusión.
Para intentar entender el verdadero papel de la PE en la valoración del deportista veterano, lo primero es diferenciar las PE clínicas y las deportivas. Sólo así sabremos si nos interesan una y/o la otra.
Las pruebas de esfuerzo deportivas:
Las PE deportivas pueden ser más o menos sofisticadas y se realizan con el fin de medir el rendimiento deportivo, determinar las intensidades de entrenamiento y calcular los ritmos de competición. No pretenden aclarar ninguna cuestión clínica y, por lo tanto, no pueden interpretarse como una garantía de seguridad a la hora de hacer deporte.

Las PE deportivas deben hacerse con ergómetros y protocolos que reproduzcan las condiciones de la competición, y no requieren herramientas diagnósticas como el ECG, la toma de PA y el pulsioximetro, por ejemplo. Es más, cuando estas herramientas diagnósticas no están indicadas, técnicamente están contraindicadas. Perfectamente podrían volverse en nuestra contra. Se que es difícil de entender, pero es así. Y si seguís leyendo lo entenderéis.
Sin embargo, sí que son de utilidad otros parámetros como la potencia de trabajo, la sensación de esfuerzo, el pulsómetro, el lactato capilar y la calorimetría indirecta o analisis del intercambio de gases (O2 y CO2).
Con esto sabremos si hemos mejorado, hemos empeorado, que ritmo o frecuencia cardiaca mantener durante una maratón y las zonas de entrenamiento para prepararla.
Punto y final.
En el momento en que empezamos a incluir el electrocardiograma o la toma de presión arterial en la prueba, ya le estamos dando una aplicación clínica. Y este es un punto delicado.
Las pruebas de esfuerzo clínicas:
Las pruebas de esfuerzo clínicas (ECG de esfuerzo con toma de presión arterial, ecocardiograma, resonancia o gammagrafía de esfuerzo o PE con intercambio de gases), a diferencia de las pruebas deportivas, se aplican al diagnóstico y a la valoración del riesgo y la respuesta a los tratamientos.

Aunque hay PE más finas, me voy a referir al ECG de esfuerzo por ser la prueba mas extendida y la que la gente de a pie suele tener en mente.
La PE nos será de gran ayuda cuando el deportista cuenta síntomas, sobre todo sintomas de esfuerzo que nos sugieren una arritmia. También para ver como se comporta la cardiopatía de fulanito cuando se somete al estrés de la actividad física intensa (estratificación del riesgo en cardiopatías) y para ver si hemos conseguido cambiar algo con el nuevo tratamiento (respuesta a terapias).
Pero en el deportista asintomático y sin cardiopatías conocidas el asunto es diferente.
A veces se justifica por su capacidad para identificar alteraciones sobre las que se puede intervenir, pero si aceptamos que no son parte del pool de las graves, los beneficios de detectarlas en fase asintomática son bastante cuestionables e ignoran los criterios de Wilson y Jungner para cribados poblacionales.
En asintomáticos, las preguntas clínicas que podríamos hacerle a la PE son las siguientes:
Tiene el paciente alguna cardiopatía que 1) no sea isquémica, 2) que no se haya visto en la valoración médica previa a la PE y 3) que suponga un riesgo digno de consideración?
Esta pregunta es importante porque tiene en cuenta todas las otras posibles causas de parada cardiaca o muerte súbita del deportista veterano. Pero es tan poco probable que una cardiopatía lo suficientemente severa como para darte un susto de verdad (fundamentalmente miocardiopatías), no de la cara en las exploraciones previas a la PE, y tan baja la frecuencia de sustos por patología de este tipo, que las posibilidades de buscarte un problema por hacer la PE superan con creces las posibilidades de beneficio. No voy a sacar cifras todavía. Prefiero reservarlas para más adelante.
Más preguntas…
Tiene el deportista una lesion cronica obstructiva en las arterias coronarias?
o…
Tiene el deportista riesgo de tener cualquier otra complicación aguda (por ejemplo un infarto o una arritmia maligna) con la practica de ejercicio?
Las 2 preguntas se refieren a la cardiopatía isquémica y son las que se suelen utilizar para justificar la PE.
Vamos con la primera:
Cual es la capacidad de la PE de cambiar el destino de un deportista por uno mejor, gracias a su capacidad para detectar lesiones coronarias obstructivas que no dan síntomas?
La sensibilidad y la especifidad de la PE son muy limitadas. 68% y 77% respectivamente. Que significa eso? Pues que se nos están escapando 1 de cada 3 lesiones de las que estamos buscando y que, en gente sana, 1 de cada 4-5 veces miente.
Y que más significa. Pues que la prueba solo tiene capacidad para rendir bien, o nos va a sacar de dudas con un índice de acierto razonable, en individuos con un rango de probabilidades a priori muy estrecho.

Y cual es la probabilidad de que un deportista madurito de bajo riesgo y asintomático tenga una obstrucción significativa. Es difícil dar una cifra definitiva, pero tengo 2 que nos pueden servir de referencia: 7.5% y 15% (por cierto, en este último, todos ellos con una PE previa que no detectó dicha lesión).
Si trasladamos estas probabilidades al rendimiento de la prueba de esfuerzo lo que vemos es que…

… si la prueba nos da positivo, tenemos que asumir que nos esta mintiendo y tendríamos que hacer una prueba más específica (un TC coronario o un ecocardiograma de esfuerzo por ejemplo). Y si nos da negativo, simple y llanamente, nos quedamos como estábamos.
Pero es que, además, ni siquiera esta claro que sea una buena idea saber si tenemos una lesión coronaria obstructiva porque:
- las lesiones son muy frecuentes,
- los sustos muuuy poco frecuentes y
- el significado clínico de las lesiones en deportistas veteranos es distinto al de la población general y la aplicabilidad de las guías clínicas cuestionable.
Por lo tanto, vamos a preguntarle a la PE lo que verdaderamente importa…
Tiene el deportista riesgo de tener cualquier otra complicación aguda (por ejemplo un infarto o una arritmia maligna) con la practica de ejercicio?
Esto se refiere a la isquemia severa y al riesgo trombótico. La proporción exacta es incierta pero entre las dos se reparten los 2 trozos más grandes del pastel de las muertes súbitas y eventos graves en los deportistas veteranos (Ref 1, Ref 2, Ref 3, Ref 4, Ref 5, Ref 6)
Del riesgo trombótico, la PE nos dice algo, pero poco. El riesgo trombótico lo identifica mucho mejor una buena estratificación del riesgo cardiovascular.
El ECG de esfuerzo es más util para ver si hay datos de isquemia severa. Y esta última es la única justificación defendible para hacer una PE en un deportista asintomático. Pero incluso esta tiene sus peros.
Cual es la posibilidad de que un paciente con isquemia severa este totalmente asintomático?
Estos son como las Meigas. Haylos.
Pero suerte pa encontrailos.
La verdad es que no se cual es la proporción de individuos de estas características pero si aceptamos que la PE aporta muy poco en el diagnóstico de las miocardiopatías y anticipándo síndromes coronarios agudos y que a los que tienen isquemia severa hay que restarles los que tienen síntomas, las probabilidades de que la PE consiga lo que se propone, merman considerablemente a cada paso.
Quizás los más sedentarios son los que más fácilmente podrían confundir los síntomas con las sensaciones de un ejercicio al que no están acostumbrados.
Además. Si encontramos isquemia severa… ¿Que se supone que tenemos que hacer con ella?
La verdad es que no me gustaría tener isquemia severa porque el pronóstico empeora muchísimo y la revascularización no parece mejorarlo (Ref 1 y Ref 2). Por lo menos en la población general. 😟
Pero, si los deportistas fueran diferentes? Al fin y al cabo, una isquemia mantenida durante las X horas de una maratón y bajo el estrés metabólico, electrolítico, térmico… específico de una actividad de este tipo, podría perfectamente producir un infarto e inestabilidad elèctrica. O acaso no se describe un buen puñado de lesiones crónicas en las autopsias de los deportistas maduros?
Si. Se describen, pero como podemos dar por hecho que son las verdaderas responsables?
Ya empezamos 😒
Si las lesiones crónicas están presentes en el 7.5-15% de los deportistas veteranos y es tan baja la tasa absoluta de las paradas cardiacas por una lesión de este tipo, no sería raro que alguna de ellas sólo estuviera ahí ensuciando la imagen de las lesiones obstructivas crónicas. Y no sería la primera vez que nos llevamos una sorpresa con el culpable (Ref).
Es como cuando el que sale del metro te deja a solas con su pedo en el vagón. Os parece justo lo que va a pensar el que se monte en la próxima parada?
Otra vez en el bucle de la incertidumbre. 😩
Mirad.

Es la maratón de NY.

Con sus 50.000 corredores…

… aproximadamente uno debería morir (Ref). Creéis que sois capaces de identificarlo? Si teneis suerte os cruzareis una vez en vuestra carrera profesional con ese espécimen. Y si os cruzáis puede que lo identifiquéis (o puede que no). Y si lo identificáis, puede que le salvéis la vida. Pero también puede que no.
Y en el proceso identificaremos a cientos de pseudoenfermos con cosas que nunca les habrían dado problemas o que habrían debutado de una manera más benigna.
Procurad que en el camino haya la menor cantidad posible de efectos secundarios por estatinas, betabloqueantes, antiagregantes, contrastes, radiación y complicaciones en los cateterismos. Intentad no propiciar conductas hipocondríacas y acertar con el mejor consejo deportivo.
Recordad que las guías y la evidencia os van a dejar tirados en muchas ocasiones y que aún así no podéis cometer errores, porque si no, en un intento harto estéril de evitar un evento grave, habréis fallado al principio fundamental de la medicina.
“Primum non nocere”
🤯
Como decía este interesante artículo titulado “expectativas de los clínicos sobre los beneficios y el daño de tratamientos, screening y pruebas”:
“Los clínicos rara vez tienen expectativas acertadas y a menudo infraestiman los daños y sobreestiman los beneficios. Estas percepciones desacertadas probablemente derivan en opciones de manejo subóptimas”.
Se os había ocurrido pensar que podríais incluso matar de una hemorragia intracranial a alguien que nunca hubiera debutado de forma grave?
En este punto, la madre del cordero, resulta ser más parecida a la madre del lobo con piel de cordero.

Mateo 7:15
Es una pena, pero no tenemos ninguna evidencia para saber en que individuos la PE puede ser beneficiosa y en cuales perjudicial. Y a falta de evidencia, haciendo numeros a groso modo, las cuentas a mi no me salen.
Hay un artículo que a veces se cita, que intenta estimar el balance riesgo/beneficio de hacer una PE sistemática a deportistas. Es una simulación a partir de las probabilidades de una serie de variables que derivan en cascada de hacer la PE. Y llega a la siguiente conclusión:
El screening rutinario reduce la mortalidad en las poblaciones de riesgo intermedio-alto pero no en las de bajo riesgo. Teniendo en cuenta la totalidad de los niveles de riesgo, el número de muertes inducidas por el ejercicio es menor que las que se producen como consecuencia de los cateterismos. Por eso y por motivos de calidad de vida, no se recomienda el screening rutinario mediante PE para reducir el riesgo de muerte súbita en deportistas.
La calidad de este estudio no sirve para tomar decisiones, pero sí para hacernos reflexionar.
Supongo que a estas alturas ya habréis hecho crisis. Si es así, tranquilos. Está todo controlado. Solo quería mostrar que las cosas no son tan absurdamente sencillas como se plasma aquí:

Por cierto, este es un artículo que en su día compartió en twitter un compañero cardiólogo que se dedicaba a la valoración de deportistas. Y lo peor de todo es que se sigue dedicando a ello. Supongo que ya no se acordará.
El próximo artículo pretende ser algo más exclarecedor. Vamos a analizar el posicionamiento de las distintas sociedades científicas. Veremos que estrategia propone cada una de ellas para gestionar toda esta incertidumbre. Os adelanto que hay variedad para todos los gustos.

Otros artículos de la serie:
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. Primera parte: Introducción, pruebas de primera línea y algún despropósito.
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. Segunda parte: Calcio coronario, angiografía no invasiva y la prueba de esfuerzo. La paradoja de las cicatrices del gladiador y la madre del lobo con piel de cordero.
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. Tercera parte: El posicionamiento de las distintas sociedades científicas y las conclusiones.
Aprovechando una ponencia para el congreso de eCardio 2020, me sale una serie de artículos sobre como debería de ser, bajo mi punto de vista, el screening o la valoración cardiológica del deportista veterano o master.
Que es el deportista veterano
Vamos a olvidarnos del concepto de deportista, porque no se definirlo, para referirnos a cualquiera que haga deporte o quiera comenzar un programa de ejercicio más o menos regular, que es a lo que realmente nos enfrentamos en la consulta.
Y a que se refiere deportista veterano o madurito?
Pues esa franja de edad en la que se empiezan a disparar de verdad la mortalidad y los eventos cardiovasculares, fundamentalmente a expensas de la enfermedad coronaria.
Podéis echar la raya donde os parezca oportuno. Un punto de corte habitual suelen ser los 35 años.
Cuando y como habría que hacer la valoración cardiovascular de estos individuos?
Aunque la respuesta se presenta como obvia en los medios de comunicación, en las conversaciones de amigos y, muchas veces en la consulta con el médico, la respuesta, en realidad, no es nada sencilla.

Decir todas esas burradas utilizando tan pocas palabras tiene mucho mérito.
Existe un gran repertorio de pruebas diagnósticas y fórmulas de screening. Desde la más sencilla, que serían los cuestionarios de autoevaluación, hasta una amplia combinación de pruebas que implican, además, un contacto médico con su historia clínica, exploración…
Todas tienen sus pros y sus contras. Todas se aproximan más o menos a lo que buscan. Todas tienen sensibilidades y especifidades imperfectas que rinden mejor o peor en función del escenario clínico. Cada una con sus costes, eficiencia y con sus posibilidades de beneficio (prevenir eventos) y de perjuicio (yatrogenia).
Ninguna de ellas cuenta con evidencia prospectiva sobre el impacto de su aplicación en los eventos cardiovasculares graves, ni en las complicaciones derivadas de su uso. Esta falta de evidencia es el terreno perfecto para que cada cual haga lo que le de la gana, cosa que queda perfectamente reflejada en los tan variopintos posicionamientos de las distintas sociedades científicas.
En esta primera entrada vamos a analizar brevemente el tipo de patología a la que nos enfrentamos y los pros y contras de algunas intervenciones. En una segunda entrada hablaremos del calcio coronario, la angiografía coronaria y la prueba de esfuerzo y, en una última entrada, del posicionamiento de las distintas sociedades científicas.
Me gustaria dirigirme tanto a médicos como a cualquier persona interesada ajena a la medicina. A ver si consigo adaptar el tono.
De todas formas, no esperéis demasiadas respuestas. Porque no las hay. Sólo quiero reflejar lo extremadamente compleja que es la prevención de eventos graves en el deportista maduro.
Al lio…
Una pequeña introducción sobre la cardiopatía isquemica
La cardiopatía isquémica es, básicamente, la enfermedad ateromatosa de las arterias coronarias y sus consecuencias.

En la imagen se ven las arterias coronarias epicárdicas viajando a todas las partes de corazón sobre su superficie.
Simplificando hasta el punto de que puedo ser impreciso, las arterias pueden enfermar…
- de forma crónica: desarrollando placas de ateroma con mas o menos componente lipídico o fibroso, en función de la fase evolutiva
- de forma aguda: en forma de trombosis coronaria en lo que sería un síndrome coronario agudo, y que puede derivar en un infarto.
Partiendo de esto, son 4 los escenarios o presentaciones básicas de la cardiopatía isquémica. Los esquemas nos van a servir para ver en que consiste el riesgo y con que pruebas podemos detectar la enfermedad.
Arteria coronaria sin lesiones obstructivas

No quiere decir que las coronarias estén sanas. Solo que están permeables y que el músculo no está dañado. En este escenario, las pruebas no van a servir de mucho, no hay gran cosa que detectar. Sin embargo, en función del perfil de riesgo cardiovascular las posibilidades de que esta situación progrese a cualquiera de las siguientes aumenta. Y eso si que puede ponernos en peligro. Sobre todo el infarto agudo.
Es decir. La normalidad de las pruebas no es garantía de nada (El caso de Iker Casillas es un ejemplo de ello), y mucho menos si tenemos un perfil de riesgo elevado.
El ambiente de riesgo sí lo podemos estimar a partir de los factores de riesgo y los hallazgos del TAC coronario (calcio coronario y angiografía coronaria). Hablaremos de ellos.
Arteria coronaria con lesión obstructiva crónica

Este tipo de lesiones son las que producen la angina típica de esfuerzo, pero también pueden no dar síntomas. Esta situación no se puede detectar con el electrocardiograma o el ecocardiograma de reposo, pero si con el TAC coronario y la prueba de esfuerzo. La importancia de estas lesiones va a depender de su número, de la severidad de la obstrucción y de la cantidad de tejido miocárdico al que irrigan.
Trombosis aguda que obstruye bruscamente una arteria coronaria

El infarto agudo de miocardio se refiere a la necrosis del miocardio por un cese brusco del riego sanguíneo. Generalmente por una trombosis coronaria o síndrome coronario agudo.
La fase aguda del infarto es una fase muy vulnerable para presentar todo tipo de complicaciones y es la causa más frecuente de muerte súbita en la población veterana (puede que el deportista veterano sea una excepción). Este es, sin duda, el más peligroso de los 4 escenarios.
Aunque hay gente con más boletos, el infarto agudo es muy impredecible y nunca está ahí cuando hacemos el reconocimiento. Solo podemos actuar sobre las posibilidades de que suceda, intentando controlar los factores de riesgo (hipertensión, diabetes, tabaco…) y evitando los esfuerzos muy intensos sin un periodo de acondicionamiento adecuado. También es importante saber reconocer y actuar ante los síntomas. Fundamentalmente dolores torácicos y fatigas agudas.
Infarto crónico

Tras el infarto agudo, el tejido muscular se sustituye por una cicatriz que sera mayor dependiendo del tiempo que pase hasta abrir la arteria (si es que se abre) y de la masa muscular que irrigue la arteria.
Las cicatrices son un sustrato favorable para que se produzcan arritmias y condicionan una perdida de fuerza del corazón como bomba.
La cicatriz si que podría identificarse con el ECG y el ecocardiograma, y la prueba de esfuerzo puede ayudarnos a averiguar como se comporta la cicatriz con el esfuerzo.
Por supuesto, hay muchos más escenarios, pero sería meterse en camisas de 11 varas.
Ahora vamos a ver como rinden las pruebas en estos escenarios.
Los distintos componentes de una estrategia de screening
Los cuestionarios de autoevaluación
Los cuestionarios de autoevaluación son una batería de preguntas, que pueden aplicarse por uno mismo o por el responsable de un programa de ejercicio, y que están orientadas a detectar patología, factores de riesgo o síntomas de enfermedad cardiovascular.
La sensibilidad y la especifidad de estos tests es desconocida y probablemente clasifiquen mal a una proporción importante de casos, pero tienen la gran ventaja de llegar a un volumen muy amplio de la población de una forma muy sencilla. Esto elimina obstáculos a la hora de comenzar un programa de ejercicio.
En caso de respuesta afirmativa a alguna de las preguntas, lo que procedería es una valoración médica al uso. Si no hay respuestas afirmativas, se acepta la ausencia de contraindicación para proceder con el régimen de ejercicio.
Los cuestionarios de autoevaluación más extendidos son el cuestionario de autoevaluación de la AHA/ACSM. Muy completo.

Y el PAR-Q. Más PAR-CO, con preguntas más generales.

A pesar de las evidentes limitaciones en cuanto a sensibilidad y especifidad, en algunas situaciones son el consejo de valoración más responsable por parte de un organismo determinado.
Por ejemplo. Imagina que eres el organizador de un evento deportivo en el que participan 15.000 personas y determinas que los inscritos tienen que presentar un certificado médico de aptitud para poder participar. ¿Existen los recursos médicos para hacer 15.000 reconocimientos antes del evento deportivo? Si la respuesta es negativa, estarías actuando de manera incoherente.
La historia clínica
La historia clínica es la herramienta más básica de diagnóstico médico y a la vez, la más importante.
En lo que respecta a la valoración de la persona que quiere hacer deporte, los puntos más importantes de la historia clínica son:
El régimen habitual de ejercicio físico, el que se pretende hacer y las razones para realizarlo:
- porqué el riesgo de eventos graves es proporcional a la intensidad del ejercicio físico que vamos a hacer;
- porque la regularidad con la que una persona practica ejercicio intenso es el mayor determinante del riesgo de eventos graves durante el propio ejercicio. No existe la prueba que de más garantías de seguridad que la práctica regular de ejercicio físico intenso sin síntomas (enlace), y
- porqué de cara a la recomendación final es importante saber si la conducta deportiva está alineada con los objetivos y con los valores de la persona.
Los antecedentes personales y los antecedentes familiares de patología hereditaria del aparato cardiovascular.
Síntomas de alarma: Dolor torácico, dificultad respiratoria o fatigas inusuales, palpitaciones, mareos o pérdidas de conocimiento. Estos son probablemente los elementos de la historia clínica que mejor van a identificar a los individuos de riesgo (enlace).
Exploración con auscultación cardíaca, carotidea, palpando pulsos periféricos y con medición de la presión arterial.
Y, finalmente, la estratificación de riesgo cardiovascular (RCV). Para esto es necesaria una analítica.
- Hipertensión arterial
- Dislipemia aterogénica
- Diabetes
- Obesidad
- Tabaquismo…
La cantidad y severidad de estos factores de riesgo es lo que determina las posibilidades de presentar un evento coronario.
Y ahora. Importante:
Cuando un deportista viene con la intención de hacerse, por poner el ejemplo más habitual, una prueba de esfuerzo, o dice que se le solicita para una ficha o un certificado de aptitud, en alguna parte hay un malentendido.
Los pacientes o las organizaciones deportivas, no están autorizados profesionalmente para exigir una prueba determinada. Otra cosa diferente es que una organización privada, por desconocimiento o por motivos menos inocentes exija la prueba.
Fijaos en la normativa de reconocimientos medicos de la federación vasca de atletismo.

Esto, no solo es demencial, también es una irresponsabilidad y una imprudencia médica, no exenta de riesgos. Si leéis los próximos artículos lo entenderéis.
“A partir de la información recogida en la historia clínica, se decidirá la necesidad, o no, de otras pruebas diagnósticas. Nunca antes”.
El electrocardiograma
Si en el deportista joven la evidencia para justificar un ECG es controvertida (enlace), en el deportista madurito es inexistente.
Por un lado sirve para detectar el mismo tipo de patología que en los deportistas jóvenes (miocardiopatías, enfermedades arrítmicas primarias y patrones de sobrecarga). Sin embargo, el diagnóstico de estas en edades más avanzadas, las hace menos malignas y, por lo tanto, será más complicado separar el grano de la paja tras el diagnóstico.
En lo que respecta a su capacidad para detectar cardiopatía isquémica asintomática (nuestro objetivo teórico principal), hay que tener en cuenta que:
- No es capaz de detectar obstrucciones coronarias que pueden ser severas y que son un hallazgo habitual en las autopsias de los deportistas maduritos (hablaremos de ellas en la próxima entrada).
- No puede anticipar la trombosis de las placas de ateroma que es la lesión del síndrome coronario agudo y el infarto agudo, que puedes tener según sales de la consulta del médico.
Sin embargo, si que puede detectar:
- Infartos antiguos o cicatrices y datos de sobrecarga (en las valvulopatías, hipertensión…).
- Patología a considerar específicamente en el deportista veterano, como son la fibrilación auricular y la miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho.
El ecocardiograma
Al ser una técnica sin riesgos biológicos directos y muy disponible, no es raro que forme parte de algunos protocolos de valoración de deportistas, tanto jóvenes como veteranos. En teoría sirve para detectar miocardiopatías, valvulopatías, infartos y dilatación de raíz de aorta.
A primera vista, todo son ventajas. Pero la cosa no es tan sencilla. De la misma manera que con el electrocardiograma, una cosa es todo lo bueno que en teoría puede hacer, y otra cosa muy diferente es la verdadera aportación de estos hallazgos en individuos que no tienen síntomas y las consecuencias de aplicarlo a las masas.
Por ahora, vamos a dejarlo aquí.
Hablar del electrocardiograma de esfuerzo, de la angiografía no invasiva (angioTC de arterias coronarias) y del Score de calcio coronario es mucho más divertido, pero alargaría demasiado el artículo. Prefiero comentarlo y adaptarlo en la siguiente entrada.

Otras entradas de la serie:
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. Primera parte: Introducción, pruebas de primera línea y algún despropósito.
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. Segunda parte: Calcio coronario, angiografía no invasiva y la prueba de esfuerzo. La paradoja de las cicatrices del gladiador y la madre del lobo con piel de cordero.
- Valoración cardiovascular del deportista madurito. Tercera parte: El posicionamiento de las distintas sociedades científicas y las conclusiones.
Cuando un músculo se mueve…

¡Se monta un cristo de cojones!

Quizás tengáis la idea del músculo como un órgano especializado en convertir la energía química en energía mecánica, moviendo huesos y articulaciones, trabajando a destajo bajo el látigo de un sistema nervioso central que le dice lo que tiene que hacer.
Nada más lejos de la realidad. El sistema nervioso central es solo el titiritero. El que lleva la batuta es el órgano más grande del organismo. El propio músculo.
“El director tiene que comunicar a los cantores o profesores instrumentales un denso mensaje musical sobre el tempo, dinámica, intenciones interpretativas diversas, etc. Y esta comunicación se hace, como no podría ser de otro modo, por medio de un lenguaje… el lenguaje gestual o del gesto, producto de la movilidad de ciertos elementos corporales o comportamiento cinésico del cuerpo.”
El lenguaje gestual del director. R. Rodriguez
La realidad es más parecida a esto:

Cuando el musculo se contrae empieza a producir y liberar cientos de sustancias peptídicas diferentes. Estas sustancias, llamadas citoquinas musculares o miokinas, son el lenguaje que utiliza el músculo para dar instrucciones. Y, como se puede ver en la imagen, tiene instrucciones para comunicarse con todos los organos del cuerpo.

El músculo es un exquisito director de orquesta que sabe como dar instrucciones al organismo para que de lo mejor de si mismo.
Vamos a ver que y como lo hace.
Lo que expresa el músculo en acción.
La Interleukina-6 (IL-6).
La IL6 es el prototipo de miokina. La orden favorita del músculo. Le gusta tanto, que la grita!!! Sus niveles aumentan de forma exponencial a medida que aumentan la duración y la masa muscular que está implicada en el ejercicio.
Puede que los ejercicios que se desarrollan con los brazos no sean suficientes para elevar los niveles de IL-6, pero cuando se movilizan grandes grupos musculares, como por ejemplo corriendo, los niveles pueden aumentar hasta 100 veces. El pico más alto lo vemos inmediatamente al terminar la sesión de ejercicio.
Pero que está intentando decir el músculo cuando grita IL-6? Preguntémosle al traductor de Google.

Entre otras cosas, la IL-6 les dice a los órganos que necesita combustible. Y los órganos obedecen.
En el tejido graso aumenta la lipolisis, y se liberan ácidos grasos. El hígado aumenta la producción de glucosa. Sustratos energeticos al servicio del tejido muscular. El músculo es un buen líder y sabe dar ejemplo. Mejora su sensibilidad por la insulina, capta más glucosa, libera ácidos grasos y aumenta la oxidación de los mismos.
Pero IL-6 debe de tener varios significados porque, cuando entra en acción, son muchos los organos que responden de distinta manera. Es muy notable el efecto que tiene sobre el sistema inmunológico y en la relación entre los intestinos y el pancreas. Tiene un potente efecto antiinflamatorio y sobre la salud de los islotes pancreáticos.
El propio músculo se viene arriba cuando comprueba su carisma y su capacidad de mando. La IL-6 le hace aún mas fuerte, más grande y más saludable. Este debe de ser el efecto miogénico de la IL-6.
¿A que dan ganas de ponérsela en vena?
Pues probablemente no sea buena idéa.
En organismos poco ejercitados y con sindrome metabolico, el organismo tiende a hacerse el sordo y el musculo tiene que gritar un poco más.
”He dicho… ¡¡MAS MADERA!!”
Pero a medida que el musculo se entrena y aumenta su capacidad de almacenar madera y utilizar carbón, o mejor dicho, almacenar glucógeno y quemar grasa, cada vez tendrá que gritar menos. Cuanto mas magro, mas entrenado y mas sensible a la insulina sea un organismo, menos se elevaran los niveles de IL-6.
Pero ademas de la IL-6 hay muchas más myokinas.
El resto de las myokinas
IL-4, IL-7, IL-8, IL-15, FGF, InsL6, Irisina, Myonectina, FSTL-1, SPARC, Oncostatina… Se cuentan de cien en cien los gestos o las palabras que conforman el vocabulario del musculingüe. Las myokinas son las hormonas que produce el propio músculo cuando se contrae y que utiliza como un lenguaje de autodiálogo (efecto autocrino y paracrino) o para comunicarse con otros órganos (efecto endocrino).
En conjunto, producen una serie de cambios en el organismo que se resumen de la siguiente manera.
- Mejora la composición corporal. La masa muscular o masa magra crece, se repara, se diferencia y se especializa. A su vez, la masa grasa disminuye.
- Además, el tejido graso se torna más pardo. Puede que os guste más el amarillo clarito de la grasa de toda la vida pero, si os dan a elegir, hacedme caso, quedaos con la grasa marrón. Es un tipo de grasa especializada en malgastar, en lugar de almacenar la energia. Una grasa que hace que los bebes, incluso rechonchitos, estén muuy sanos y puedan dormir en invierno desnudos sobre la cama cuando tu te tienes que tapar hasta las orejas.
- Y, ademas de los efectos favorables en el metabolismo energético (lípidos y glucosa) y los efectos antiinflamatorios que ya hemos comentado, también tiene efectos antitumorales y efectos muy positivos en la proliferación y en la salud del endotelio y los vasos sanguíneos.
Para los muy profanos, todo positivo.
Solo hay una palabra que denota malas intenciones…
“Myostatina!!!”
Malsonante, que no? Significa:
“pues ahora me pico y no me hipertrofio”
Pero en plena sesion de ejercicio fisico, el higado está de tal buen rollo, que sabe como hablarle al musculo para que reflexione. Y le susurra al oido…
“Folistatina”.
Y así, consigue hacer recapacitar al músculo, que se hipertrofia de buen agrado a base de un diálogo interno con mensajes de animo como IL-4, IL-7, IL-15, LIF y demás palabras élficas.
Por si alguien no lo entiende, todo bueno.
El Yin y el Yang
A estas alturas ya os habréis dado cuenta de que todo lo que consigue el músculo cuando se mueve es arreglar el destrozo del síndrome metabólico (SM). Es más, se podría decir que la situación representa el negativo del SM. Consigue exactamente lo contrario.
Dicho de otra manera…
la contracción muscular es el antídoto del SM.
Pero sabemos que el efecto antídoto del ejercicio físico es más complejo que el que se consigue con la contracción muscular y las myokinas.
Ya habíamos hablado de como el SM es, de hecho, una respuesta de estrés (enlace), y de como la actividad física, al ser una respuesta de estrés, es también un SM al servicio de los musculos, que aunque de forma aguda incrementa el riesgo de eventos (enlace, enlace y enlace), gracias a su efecto hormético, tiene una potente acción antiestrés, anti-SM y antieventos cardiovasculares.
De está manera se conforma un perfecto Yin y Yang, con el impacto de la in/actividad física en la salud/enfermedad que se explica por los efectos hormonales de tejidos periféricos (tejido muscular y adiposo) y a través de respuestas y adaptaciones neurohormonales y neurovegetativas de estrés.

Muy bien! Y ahora como se yo si la actividad física es buena o es malo estarse quieto?
😕
Es igual. Queda claro que si la actividad física y la masa muscular son el antídoto, la inactividad y la masa grasa serán el veneno para desarrollar un SM. Hablaremos de ello.
PD: En este artículo he querido tratar la visión del músculo como órgano endocrino por un artículo muy bonito que me ha llegado de la mano de Javier Butragueño (@javierbutra). Lo único que he hecho es darle un formato consumible.
La cardiología deportiva (CD) es una rama de la cardiología, que no está reconocida como subespecialidad, pero que tiene mucho contenido especifico.
Quizás la parte más conocida de la CD es la relativa a la identificación de individuos en riesgo de presentar complicaciones con la práctica del ejercicio. Es decir, el screening o el reconocimiento médico-cardiológico deportivo.
En esto, lo que distingue al cardiólogo deportivo es la habilidad para diferenciar los cambios propios del corazón del deportista (que se producen como adaptación al deporte) de algunas enfermedades cardiológicas con las que pueden llegar a tener mucha similitud.

Tomado de European Heart Journal (2015) 36, 1445–1453
Aquí hay que andar fino. Pero no es lo más difícil. Una vez identificada la patología hay que ser capaz de diferenciar la que va a dar problemas de la que no. Es decir, separar el grano de la paja o, mejor dicho, buscar la aguja en el pajar. Una intervención de la que se desconocen, tanto la eficacia, como la seguridad (enlace).
Pero para mí, la esencia de la CD es más bien la parte que se ocupa del consejo médico-cardiológico deportivo. Esta parte se solapa mucho con la rehabilitación cardiaca (RHC) porque ambas tratan con pacientes con algún diagnóstico y a los que hay que asesorar sobre la mejor forma de ejercitarse.
Desde fuera, un paciente de RHC es un paciente sin aspiraciones deportivas y al que hay que instruir sobre como ejercitarse para obtener los mayores beneficios de la actividad física (AF). Sin embargo, cada vez son más los pacientes de RHC que eran previamente activos y que lo que preguntan es…
… ¿Dr. hasta donde puedo llegar?
Esta pregunta es muy frecuente. Y la respuesta no siempre muy acertada.
En el contexto del paciente sedentario de RHC, el problema es más bien el contrario. Conseguir que la persona mantenga a largo plazo las recomendaciones del ejercicio que consideramos saludable para él. Por lo tanto, la respuesta más acertada en estos casos es…
… No se. ¿Hasta donde estas dispuesto a llegar?
Sin embargo, es en los pacientes previamente activos en los que más a menudo me viene a la mente la definición de la RHC. Quizás porque es precisamente en éstos en los que más se ignoran los principios de la RHC.
Según la definición clásica, la RHC es
“la suma de las actividades necesarias para influir favorablemente en la causa fundamental de la enfermedad, y para procurar las mejores condiciones físicas, mentales y sociales, de forma que el paciente pueda, por sus propios medios, retomar o preservar un lugar en la comunidad tan normal como sea posible”.
OMS 1964
Quiero extraer de la definición la idea que más capta mi atención. Quizás porque se descuida más de lo que creemos:
“Procurar las mejores condiciones físicas, mentales y sociales, de forma que el paciente pueda, por sus propios medios, retomar o preservar un lugar en la comunidad tan normal como sea posible”.
“…las mejores condiciones físicas, mentales y sociales…”
Evidentemente.
“… por sus propios medios…”
Es decir. De forma autónoma.
“…tan normal como sea posible”
Y… ¿Quien decide lo que es normal?
Yo lo tengo muy claro. Para mi lo que es normal es la situación de la que viene el paciente, que es exactamente la que él había elegido.
No solo se trata de realizar AF con seguridad, también hay que sacarle el mayor beneficio posible y ser muy cuidadosos para no limitar más de lo necesario a los sujetos activos.
Cuando estos pacientes preguntan hasta donde pueden llegar, hay una serie de respuestas que son muy populares.
- “Simplemente evita el deporte de competición” o,
- “limitate a hacer ejercicio de intensidad moderada”,
- “evita la alta intensidad”,
- “no pases de tal o cual frecuencia cardiaca (FC)”,
- “no levantes más de 5 Kg”,
- “evita las cuestas”…
¿Que consideramos deporte de competición? ¿Con cuanto acierto discrimina la definición de deporte de competición el elemento decisivo en el riesgo? ¿Cual es el aspecto del deporte de competición que marca la diferencia? Supongo que todo deporte federado lo es. ¿Pero, las pachangas de futbito con los amigos, son o no son deporte de competición? ¿Las carreras populares, son o no son deporte de competición? Hay un largo etcetera. ¿Como se supone que tienen que interpretar los pacientes…?
…Simplemente evita el deporte de competición.
Porque, la verdad, yo creo que no sabría hacerlo.
Y ¿que son el ejercicio de intensidad moderada y de alta intensidad? ¿Alguien sabria explicar cual es exactamenmte el umbral fisiológico que separa la intensidad moderada y la alta intensidad? A lo mejor nos estamos refiriendo a ejercicios de una intensidad absoluta de 3-6 METs (moderado) o >6 METs (intenso), que sabemos que no tiene nada que ver con la intensidad relativa, que es la única que podría tener un correlato fisiológico y un mínimo de sentido. ¿Podría alguien, por favor, darle una explicación al paciente para que entienda lo que son en realidad intensidad moderada y alta?
Y esa frecuencia cardiaca de seguridad que no deben superar… ¿a que se refiere? ¿Al 75% de la FC máxima teórica? ¿Al 85% de la FC en una prueba de esfuerzo máxima de 10 minutos en un tapiz con un protocolo en rampa? ¿A que se refiere ese porcentaje? ¿Con que precisión se aproxima a lo que pretende? ¿Como cambia con los distintos tipos de ejercicio? ¿Lo sabe el que aplica la fórmula a la ligera y le suelta la cifra al paciente?
¿5 Kg? Pero como, si mi nieto pesa 7! Que es lo que tiene que evitar este paciente, ¿la flexión del brazo contra 5 Kg? ¿Portear una bolsa de 5 Kg? ¿A lo mejor 2.5 Kg en cada brazo? ¿O se refiere a subir escaleras con una mochila de 5 Kg?
Quizás os parezca cachondeo, pero solo he puesto unos pocos de los muchos ejemplos reales que desfilan por la consulta.
Este tipo de consejos son un buen ejemplo de simplificación muy arbitraria y de un paternalismo un tanto absurdo qué, no solo no orienta a los pacientes, sino que los desorienta.
Los pacientes no entienden o no saben interpretar estos límites. Y lo sé porque me lo han dicho.
¿Donde está el origen del problema?
Dr. ¿Hasta donde puedo llegar?
Solo la pregunta, ya parte de una base equivocada. Asume que la relación entre la intensidad de la AF y las complicaciones es determinista. Y el tipo de respuestas que hemos analizado en los párrafos anteriores solo sirven para perpetuar el error.
La relación entre la intensidad de la AF y el riesgo de complicaciones puede ser determinista o estocástica.
Una relación determinista se da en los casos en los que a partir de una determinada intensidad aparecen problemas de forma más o menos reproducible. Si pasas de tal intensidad o FC comenzarán las arritmias o la angina de pecho, por ejemplo. En estos casos, los cardiólogos sí qué podemos establecer un umbral de seguridad, pero os aseguro que son una minoría.
La inmensa mayor parte de las veces, la relación entre la intensidad del esfuerzo y el riesgo de complicaciones tiene un comportamiento estocástico o probabilístico.
Es decir. Las posibilidades de un evento dependen en gran parte del azar.
Y que quiere decir eso? Pues que…
la respuesta a la pregunta, en realidad, la tiene el propio paciente.
A mi ningún paciente me pregunta si tiene que jugar a la lotería o al euromillon y mucho menos el dinero que tienen que invertir en la apuesta.
La gente no va al médico a preguntarle si debe o no subir una montaña de 8000 metros o ser astronauta. Todo el mundo entiende que la decisión les corresponde a ellos.

Con el ejercicio sucede exactamente lo mismo. La diferencia con las apuestas, con el alpinista y el astronauta es que, en este caso, el paciente siente que no tiene el criterio o los conocimientos técnicos para ponderar los riesgos y enfrentarlos a los motivos por los que mantenía un régimen determinado de ejercicio físico.
Por eso, la mejor respuesta a la pregunta…
Dr. ¿Hasta donde puedo llegar? Es…
No se . ¿Hasta donde quieres llegar?
Al hacer esta reflexión, los cardiólogos podemos tomar conciencia de cual es nuestro verdadero papel en la toma conjunta de decisiones.
Cual es el papel del cardiólogo deportivo?
Para mí, un cardiólogo que trata con deportistas es solamente un cardiólogo clínico con los conocimientos técnicos sobre la fisiología de la AF y sobre el tipo de demanda que impone cada deporte. Conoce los distintos tipos de riesgo, como se comportan estos riesgos, las variables que aumentan o disminuyen los riesgos y las estrategias para gestionarlos.
El deporte es un estilo de vida, y si vas a ejercer una medicina del estilo de vida, lo primero es tener mucho cuidado de no imponer tu propio estilo y valores. Hay que hacer el esfuerzo de no caer en la tentación del paternalismo y las recomendaciones pret a porter que violan la autonomía y la idiosincrasia de cada paciente-deportista.
Un cardiólogo deportivo es un cardiólogo que se toma el tiempo para averiguar las motivaciones deportivas y la tolerancia al riesgo del paciente-deportista y para explicarle como se comporta el riesgo y como gestionarlo para…
“Procurarle las mejores condiciones físicas, mentales y sociales
Y para que tenga las herramientas y su propio criterio…
…para que pueda, por sus propios medios, retomar o preservar un lugar en la comunidad tan normal como sea posible”.
Así sí, la cosa cobra sentido.
No se trata de conocer y aplicar guías. Se trata de aportar las herramientas para que cada paciente se pueda elaborar sus propias guías.
Es cierto que habrá pacientes a los que les pese la decisión incluso con los conocimientos para ello. El cardiólogo deportivo estará encantado de aliviar la carga de estos pacientes asesorando de la forma mas aséptica posible. En casos como éste, el objetivo sera reforzar la confianza del paciente en la decision final. Es fundamental no vivir con miedo.
En los próximos artículos hablaremos de como se comporta el riesgo con el ejercicio y de cuales son las variables que tiene que conocer el deportista para saber exactamente hasta donde quiere llegar en cada momento.

La utilidad del pulsómetro en la prescripción de ejercicio se basa en la relación que existe entre la frecuencia cardiaca (FC) y las demandas metabólicas o intensidad del ejercicio. Atendiendo a la FC podemos aumentar o disminuir voluntariamente la intensidad del ejercicio buscando objetivos concretos de salud, rendimiento y seguridad.
Esta es la lógica que ha convertido al pulsómetro en una “herramienta” muy popular en los círculos del deporte de competición, el fitness y en la rehabilitación cardiaca (RHC)
Nota: las consideraciones del uso del pulsometro en la RHC son aplicables a la prescripción de ejercicio para cualquier persona sana que quiera comenzar un programa de ejercicio.
De hecho, en el deporte de competición y en el alto rendimiento sí podría considerarse una herramienta. A los muy deportistas la FC les permite afinar un poco en las cargas y conocer su estado de entrenamiento. Pero también hay que aclarar que muchos deportistas de la misma especialidad deportiva y del alto nivel prescinden totalmente de este dato. Doy por hecho que sin ver comprometido su rendimiento.
En el mundo del fitness el asunto diferente. En este caso, el pulsómetro no es más que un juguete u otro más de los productos de consumo de esta industria imparable. Su único valor real es el del extra de motivación que puede aportar el feedback del sinfín de datos que se pueden extraer de estos cacharros (distancias, desniveles, intensidades, tiempos, actividad/pasos y sus derivados). Pero los datos per se, no tienen ningún impacto en la salud o la composición corporal y afinar tanto en la aptitud cardiorrespiratoria no suele ser el objetivo principal.
En el contexto de la RHC la realidad es algo más terca. La FC de entrenamiento es un dato habitual en los informes de alta de la RHC. Yo soy el primero que pone el rango recomendado de FCs en mis informes, pero me lo estoy replanteando seriamente.
Las guías de prescripción de ejercicio suelen hacer mención a zonas de intensidad delimitadas por la FC, pero no suelen recomendar de forma explícita monitorizar la FC.
Vamos a utilizar la definición clásica para ver como encaja el uso del pulsómetro o la monitorización de la FC (voy a usar estos 2 conceptos indistintamente) en los principios y los objetivos de la RHC.
“La rehabilitación cardiaca es la suma de las actividades necesarias para influir favorablemente en la causa fundamental de la enfermedad, y para procurar las mejores condiciones físicas, mentales y sociales, de forma que el paciente pueda, por sus propios medios, retomar o preservar un lugar en la comunidad tan normal como sea posible”
OMS 1964
Es la monitorización de la FC una actividad necesaria para influir favorablemente en la causa fundamental de la enfermedad y procurar las mejores condiciones físicas?
Dicho de otra manera. Mejora la monitorización de la FC el pronostico de nuestros pacientes o repercute en más y mejores aptitudes físicas?
Creedme, no solo no ha demostrado mejorar ninguno de estos aspectos, tampoco creo que lo vaya a hacer nunca. Se me ocurren 2 razones para esto:
Una:
Se sigue basando en el principio reduccionista de que el ejercicio saludable lo determina el volumen de la actividad física (AF) (esto se refiere al producto del tiempo y la intensidad del ejercicio o los mets/h/sem).
La calidad de la AF depende de demasiados factores como para que una combinación determinada de intensidades y tiempos marque la diferencia. Es decir, la utilidad del pulsómetro falla desde la mismísima base. Pero es que además…
Dos:
La relación entre la FC y la intensidad del ejercicio puede variar mucho en gente sana y acostumbrada a hacer deporte, pero más aún en los pacientes de RHC.
Vamos a suponer que las FCs de entrenamiento no se han obtenido a partir de porcentajes con respecto a la FC maxima teórica o la FC maxima en una prueba de esfuerzo u otras fórmulas bizarras que circulan por ahí. Ya sabemos que es una grosería.
Vamos a partir de la base de que las FCs de entrenamiento se han determinado a partir de pruebas fiables, como las pruebas de esfuerzo midiendo el intercambio gaseoso o el lactado capilar u otros tests más rudimentarios pero también finos. Incluso en este caso, suponer la intensidad de un esfuerzo determinado por el valor de la FC esta sujeto a muchísimas imprecisiones.
La relación entre la FC y la intensidad relativa de un esfuerzo cambia…
- A medida que nos vamos acostumbrando o entrenando.
- Según el tipo de ejercicio. La FC no se comporta igual corriendo, andando en el monte o en una bicicleta.
- Con el número de días sucesivos que llevemos haciendo ejercicio, o con la duración de una sesión de ejercicio.
- En función del momento del día y de cuánto y cuando hayamos comido por última vez.
- Con las condiciones de temperatura y la humedad.
- Cuando modificamos el tratamiento farmacológico o en función del momento de la sesión de ejercicio con respecto a la toma de la medicación.
Es decir, las FCs de entrenamiento deberían de ser…
- Determinadas específicamente para cada tipo de ejercicio y
- Actualizadas periódicamente.
Esto convierte la herramienta en muy poco operativa. Además, seguiría faltando el método que permita modificarlas y adaptarlas a cada situación particular y en cada momento.
Es decir, tenemos una herramienta que no solo no ha demostrado ningún beneficio en la prescripción de ejercicio, sino que, además, puede ser bastante torpe haciendo lo que se propone y requiere de algún recurso adicional para adaptarla a cada situación y momento. Un recurso que, dicho de paso, cuando se conoce adecuadamente, hace totalmente prescindible la monitorización de la FC.
En cualquier caso, hasta aquí lo considero tan inocuo como inútil. El verdadero problema empieza a partir de este punto en la definición de la RHC.
Es la monitorización de la FC una actividad necesaria para procurar las mejores condiciones psicológicas?
Cualquiera que vea pacientes en consulta sabe perfectamente que el pulsometro es una fuente de preocupaciones y ansiedad en personas predispuestas.
Los pacientes habitualmente confunden zonas de interés para el entrenamiento con zonas de seguridad, fuera de las cuales no es posible la vida. Se desarrollan auténticas conductas fóbicas.
- Los pacientes monitorizan todo tipo de actividades, desde la compra en el supermercado, hasta las relaciones sexuales (un clásico).
- Se limitan innecesariamente cuando aligeran un poco el paso y les pita la alarma de unas FC calculadas para el cicloergometro. Ignoran totalmente las sensaciones de normalidad que les envía su propio cuerpo.
- Se genera una cantidad ingente de consultas innecesarias por registros anormales de FC. Incluso cuando no son un artefacto y se trata de arritmias que no producen ningún síntoma, es más que cuestionable que tenga algún beneficio haberlas detectado.
Por lo tanto. Cuidadito.
Vamos con la ultima reflexión.
Es la monitorización de la FC una actividad necesaria para que un paciente pueda, por sus propios medios, retomar o preservar un lugar en la comunidad tan normal como sea posible?
Es decir. Ayuda el pulsómetro a conseguir un paciente autónomo?
De hecho, y por definición, lo que consigue es justo lo contrario. Un paciente autónomo es un paciente que no depende de terceros o de elementos externos para saber lo que tiene que comer, la medicación que tiene que tomar o como ejercitarse con naturalidad entre otras cosas.
Si en la RHC enseñamos a gestionar la intensidad del ejercicio por la FC, estaremos actuando en perjuicio de la autonomía de los pacientes para regular una función vital tan básica como lo son comer, dormir o cag…
Imaginaos sentados en el retrete. En frente tenéis un cacharro que os anima y aplaude cuando apretáis poco y con una alarma para cuando apretáis mucho. Lógico, verdad? Pues a mi me cuesta encontrarle la diferencia con el pulsómetro.
Acordaos del paciente del punto anterior que levantaba el pie del acelerador por la alarma del pulsómetro, haciendo caso omiso de las señales de normalidad que le manda su propio cuerpo. Pues este paciente no es uno, ni dos, ni tres. Yo por lo menos ya he visto varios.
En conclusión, la monitorización de la FC no solo es fútil, también es una fuente de posible yatrogenia y compromete la autonomía del que la necesita para gestionar la intensidad del ejercicio. A priori se lleva bastante mal con los principios de la RHC.
Entonces, cuál es el recurso lógico y afín a los principios de la RHC para regular la intensidad del ejercicio?
Los pacientes suelen tener miedo a la FC porque interpretan que los latidos, si son muy rápidos, pueden lesionar el corazón. Sin embargo, son contados los casos en los que la FC como tal tiene la capacidad de lesionar al corazón. La FC es solo uno más de los indicador de la intensidad de la respuesta de estrés. Esto es lo primero que tienen que saber los pacientes. Y como hemos dicho, también tienen que saber que puede fallar.
En realidad, el origen del problema es el de siempre. La aparición del hombre moderno con su afán de imponer la cultura del miedo y jugar a ser dios, pretendiendo haber inventado algo más sofisticado que un sistema que lleva millones de años perfeccionándose.
La sensación de esfuerzo y los síntomas son los indicadores más lógicos y valiosos para reconocer la intensidad de la respuesta de estrés. Son un mecanismo de adaptación fisiológico que está ahí desde bastante antes de erguirnos sobre 2 patas, para hacer lo que se supone que tiene que hacer: regular la intensidad de los esfuerzos que hacemos. Y a diferencia de la FC, la sensación de esfuerzo se adapta y se actualiza a cada circunstancia y en todo momento.
El objetivo de la RHC es conseguir eliminar esos miedos espurios y ayudar a la gente a resintonizar las señales de su propio cuerpo para que puedan, POR SUS PROPIOS MEDIOS, obtener la mejora en las CONDICIONES FÍSICAS y MENTALES que aporta la AF.
Así sí se satisfacen los principios de la RHC.
Hablaremos de como reconocer las sensaciones de esfuerzo que corresponden a cada intensidad relativa en un artículo específico para ello.
Después de despotricar a gusto, tengo que admitir que sí que le veo una cierta utilidad a la monitorización de la FC en la prescripción de ejercicio.
Que lugar ocupa la monitorización de la FC en la prescripción de ejercicio?
Actualmente el ejercicio lo hacemos porque nos lo proponemos, no en las condiciones de necesidad o peligro en las que desarrollábamos la AF de una forma natural. Por eso hemos perdido gran parte de nuestra capacidad innata para comprender e interpretar las señales que nos manda el cuerpo. Esto es evidente, sobre todo, en aquellos que no están acostumbrados a hacer ejercicio.
Cuando las zonas de entrenamiento se obtienen de pruebas fiables, la FC se puede utilizar como referencia y como un lenguaje con el que educadores físicos y pacientes puedan entenderse durante la fase inicial supervisada de la RHC.
Los pacientes o las personas que no están acostumbradas a hacer ejercicio y no optan a una fase inicial supervisada de ejercicio, también pueden orientarse por métodos basados en la FC. En este caso, serán necesarios contactos frecuentes con los profesionales para supervisar y educar en el reconocimiento de las sensaciones y en la progresión de las cargas. Habrá que estar atentos también a posibles síntomas fóbicos.
En ambos casos, la utilidad del pulsómetro no está en establecer la FC maxima de seguridad. Esta suele ser fácil de entender a través de las sensaciones. La verdadera utilidad esta en marcar una intensidad mínima de eficacia. Al eliminar el estimulo motivador natural (necesidad o amenaza) es fácil que la gente poco motivada caiga en la tentación de hacerse la remolona. Mucha gente muy capaz se conforma con caminar porque no siente la necesidad de esforzarse más y siguen confiando en esa aberración tan extendida que dice que caminar es el mejor ejercicio.
En cualquier caso, el verdadero objetivo es aprender a reconocer las sensaciones que corresponden a cada intensidad para poder destetarse del pulsómetro.
Existen algunas piezas de coleccionista entre nuestros pacientes en los que podrían producirse problemas graves sin previo aviso, al pasar un determinado umbral de intensidad. Estos especímenes si que podrían beneficiarse de una alarma en el pulsómetro a una FC X.
Y, como decíamos, se pueden utilizar como juguete o elemento motivador y para afinar un poco determinadas aptitudes, siempre que no incida negativamente en la autonomía o la integridad psicológica de los pacientes.
Las recomendaciones internacionales de ejercicio físico (EF) tienen muchas cosas buenas (enlace) pero no me resultan gratas o aplicables en el uno a uno de la consulta y no me creo del todo su veracidad (enlace). Además, les faltan mensajes importantes para recomendar una actividad física (AF) completa (enlace).
Con este panorama, he tenido que llegar a mis propias conclusiones con respecto a como prescribir ejercicio individualizado a mis pacientes.
Para que la AF sea adecuada:
- Tiene que ser segura,
- Hay que cumplir con unos mínimos con los que se pueda comprometer el paciente y…
- Si se puede, que sea óptima. Sin olvidar que lo óptimo es enemigo de lo bueno y que esto no debe de actuar en perjuicio de ninguno de los anteriores puntos.
Seguridad:
Nada incrementa más el riesgo de infarto y arritmias malignas que la AF intensa cuando no estamos acostumbrados a realizarla. Paralelamente, las adaptaciones que se producen cuando hacemos EF progresivo y regular son la medida de prevención más eficaz para prevenir los infartos y las arritmias malignas. No hay ninguna prueba médica que nos de más garantías de seguridad (enlace 1, enlace 2).
Ya he expresado con anterioridad mi postura con respecto a las valoraciones médicas para determinar la aptitud cardiovascular para el deporte (enlace). Las consideraciones para plantearse un reconocimiento medico-cardiológico antes de comenzar un programa de ejercicio son similares. En general, se puede decir que no soy partidario.
Sin embargo, sí que consideró muy importante que la gente que practica EF regular sepa reconocer los síntomas que nos ponen sobre aviso de las situaciones de riesgo. Desde el punto de vista del riesgo de tener una complicación cardiológica, los síntomas que es importante reconocer son el dolor torácico, la disnea o dificultad para respirar, la fatiga o disminución del rendimiento, las palpitaciones, los mareos y el síncope. Os copio el enlace a la entrada con los detalles sobre este punto.
Aquellos que se saben portadores de alguna enfermedad o condición cardiovascular, deberían consultar con algún especialista que determine si es aconsejable limitar o adaptar el EF o deporte de alguna manera.
Como aficionado a los deportes de montaña, no puedo dejar de pensar en las medidas de prevención de accidentes, lesiones… Es imprescindible cuidar la indumentaria deportiva en general pero, sobre todo, el equipo de seguridad en cada deporte (casco, arnés, máscaras, espinillas, etc.). Además, es necesaria una buena formación que nos permita conocer las normas básicas de seguridad (circulación, tiro, aseguramiento en montaña, GPS…) y poner mucha atención para evitar los errores humanos.
Los más deportistas, tendrán que estar atentos también a los signos de sobrentrenamiento y cuidar las medidas para evitar hiponatremias y problemas con el calor.
Estableciendo unos mínimos:
Adopta un estilo de vida activo:
La asociación del EF con la mayor parte del beneficio pronóstico se produce con las dosis más bajas de AF. Si conseguimos convertir las tareas cotidianas en AF funcional, técnicamente cubrimos estos requerimientos. Además, nos servirá para minimizar las horas de actividad sedentaria, algo que aporta beneficio pronóstico adicional.
El ejemplo que siempre pongo en las charlas de la rehabilitación cardiaca:
Caso ejemplar negativo
Me levanto por la mañana, desayuno y me aseo. Cojo el ascensor hasta el garaje, me monto en el coche y conduzco hasta el trabajo. Cojo el ascensor que me deja en la oficina, tecleó durante 5 horas y paro para comer y descansar un poquito. Tecleo durante otro par de horas. Puede que saque un hueco para hacer el pedido del supermercado por internet y para hacer la transferencia por la nómina de la señora de la limpieza. Hago el recorrido de vuelta a casa siguiendo la misma secuencia de la mañana pero al revés. Llego a casa, me siento en el sofá, veo un poquito la tele o leo algo y a la cama después de cenar. El fin de semana, rabas, centro comercial y futbol (en la tele).
Caso ejemplar positivo
Me levanto, desayuno y me aseo. Bajo a la calle por las escaleras, me doy un paseo hasta el trabajo o hasta la parada de autobús. Me pego un baño de luz mañanera con más ventajas de las que uno imagina. Llego a la oficina. Hago parones puntuales para levantarme y caminar. En el descanso del medio día me pego un salto al gimnasio o a la piscina, como algo y remató el trabajo de la tarde. Camino de vuelta a casa, pero parando en la frutería y en la carnicería para hacer la compra. Porteo las bolsas a casa, subo las escaleras y… por fin en casa! Espera, toca limpiar un poquito, pongo música rapidita para que me marque el ritmo mientras paso la aspiradora y limpio los cristales con brío. El fin de semana salgo en familia o con los amigos y hago actividades en un entorno natural. A poder ser, actividades físicas.

Fijaos en el recuadro rojo de la gráfica. Con esto habremos cubierto la dosis de ejercicio con la que se ve casi todo el beneficio pronóstico (si es que van por ahí los tiros).
Complétalo con una AF placentera
Para que el EF haga efecto, hay que hacerlo. Y para hacerlo es necesario que sea placentero y encaje con las preferencias del que lo realiza. No sirve de nada prescribir el ejercicio más completo del mundo si al paciente no le gusta, porque no lo va a hacer. Este es el primer paso para conseguir adherencia. Además, si la AF es agradable, nos aportará placer y bienestar, con lo que eso implica sobre el control del estres y la salud cardiovascular.
Podría ser padel, golf, ir al gimnasio, a spinning, al monte, a caminar a la playa o lo que sea. Se trata de dedicar un tiempo específicamente a la AF, porque sigue existiendo posibilidad de beneficio pronóstico y fitness o aptitud.
Esto son los mínimos. Y me daría con un canto en los dientes si todos mis pacientes se comprometieran a cumplir con ellos. Pero se puede hacer mejor.
Optimizando el programa de EF
Como no existe un umbral fisiológico que separe la alta y la moderada intensidad y como no tenemos ni idea de cuanto tiempo es el óptimo en asuntos pronósticos, no pienso hablar en estos términos. Creo que se puede simplificar sin perder rigor.
Aumenta el volumen de la AF que realizas:
Es perfectamente posible que los que hacen algo de EF simplemente estén más sanos por otros motivos y por eso se muevan más y tengan una mayor supervivencia. Por lo tanto, la relación causal entre el EF y la salud y la mortalidad podría ser más lineal de lo que veíamos en la gráfica (no tan curvilínea). Merece la pena, por lo tanto, intentar incrementar el volumen de la AF de alguna manera. Entre otras casas porque también mejoran algunas aptitudes.
Para aumentar el volumen podemos aumentar el tiempo o la intensidad del ejercicio. Se le suele dar demasiada importancia al tiempo y demasiado poca a aumentar la calidad o la intensidad de las sesiones de ejercicio. No se trata de caminar 14 km todos los días. Probablemente sea mejor apretar el paso y coger cuestas, aunque salgan sesiones un poco más cortas.
Trabaja distintas aptitudes:
Trabajar las aptitudes nos va a permitir ser más aptos, y ser apto mola. Además, es muy probable que algunas aptitudes nos sean útiles para enfermar menos.
Para trabajar un amplio rango de aptitudes (velocidad, fuerza, equilibrio, flexibilidad, capacidad cardiorespiratoria), la AF debería ser los más variada posible. Experimenta con tu cuerpo y prueba ha hacer actividades nuevas que amplíen tus experiencias y tus aptitudes:
- Baila
- Corre
- Ponte unos patines
- Metete a un rocódromo
- Sal al monte
- Haz artes marciales
- Juega al golf
- Prueba un juego de raquetas
- Nada o ponte unas manoplas palmípedas para hacer ejercicios en el agua
- Esquía
- Haz tiro con arco
- Juega al escondite
- Coge la bici
- Trabaja en la huerta
- Monta un mueble de Ikea.
Haz lo que sea, pero varía, porque puede ser muy enriquecedor. Los hijos o nietos son de mucha utilidad, te puedes echar a jugar al suelo con ellos, o saltar en las colchonetas, incluso los columpios, cada vez están más adaptados para niños y adultos.
El perfil del paciente también es importante para decidir que aptitudes nos interesa trabajar. Trabajar la potencia y la resistencia aeróbica en general es muy útil para todo el mundo; la fuerza y masa musculares, el equilibrio y la movilidad articular nos permiten prevenir la fragilidad en los más mayores; trabajar la masa muscular es muy útil para mejorar la composición corporal y las alteraciones metabólicas del síndrome metabólico.
La potencia y resistencia aeróbicas
Las aptitudes físicas por excelencia son la potencia y la resistencia aeróbicas. Es lo que popularmente se conoce como capacidad cardiorespiratoria.
La primera se refiere a la capacidad máxima de generar trabajo y la segunda, al tiempo durante el cual podemos mantener un trabajo determinado. Ambas mediante la combustión de sustratos energéticos (carbohidratos y grasas). Es decir, cuanta leña cabe en la caldera y cuanto tiempo podemos mantener la caldera funcionando.
Para trabajar estas aptitudes se suelen elegir ejercicios que movilicen grandes grupos musculares:
- Caminatas
- Carrera continua
- Senderismo
- Cicloturismo o spinning
- Remo…
Es preciso aumentar la intensidad de ejercicios de este tipo para desarrollar la resistencia y la potencia aeróbicas. En general y simplificando un poco, la resistencia aeróbica se trabaja con intensidades algo más bajas que la potencia aeróbica.
Lo lógico es ir de menos a más, trabajando inicialmente la resistencia (con ejercicios continuos extensivos) y posteriormente la potencia (con ejercicios continuos intensivos). Respetar esta secuencia convierte el programa de EF en más seguro. Si tienes dudas de como hacerlo y te lo puedes permitir, puede ser una buena idea asesorarse por un entrenador personal.
Desarrollaremos de forma sencilla y entendible estos conceptos para que aprendais a reconocer las sensaciones de esfuerzo que os van a permitir trabajar estas aptitudes en la entrada sobre las zonas de entrenamiento.
Fuerza, resistencia, potencia y masa musculares:
La primera se refiere a la cantidad de peso que podemos manejar, la segunda a la cantidad de veces o al tiempo que podemos manejar un peso determinado, la potencia es la velocidad a la que ejecutamos un movimiento contra resistencia y la última se refiere a la cantidad de músculo del que disponemos. No son lo mismo pero se solapan bastante.
Desarrollaremos en una entrada específica las ventajas de cada una de ellas y la forma de ejercitarse para trabajarlas. A día de hoy, es una parte del entrenamiento tan importante como la resistencia y la potencia aeróbicas, tanto desde el punto de vista de la aptitud, como de la salud.
Ejercítate en un entorno natural
La contaminación se relaciona con muchas enfermedades. La intemperie y el aire libre sincronizan nuestros relojes internos exponiéndonos al frío, el calor, la luz solar y la noche y puede tener un efecto muy vigorizante y placentero. Encontrar un espacio natural donde desarrollar la AF tiene el potencial de influir positivamente en nuestra salud de muchas maneras.
Ejercítate en compañía
La asociación entre la calidad de las relaciones sociales con la salud es equivalente a la de la alimentación, el sueño y el tabaco. A su vez, la AF fortalece los lazos y las conexiones sociales.
Aprovechar el potencial del EF en buena compañía para propiciar las relaciones sociales debería traducirse en beneficios para la salud. Además, no solo nos va a ayudar a mejorar algunas habilidades sociales (camaradería, complicidad, apoyo, amistad, compromiso), también nos motiva para mantenernos activos y superar nuestros límites y nos permite alcanzar metas deportivas más ambiciosas (enlace).
Ponle un punto picante
Ponle algo de emoción a la AF. Los retos, la competición y el juego enriquecen mucho la experiencia del EF.
Añadirle un puntito de riesgo a la actividad física, no se si es recomendable, pero es muy estimulante y nos ayuda conseguir una respuesta de estrés más completa y fisiológica. Os pego el enlace a la entrada con los detalles.
Otras entradas de la serie:
- Las guías de actividad física para los americanos. 7 comentarios positivos.
- Las guías de actividad física para los americanos. 4 comentarios negativos.
- Ejercicio físico saludable: guarnición, s@l y picante
- Las recomendaciones de ejercicio físico para mis pacientes

Cuando la historia pierde detalle, surge la leyenda, y en algún punto entre ambas, la historia de un hombre que tras correr la distancia entre el campo de batalla de Maratón y Atenas, entrega la noticia de la victoria de los griegos sobre los persas, y acto seguido, la cuchara.
Es la historia de Fidípides o Filípides, un héroe griego al que se conoce, sobre todo, por haber inspirado el evento deportivo de la maratón.

Además, se ha llegado a decir que la de Fidipídes es la primera historia documentada de una muerte súbita (MS) cardiaca.
Y a mi también me ha seducido esta idea durante mucho tiempo. Al fin y al cabo la parada cardiaca (PC) es la primera causa de MS relacionada con la actividad deportiva en los deportistas de su edad (Ref 1 y Ref 2) y en las maratones. Pero con el tiempo, he llegado a la convicción de que lo más probable es que no fuera una cardiopatía lo que mató a Fidípides.
Ahora a ver si consigo convenceros yo a vosotros.
Las fuentes:
Lo primero que hicieron dichos generales… fue despachar a Esparta por heraldo a Fidípides, natural de Atenas, hemoródromo… Despachado, pues… llegó a Esparta el segundo día de su partida, y presentándose luego a los magistrados, hablóles de esta suerte.
Heródoto de Halicarnaso
Heródoto (484-425 a.C.) fue un historiador y geógrafo que centro su trabajo en la lucha entre persas y griegos. Este nos cuenta, 30-40 años después de que el hecho tuviera lugar, como un hemeródromo llamado Fidípides, recorrió los 246 km de terreno irregular que separaban Atenas de Esparta, en sandalias, sin puntos fijos de avituallamiento y en menos de 2 días. Tenía que pedir ayuda para luchar contra los persas que estaban desembarcando en las playas de Maratón (490 a.C). Y tras cumplir, lo mismo pero de vuelta. Esta referencia convierte a un mensajero llamado Fidipides en un personaje histórico y en una auténtica máquina.
Pues bien, la batalla de Maratón la anunció, según Heraclides Póntico cuenta, Tersipo Erquieo. Aunque la mayoría asegura que fue Eucles quien corrió… y cayó en la puerta de los próceres…
Plutarco de Queronea
Plutarco (46-120 d.C.), historiador y filósofo, fue el primero en describir una carrera desde Maratón a Atenas para transmitir la noticia de la victoria. Pero en este caso se la atribuye a un heraldo llamado Tersipo o a Eukles. No a Fidípides. El hecho de que Heródoto no dejara constancia de un acontecimiento tan destacado ha hecho dudar a algunos expertos y, por lo tanto, una de las posibilidades que hay que aceptar es que nada de todo esto haya sucedido en realidad. Aquí es donde la historia empieza a tomar tintes legendarios.
Se dice que fué Filípides, el corredor, el primero que usó esta expresión al anunciar la victoria de Maratón a los arcontes que estaban sentados y preocupados por el final de la batalla: ¡Alegraos, vencimos! Y al decir esto, murió, exhalando su último suspiro, junto con las noticias y el saludo.
Luciano de Samósata
Luciano (125-181 d.C.) fue el escritor que mezcló los 2 posibles hechos históricos. Su versión es la que reúne todos los elementos del mito que ha llegado a la actualidad, pero que nunca ha tenido la confirmación de otros autores.

Estas son las fuentes principales de la historia y el punto de partida de todas las interpretaciones. Además, hay un montón de material artístico que nutre el mito de detalles y que también nos sirven para extraer información de interés médico. Lo único que tenemos que tener presente en todo momento es que no es un personaje histórico lo que estamos disecando, sino una leyenda (A History of the Marathon Race – 490 BC to 1975. John a. Lucas).
Las causas populares de la muerte de Fidípides:
Dicho esto, Fidípides es un varón de 40 años, al que no se le conocen alergias medicamentosas ni antecedentes médicos de interés. Su padre se llamaba Fidipo. Eso es todo lo que sé de su familia. Apostaría a que no fumaba y a que bebía vino, pero me lo estaría inventando. Trabajo activo, muy activo. Hemeródromo de profesión, sin mención a síntomas crónicos previos a su fallecimiento y con un excelente rendimiento en la actividad física (AF) de alto volumen e intensidad.
Tras correr aproximadamente los 40 Km que separan el campo de batalla de Maratón y Atenas, entrega la noticia de la victoria y se desploma para morir.
Se ha especulado mucho con la causa de la muerte de este hombre. Desde la inespecífica fatiga hasta cosas tan peculiares como que le estallaron los pulmones o que fueron sus pies los que le mataron. Pero si tecleáis “Fidípides + muerte súbita” o “Pheidippides + sudden death“ en internet comprobaréis que lo màs habitual es atribuir su muerte a una MS cardíaca, señalando muy a menudo incluso a cardiopatías concretas.
El objetivo no es hacer un repaso de las causas de MS con el deporte, pero es imposible no mencionar el viaje que hace la mente a través de las posibles cardiopatías.
La miocardiopatía hipertrófica (MCH) siempre ha sido la sospechosa número uno, un clásico y la primera entre las causas de MS en algunos registros (Ref 1, Ref 2).
Entre las canalopatías, la que debuta con síntomas a los 40 años en la fase de recuperación de un esfuerzo sugiere un posible síndrome de Brugada.
El hecho de que no hubiera síntomas previos y que mostrase un excelente rendimiento hasta el momento de su muerte, hace pensar en posibles causas adquiridas o agudas como el infarto de miocardio, la miocarditis o el síndrome aórtico agudo, por ejemplo.
Por otro lado, es imposible no fantasear con la miocardiopatía arritmogénica del VD (MAVD). Un deportista de 40 años, varón, con un alto volumen vitalicio de AF y residente de la cuenca del mediterraneo, constituye un sustrato epidemiológico que no te deja indiferente. Es un caso paradigmático que ha dado lugar a que algunos autores acuñen el término de miocardiopatía de Fidípides para referirse a esta entidad. Pero que sea paradigmático no quiere decir que sea lo más probable.
Para asumir una cardiopatía como la más probable habría que pensar en la más frecuente. La cardiopatía isquémica representa más del 80% de las causas de MS entre los deportistas mayores de 35 años (ref 1 y ref 2). No me atrevería a apostar entre síndrome coronario agudo y síndrome coronario crónico. Clásicamente la MS en situaciones de estrés o actividad se ha atribuido al infarto por inestabilidad y rotura de placas, pero también hay datos para pensar en lesiones coronarias crónicas y estables como causa de la muerte.
- El deporte vitalicio de alto volumen, se ha relacionado con una mayor frecuencia de aterosclerosis coronaria (referencia).
- La isquemia se produce en la recuperación inmediata tras una prueba de esfuerzo en un porcentaje importante de los casos (referencia).
- En el RACER (el mayor registro de PC en carreras de larga distancia) no se describen casos con lesiones agudas.
Es más, en el RACER, el grupo de mayor riesgo lo constituye el varón corredor de maratones y la edad media de las PC ronda los 40 años. Se podría decir que Fidípides parece un caso RACER. Lo extraño de este estudio es la tasa tan alta de casos de MCH y posible MCH que le vamos a perdonar, por ahora, porque es un registro americano y con una edad media que no se aleja mucho del punto de corte.
Admito que la idea de la cardiopatía isquémica me atrae un poco pero, como he dicho, creo que hay una explicación no cardiológica bastante más probable para la MS de Fidípides.
Nos alejamos un poco para coger perspectiva. Viajamos 2.500 años en el tiempo hasta la batalla de Maratón y centramos nuestra atención en el punto exacto en el que Fidípides se colapsa.
La línea de meta:
Duró el ataque con vigor, por varias horas en Maratón.
Heródoto
Corrió con las armas, aún caliente de la batalla, y cayó en la puerta de los próceres, solo pudiendo decir “alegraos” y “nos alegramos” y, al punto, expiró. Y, en verdad, éste vino como mensajero voluntario de una batalla en la que había sido combatiente.
Plutarco
Es decir, no solo corrió una maratón, también la corrió con las armas y después de una batalla que se prolongó durante varias horas y en la que había sido combatiente, y oye! Casualidad. Esperó hasta el momento exacto de cruzar la línea de meta para expirar.

En el RACER la concentración de las PC en el último cuartil de las carreras es bastante llamativa y podría traducir la acumulación del estrés metabólico, térmico, diselectrolitemia…, pero es mucha casualidad que un evento arrítmico letal te indisponga en un punto tan concreto de la carrera como lo es la línea de meta.
Sin embargo, esta otra escena no es casual en absoluto.

El colapso
El colapso del atleta se refiere a una indisposición brusca debida a un fallo en algún sistema fisiológico y que requiere asistencia para poder retirarse. Es un concepto muy amplio que abarca múltiples patólogías. Desde la simple e inocente hipotensión ortostática hasta patologías mucho más malignas. Y aunque puede producirse en cualquier punto de la carrera, es más frecuente a medida que se acerca la línea de meta y, sobre todo, inmediatamente tras cruzarla (referencia).
En el momento que los músculos se dejan de contraer, disminuye el retorno venoso y la sangre se acumula en las EEII. La frecuencia cardiaca desciende bruscamente desacoplando el gasto cardiaco y la capacitancia del árbol vascular por unas resistencias que continúan bajas como consecuencia de una disminución del reflejo presor, que es típica en deportistas. La hipoglucemia, la hipocapnia, la deshidratación y el calor se suman para favorecer esta cascada de eventos, que deriva en un elevado número de atenciones médicas en la linea de meta.
Hasta el 2.5% de los corredores pueden necesitar atención médica tras completar una maratón y hasta el 85% de las veces como consecuencia de los colapsos. Sin embargo, pocas veces va a ser esto un motivo de MS. El propio decúbito, la hidratación oral y el tiempo son suficientes en la mayoría de los casos para restablecer la normalidad (referencia).
La diferencia en el caso de Fidípides es que no se recupera y muere. Esto hace pensar en las causas malignas de colapso: PC arrítmica, anafilaxis inducida por el ejercicio, hiponatremia, hipoglucemia, deshidratación hipertónica, enfermedad por calor y golpe de calor, rabdomiolisis, broncoespasmo severo…
Para suponer una causa para la muerte de Fidípides, la pregunta sería: Cual es la indisposición grave más frecuente que te puede matar exactamente en la linea de meta?
La hipótesis alternativa:
En Tel Aviv se celebran 2 carreras anuales con distancias de 10, 21 y 42 km. Este estudio evaluó las incidencias graves entre los más de 135.000 corredores que corrieron en un periodo de 7 años consecutivos. El dispositivo médico es exquisito y todos los casos graves se derivan al mismo hospital. Concienciados con su problema con el calor, tienen la costumbre de medir la temperatura rectal en todos los casos de indisposición. Se registraron 42 casos de fatiga por calor que requirieron hospitalización y 21 casos graves de golpe de calor. 12 de ellos precisaron cuidados intensivos y 2 murieron. Las hospitalizaciones por golpes de calor y la necesidad de intensivos fueron 10 y 5 veces más frecuentes respectivamente que los eventos cardiacos graves.
Solo para los que estén pensando en que la obligatoriedad del reconocimiento médico, aún habiendo fallado a nivel poblacional en Israel, pudo haber influido en la tasa tan baja de eventos cardiacos en estas carreras: La obligatoriedad del screening en Israel no afecta a este tipo de carreras. Es más, entre los que decidieron contestar al cuestionario (sesgo del voluntario formal), solo un tercio tenía hecha una valoración en el último año y menos de la mitad en los últimos 5 años. Por otro lado, las dos eventualidades cardiológicas que ingresaron fueron una taquicardia intranodal y un un infarto en un varón de 38 años, sin factores tradicionales de riesgo, que se había hecho varias pruebas de esfuerzo, la última 3 semanas antes. Es curioso como todos los estudios de vida real reflejan las pocas posibilidades que tiene el screening de aportar algo positivo en realidad.
El golpe de calor de esfuerzo se define como una pérdida de la capacidad de termorregulación que deriva en temperaturas centrales de más de 40º y en un fallo multiorgánico. La práctica de medir la temperatura rectal no es muy habitual y, en el caso concreto de la PC, anecdótico. Pero cuando lo haces de forma sistemática, los casos de golpe de calor a menudo se cifran en 1-2/1.000 corredores (ver discusión del estudio). El golpe de calor es una entidad claramente infradiagnósticada y se pierden múltiples casos que son diagnosticados como otras entidades (por ejemplo, la MS cardiaca).
Volvemos al RACER. Donde están los datos anatomopatológicos de los diagnósticos de MCH además del criterio del peso del corazón? Donde están los datos de isquemia además de la descripción de la anatomía coronaria? Donde están los datos de la temperatura rectal de los fallecidos y los resucitados? Y esto mismo sucede en todos los registros de muerte súbita en deportistas, que de paso, dejan más de una cuarta parte de las muertes sin explicar (referencia). El golpe de calor es una posibilidad que se considera poco a menudo y que es importante porque existen estrategias de prevención que, sin duda, pueden ser efectivas (referencia).
Lo que sí que es cierto es que para que se produzca un golpe de calor tienen que concurrir una serie de elementos.
Las condiciones ambientales:
Las tasas más altas de golpes de calor se registran en determinados deportes (típicamente en la carrera) y en condiciones de más calor y/o humedad. Son extrapolables las condiciones de carrera de Tel Aviv a las condiciones en las que corrió Fidípides?

Las 2 citas anuales de Tel Aviv para correr por la ciudad son, una pronto en primavera y la otra, durante la noche de verano. Precisamente para evitar las temperaturas más altas. Ahora comparad las temperaturas de Tel Aviv y las de Grecia.

El pico de temperatura en julio y agosto en Grecia no tiene nada que envidiar a las temperaturas más altas de Tel Aviv con cifras promedio de 32 grados. Los historiadores ubican la batalla de Maraton exactamente a mediados de agosto del 490 a.C. Correría Fidípides por la noche para evitar las horas de más calor. Parece difícil sin luz artificial pero, quien sabe?
La motivación:
Fidípides era corredor profesional. Le vamos a dar por supuestas, tanto la capacidad de generar calor (actividad física intensa), como la capacidad de disiparla (aclimatación). Para que la primera se imponga hasta el punto del golpe de calor, hace falta no parar cuando el cuerpo necesita que pares.
La gente normal suele parar o bajar el ritmo cuando empiezan a comprometerse las garantías de mantener el equilibrio homeostático. A esto se le llama fatiga y tenemos un gobernador central que la interpreta y nos protege para no autolesionarnos. Hay varias teorías para explicar porque algunos siguen cuando deberían parar, pero en esencia y para que nos entendamos, lo que hace falta es estar muy motivado.
Tenía Fidípides motivos para darle la intensidad que requiere llegar hasta el punto del golpe de calor?
…salieron corriendo los atenienses contra los bárbaros… Los persas, que les veían embestir corriendo, se dispusieron a recibirles a pie firme… los bravos atenienses, hicieron prodigios de valor dignos de inmortal memoria… y siguiéndoles hicieron en los persas un gran destrozo… Los bárbaros muertos en la batalla de Maratón subieron a 6.400; los atenienses no fueron sino 192; y este es el número exacto de los que murieron de una y otra parte.
Heródoto
Ser el responsable de entregar la noticia tras vencer en un cuerpo a cuerpo a tu archienemigo en una batalla épica con un ratio de muertos favorable de 33 a 1 (datos míticos muy distintos a los de las estimaciones modernas) es un estímulo euforizante equivalente a tener animadores aplaudiendote y gritando tu nombre durante todo el recorrido. Pero hay más.
Continuaban los persas doblando a Sunio, cuando los atenienses marchaban ya a todo correr al socorro de la plaza, y habiendo llegado antes que los bárbaros, atrincheráronse cerca del templo de Hércules en Cinosarges… Los bárbaros, pasando con su armada más allá de Falero… dieron después la vuelta hacia el Asia.
Según Heródoto la primera maratón la corrió todo el ejercito ateniense “marchando ya a todo correr” para proteger Atenas de un último intento de ataque persa. Esto convertía al Fidipides de Luciano, de hecho, en el ganador de la primera maratón. Hay respuestas interesantes al porque de la prisa en entregar la noticia de la victoria en Atenas, pero como no he encontrado una fuente fiable, me quedo solo con la pregunta: Porque iban a mandar de avanzadilla a un corredor profesional si no existía ninguna urgencia?
Se puede decir que al héroe griego no le faltaron motivos aquel día para afanarse en su carrera épica.
Los síntomas neurológicos:
La disfunción cerebral y los síntomas neurológicos son una condición sine qua non para el diagnóstico del golpe de calor. Estos pueden ir desde la simple desorientación y la confusión hasta las convulsiones y el coma.
¡Alegraos, vencemos! Y al decir esto, murió, exhalando su último suspiro junto con la noticia y el saludo.
Luciano atribuye a Fidípides el origen del saludo “ Alegraos!”. Uno más de los legados del corredor en lo que él considera un error cometido al saludar. Pro lapsu inter salutandum. Un lapsus? O confusión?
Hallándose este, según el mismo decía y lo refirió a los atenienses cerca del monte Partenio, que cae cerca de Tegea, apareciósele el dios Pan, el cual habiéndole llamado con su propio nombre de Fidípides, le mandó dar quejas a los atenienses, pues en nada contaban con él…
El templo al dios Pan es otro de los legados del Fidípides de Heródoto y producto de otro posible síntoma neurológico. Los atenienses creyeron a Fidípides cuando les dijo que había estado conversando con un Fauno?! Lo siento, pero si aceptamos que Heródoto es historiador, tenemos que aceptar que Fidípides deliraba.
Igual suena a broma, pero me lo puedo permitir. Al fin y al cabo, la pérdida de conocimiento es un síntoma neurológico más que suficiente.
Vamos con un último detalle.
La actitud postural:
Os habeis fijado alguna vez en la secuencia típica de la parada cardiaca en los deportistas. Están en perfectas condiciones hasta que bruscamente se agachan o se arrodillan y caen a plomo, inconscientes y con la mirada fija.

En realidad es muy diferente de la marcha característica del colapso en la linea de meta que aparece exquisitamente caracterizada en este estudio y que típicamente se ha comparado con el gateo.

Es curiosa la unanimidad de pintores y escultores interpretando los momentos previos a la muerte de Fidípides. A que os recuerda más?


No lo he dicho yo. Lo habéis pensado vosotros.
Fijaos ahora en las luces, las sombras y los fondos de todos y cada uno de los cuadros. Nadie parece considerar la posibilidad de que Fidípides corriera de noche ese 12 de Agosto del 490 a.C. Solo de pensarlo ya me da calor!
Volvemos a la linea de meta en Atenas hace 2.500 años.
Cierre:
Al aproximarse a la meta y ver a los arcontes, se relaja y reduce la intensidad de su carrera. En ese momento, todos los elementos de la respuesta de estrés que le mantenían en pie, ceden bruscamente y ponen de manifiesto un golpe de calor florido y apenas alcanza verbalizar: Algun intensivista o urgenciólogo entre los presentes? Los presentes se miraron entre sí repitiendose unos a otros: Intensivista? Urgenciólogo? Mientras tanto, Fidípides, inconsciente en el suelo fallecería, ahora sí, de una arritmia maligna, de un edema pulmonar, o de cualquier otro fallo orgánico.
La asistencia médica moderna en las carreras consigue controlar en gran parte la mortalidad de las causas graves de colapso.

Pero la mortalidad del golpe del calor puede ser de hasta el 80% con una asistencia médica como la que recibió Fidípides.

La tasa de MS en el RACER en los casos como el de Fidipides era de 1.41/100.000 corredores. Una cifra similar a la de otros registros previos (0.5-2/100.000) (Ref 1 y ref 2). Ya hemos dicho que la incidencia del golpe de calor en carreras con climas cálidos es de 1-2/1000. Incluso cuando tenemos en cuenta la posibilidad de supervivencia sin asistencia médica (escasa), la mortalidad por un golpe de calor es varios ceros más probable que la de una MS cardiaca.
Además, el punto exacto de la linea de meta, condiciones ambientales favorables, la motivación y la urgencia por entregar la noticia, los síntomas neurológicos y la actitud postural en los momentos inmediatamente anteriores a su muerte, son elementos que apoyan la hipótesis del golpe de calor.
Una cosa es la idea romántica, bonita, la que viste la literatura, y otra cosa muy distinta es lo más probable. No siempre coinciden.
Ahora probad a teclear en google “Heat Stroke & Pheidippides“y veréis lo que sale. Nada.
Y que quiere decir esto?
Pues que probablemente estoy equivocado y que toda esta historia es solo una más de las pataletas de esta mente retorcida. No me hagáis ni caso.
Otras entradas de la serie:
- La autopsia clínica de Iñaki Ochoa de Olza. Bilbao Mendi Film Festival 2019
- Autopsia clínica en el 490 a.C. Que le pasó a Fidípides?
- Autopsia clínica a 7400 m. ¿Qué le pasó a Iñaki Ochoa De Olza?
- La autopsia clínica de Fidípides en EKALME 2019

Ejercitarse durante 1 hora en una elípltica o un cicloergómetro y una tabla de maquinas en un gimnasio con una iluminación “guay”, se le parece mucho a lo que dicen las guías, pero muy poco a la forma en la que se desarrolla la actividad física (AF) de una forma natural y funcional.

Vamos a convertir un ejercicio insulso (pero obediente) como el de la foto, en lo que debería de ser. Vamos añadirle guarnición, una pizca de s@l y un puntito picante para darle la forma y el sentido de la AF tal y como la desarrollaba el animal que llevamos dentro.

La guarnición

El ser humano es un animal social. Esto es algo que lleva tatuado en el código genético y que se expresa a través de nuestra conducta para procurarnos, entre otras cosas, un mayor éxito en la caza y en la cría de nuestros cachorros.
En 2004 Dan Buettner identifico las 5 areas geográficas con mayor proporción de centenarios (Lomo Linda, Okinawa, Cerdeña, Ikaria y Nikoya). Buscaba los condicionantes del estilo de vida y ambientales que determinaban la longevidad en estas zonas azules. Encontró que los fuertes lazos sociales determinaban, no solo la supervivencia, sino también varias características psicológicas positivas (menos síntomas depresivos, bienestar percibido y salud cognitiva) (ref 1 y ref 2).
Desde entonces, la falta de lazos sociales también se ha relacionado con la aterosclerosis, la recurrencia de los infartos y la enfermedad cardiovascular, con alteraciones en la función autonómica, la presión arterial, el cáncer, la velocidad de los procesos de cicatrización, con la actividad inflamatoria y con alteraciones de la función inmunitaria entre otros.
La asociación entre la calidad de las relaciones sociales con distintos determinantes de la salud se comprueba siempre que se mide. Y en ocasiones, la magnitud de la asociación es incluso mayor que la de la alimentación, el sueño y el hábito tabáquico con la supervivencia.
Se han propuesto mecanismos conductuales (impacto positivo en el estilo de vida), psicológicos y sociales (soporte social, locus de control, responsabilidad, salud mental) que influyen en el sistema inmunológico, en el metabolismo y en el sistema nervioso vegetativo y el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal, produciendo los mencionados beneficios (Ref).
Entre otras cosas, la conexión social reduce la carga alostática, actuando como amortiguador de las respuestas fisiológicas en las situaciones de estrés.
Quien ha llevado a cabo un reto deportivo en compañía me entenderá al instante cuando digo que se forman vínculos muy importantes durante el ejercicio físico. Sin duda, la AF fortalece los lazos y las conexiones sociales.

Aprovechar el potencial del ejercicio físico para propiciar las relaciones sociales debería traducirse en beneficios para la salud.
Sin embargo, aunque la asociación epidemiológica es muy fuerte y la relación causal plausible, siempre cabe la posibilidad de que lo que observamos en los estudios no seamos capaces de reproducirlo cuando nos lo proponemos. Algo que sucede muuuuuy a menudo. Aun así, daría lo mismo, porque cuando nos ejercitamos en buena compañía, lo que seguro que nos vamos a llevar es:
- Mejoras en el rendimiento: La motivación y el estímulo competitivo del ejercicio en compañía nos ayuda a mantenernos activos y superar nuestros propios límites (enlace).
- Metas más ambiciosas y un mejor sabor de boca cuando conseguimos algo con trabajo en equipo.
- Camaradería, conexión, complicidad, apoyo, amistad, compromiso…
Algo que recuerda mucho a lo que vemos en estas fotos.

La s@l

El ser humano es un animal diurno que ha evolucionado en contacto íntimo con la radiación solar. Solo pensar en lo extremadamente funcional que es el sentido de la vista para el ser humano, ya nos da una idea del impacto evolutivo que tiene el sol para nuestra especie. Y la luz no viene sola. El espectro visible de la radiación electromagnética se suma a los rayos UVA, UVB e Infrarrojos para, a través de los ojos y la piel, impactar en nuestro organismo y producir más efectos de los que probablemente conocemos.
Por otro lado, la AF siempre se ha desarrollado en un entorno natural, expuestos a la intemperie, con sus cambios de temperatura y, sobre todo, en contacto con la luz natural.
Por desgracia, los avances del mundo moderno han cambiado totalmente nuestra relación con la luz del sol. Desarrollamos más actividades en interiores y lo poco que nos exponemos al sol, lo hacemos en atracones.

Al mismo tiempo, el conocimiento de los riesgos de la radiación solar (cánceres de piel, quemaduras, cataratas, envejecimiento de la piel y alteraciones cosméticas) da lugar a una alarma desmedida y a medidas agresivas de protección frente al sol. Esto consigue reducir la incidencia del melanoma, su más temida complicación. Pero, según la OMS en su documento del 2006, deriva en tasas de enfermedad por exposición insuficiente a la radiación ultravioleta que superan a las de enfermedad por exceso de exposición.
Nos hemos estado privando de muchos de los beneficios que produce la luz solar.
Mediados por la serotonina y la melatonina, la vitamina D, el NO y otras moléculas nitrogenadas y PER2, la exposición al sol:
- Ayuda a encarrilar los ciclos de sueño y vigilia, haciéndolos más fisiológicos y mejorando el insomnio.
- Tiene efectos muy evidentes en la predisposición para la acción (stamina), el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo (incluido el trastorno afectivo estacional).
- Previene la enfermedad cardiovascular. Mejora la diabetes tipo 2 y en el síndrome metabólico (sobre todo la hipertensión arterial). También mejora la función endotelial y la resistencia miocárdica a la isquemia.
- Ha demostrado beneficios en la esclerosis múltiple, en un sinfín de enfermedades autoinmunes y en la diabetes tipo 1 entre otras.
- Y la lista sigue. Desde la tan benigna y prevalente miopía hasta otras no tan benignas como cánceres (incluso el pronóstico del propio melanoma), pasando por algunas infecciones…
- Todo esto se refleja, como es evidente, en una menor asociación con la mortalidad en los más expuestos a la luz solar. Según un famoso estudio, en un grado similar al de la exposición al tabaco.
El nivel de evidencia para cada una de estas entidades es diferente y, en algunos casos, sorprendente. No vamos a entrar en como, cuanto ni porque, o que luz es la mejor para cada uno de estos objetivos. El fin del post es otro, pero os dejo los enlaces a algunos artículos que me han parecido interesantes por si queréis profundizar en el tema. (ref 1, ref 2, ref 3, ref 4, ref 5, ref 6 y ref 7).

Cada vez hay más conciencia del daño que hace limitar la exposición a la luz del sol.
Por eso, una rutina de EF a la intemperie, que nos permita exponernos al sol de una forma más o menos constante y paulatina, idealmente en un entorno natural y alejado de la contaminación, nos va a permitir obtener todos esos beneficios.
Para evitar los riesgos asociados al exceso de radiación ultravioleta, probablemente sea suficiente con evitar las quemaduras. Lo ideal son los métodos naturales de barrera (ropa, gorros y sobras) y una exposición gradual que respete y nos permita adaptarnos a los ciclos estacionales del sol. Si aun así es previsible que nos quememos, utilizaremos también un buen protector solar.

Las cremas solo son necesarias durante todo el año cada 2 horas en todas las zonas expuestas a la luz (consejo que he recibido personalmente en una consulta de dermatólogía) porque hay una industria potentísima detrás a la que le interesa que lo hagamos, no porque sea un consejo en el que se insinúe un mínimo de sentido común.
El picante

La respuesta de estrés es una respuesta del organismo en la que se moviliza una cantidad extra de sustratos energéticos para que los músculos y el cerebro dispongan de la energía necesaria para hacer frente al elemento estresor. En su forma más ancestral y fisiológica, todos los componentes de la respuesta (el estresor, la actividad metabólica, el foco de atención, y la actividad muscular en forma de lucha o huída) están en perfecta harmonía.

Los estresores modernos tienen unas características peculiares. La actividad muscular rara vez es necesaria para resolverlos y la lucha o la huida solo se producen en sentido figurado (ref). Por otro lado, el constante bombardeo de este tipo de estresores modernos alejan nuestra atención del presente.
Existe una clara disociación en los componentes de la respuesta de estrés que se vuelven en nuestra contra en forma de los problemas metabólicos y mentales que constituyen la epidemia de enfermedades no transmisibles del mundo moderno.
El ser humano moderno ha elaborado 2 artificios para intentar paliar esta aberración.
- El ejercicio físico: Es decir desarrollar una actividad física con un propósito artificial (mejorar algún aspecto de la salud o aptitud física) que no demanda el componente mental de la respuesta de estrés (enlace).
- El mindfulness: Una corriente de “meditación” que consiste, entre otras cosas, en focalizar de forma artificial y mediante un esfuerzo consciente la atención en un lugar donde no quiere estar. Repescada de la antigüedad y puesta de moda, parece que tiene efectos favorables, en muchas cosas en general, pero en la gestión del estrés en particular.
Ahora vamos a prestar atención a la siguiente fotografía. Es la imagen de un reto en su quinta acepción de la RAE: Objetivo o empeño difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta.

El chico es Alex Honnold escalando una vía de dificultad en El Capitan en estilo free solo (sin ningún otro elemento de sujección que no sea su propio cuerpo).
A la izquierda, la atención de Alex es plena. Es totalmente consciente de su centro de gravedad, de la adherencia de su calzado, del relieve y la textura de la roca que tiene en las manos, de la temperatura, la humedad, de todo. No juzga la realidad que le rodea. Simplemente la vive. Acabamos de describir las características del Mindfulness.
A la derecha, la foto de Alex en el final de la vía. Es la imagen de la euforia y la autorrealización. El resultado de haber resuelto un gran reto.
En este caso no tengo referencias bibliográficas. Pero cualquiera que haya experimentado algo similar o equivalente sabe perfectamente que en este caso no son necesarias las referencias bibliográficas. Los beneficios a corto y largo plazo son evidentes:
- De forma inmediata y durante muchas horas, te va a costar muy mucho ponerte nervioso.
- El recuerdo y la sensación de euforia te duran toda la semana.
- El poso de haber superado el reto queda en forma de crecimiento personal y es parte de tu historia vital.
Control del estrés, estado de ánimo y autoestima. Simplemente añadiendo el puntito picante que ha conseguido sintonizar todos los componentes de la respuesta de estrés.
El reto, la competición, la dificultad y el riesgo implican explorar en los límites de la zona de confort y asocian un componente de miedo hormético. Ese tipo de miedo que te hace exprimir tus recursos de afrontamiento pero que no te hace perder la sensación de control.

Lógicamente, ninguno de los que estamos leyendo esto nos podemos plantear un reto como el de Alex Honnold. Los retos se hacen a medida en función de las aptitudes físicas, técnicas y psicológicas y de las garantías que queramos de salir ilesos.
Hay un un sinfín de retos para cada uno de nosotros. Pasear por la ría es tremendamente insulso. Pasear por la ruta del cares tiene algo más de ambiente.

Con una actividad física similar en intensidad y volumen, se trabajan muchas más aptitudes (equilibrio, coordinación, fuerza…) en una vía ferrata que en unas escaleras mecánicas de gimnasio. A la vez que nos exponemos a luz solar, lo realizamos en compañía y, sin ser peligrosa, te obliga a estar atento y concentrado en lo que está pasando y, sin duda, el sabor de boca que te deja, es mucho mejor.

Existen 2 formas de vivir más. Vivir más años y estar más vivo.
Otras entradas de la serie:
- Las guías de actividad física para los americanos. 7 comentarios positivos.
- Las guías de actividad física para los americanos. 4 comentarios negativos.
- Ejercicio físico saludable: guarnición, s@l y picante
- Las recomendaciones de ejercicio físico para mis pacientes

En la anterior entrada comentaba los aspectos que considero positivos de la 2ª edición de las guías de actividad física (AF) para los americanos. Ahora quiero explicar los puntos con los que no estoy del todo de acuerdo.
Salvando la imprecisión del término AF aeróbica para referirse a los ejercicios con más componente dinámico (que la entiendo como una forma simple de comunicarse con la totalidad de los lectores y por la imposibilidad de encontrar un término, que de hecho no sea impreciso), son 4 los puntos que me dejan un poco insatisfecho.
- Hay un claro malgasto de energía intentando cuantificar lo incuantificable.
- Simplifican lo insimplificable.
- Están centradas fundamentalmente en la población americana, no en el uno a uno con los americanos.
- Faltan mensajes importantes para enriquecer la experiencia de la AF y que resulte más saludable.
Me explico:
Cuantificando lo incuantificable
Para indagar en este punto lo más acertado es ir a la fuente. En concreto, al documento relativo a la enfermedad cardiovascular, mortalidad cardiovascular y mortalidad por todas las causas, que es parte del cuerpo científico del documento del comité asesor para las guías.
Vamos a ver de que tipo de estudios se nutren las guías y a que se refiere la ESC con recomendación y nivel de evidencia I-A
Uno: Son fundamentalmente metaanálisis.
Lo más que puedo decir es que odio los metaanálisis. Representarán la punta de la pirámide de la evidencia científica, pero a mi me da la sensación de que solo son necesarios cuando no tienes estudios que respondan de forma satisfactoria a una pregunta concreta. Entonces, te dedicas a mezclar churras con merinas mediante procesos estadísticos complejos, que pueden arrojar resultados diferentes en función del método que utilices (Referencia). Peligrosa alquimia estadística.
Dos: De estudios observacionales:
Aunque los beneficios de la AF en la salud cuentan con todo el arsenal de criterios de Bradford Hill, los estudios que relacionan cantidad de AF y beneficios clínicos duros, constatan únicamente asociación e incurren en 2 sesgos que sobreestiman sistemáticamente el efecto de la AF en la mortalidad:
- La asociación epidemiológica puede estar influida por múltiples factores que son técnicamente imposibles de corregir y que tienden a concentrarse en el mismo tipo de personas, y…
- … aunque el diseño prospectivo minimiza en parte esta limitación, sigue siendo posible la causalidad inversa. Te mueres porque te mueves menos o te mueves menos porque te mueres? Probablemente ambas.
Tres: Se basan en cuestionarios.
Tipos de cuestionarios hay muchos. Estos recogen de forma más o menos grosera la intensidad, el tiempo, la frecuencia, el tipo de ejercicio y el dominio o contexto en el que se realiza la AF (tiempo libre, trabajo, desplazamientos, actividades cotidianas). Sin embargo, se sabe que este tipo de cuestionarios recogen muy mal la realidad. La gente no recuerda lo que hace, no entiende las preguntas, contesta lo que se supone que tiene que contestar, cambia de hábitos durante el seguimiento… Sea por lo que sea, se sabe que son herramientas altamente imprecisas cuando se trata de hacer ciencia (ref 1 y ref 2).
Cuatro: Se basan en intensidades absolutas.
Se asigna una intensidad absoluta a un tipo determinado de AF sin tener en cuenta la persona que lo realiza. Normalmente ligera, moderada o intensa en función de si a dicha actividad se le supone una potencia aeróbica superior o inferior a los 3 y 6 METs respectivamente (ref 1 y ref 2).
La ausencia de rigurosidad es brutal. No solo puede ser errónea la asignación de una potencia absoluta a una actividad determinada, también ignora lo diferente que puede ser la exigencia relativa de esa actividad para un fumador sedentario de 60 años y para un joven de 35 años que se ejercita con regularidad.
Solo un ejemplo que traduzco literalmente de las guías: Las intensidades más habitualmente estudiadas son moderada (que equivale en esfuerzo a caminar a paso ligero 4-6.5 km/h) e intensa (equivalente a correr o trotar). Una persona joven y en buen estado de forma puede correr a intensidad ligera, a intensidad moderada y a alta intensidad. Mientras tanto, a un señor bajito, obeso y fumador se le desencajan las caderas y los pulmones caminando a 6 km/h. Esto es lo que miden los estudios.
Se pretende cuantificar la AF con unas herramientas que, lo siento, pero no sirven para ese propósito.
Y no solo eso. La imagen central de las guías nos muestra la asociación epidemiológica entre la AF y la supervivencia.

Fijaros donde queda la franja de los 150-300 min de AF moderada. Alguien ve un punto claro en la curva para establecer los umbrales de 75, 150 y 300 minutos de AF de intensidad?
Entonces porque esas dichosas franjas de “X” minutos de las recomendaciones que repiten todas las sociedades científicas como loros?
- Para beneficios sustanciales en la salud deben realizar al menos 150 min y hasta 300 min semanales de AF de ejercicio aeróbico de intensidad moderada, o de 75 a 150 min semanales de ejercicio aeróbico de alta intensidad o …
- Hay beneficios adicionales por encima de los 300 min de ejercicio aeróbico de intensidad moderada.
A esto se refiere la ESC con nivel de evidencia A.

No es que no sea cierto. Es solo que es tan cierto como arbitrario, y no más cierto que cualquier otro punto de corte elegido al azar.
Bajo mi punto de vista, lo único que se puede concluir del abrumador aluvión de estudios epidemiológicos es que:
- No es posible saber cual es la mejor combinación de intensidad, dominio, volumen, frecuencia y tipo de ejercicio, ni la verdadera aportación de la AF al pronóstico vital.
- De forma muy reproducible, hacer más se asocia a más beneficios que hacer menos o que no hacer nada, que suele ser la alternativa.
- La mayor parte del beneficio pronóstico está en la franja de los volúmenes más escasos de AF. Estos volúmenes se encuentran en la zona de lo que se podría conseguir con un estilo de vida activo.
- No está del todo claro el límite superior de la efectividad o el nadir de una posible curva en J, que el comité de expertos no encuentra hasta volúmenes de 30 METs-h/sem (medidos de aquella manera) y que si se han constatado en estudios epidemiológicos con volúmenes mayores.
Y con esto nos tenemos que manejar. Afinar más en la posología es pretender demasiado.
Simplificando lo insimplificable:
Que es mejor. 2, 4 o 6 días a la semana? Correr, nadar, andar en bicicleta o combinar? Cuanto aporta una actividad laboral vigorosa o el tipo de actividad cotidiana? Ningún estudio tiene en cuenta todas estas variables. Fundamentalmente comparan más con menos, pero no las distintas formas de combinar distintos dominios (trabajo, actividades domésticas, tiempo libre, desplazamientos), intensidades, tipos de ejercicio, aptitudes o la combinación de distintas intensidades, tiempos y frecuencias para un mismo volumen. Tampoco tienen en cuenta la influencia de los componentes social y lúdico, el entorno en el que se practica la AF, etc.
No digo que sea sencillo averiguar cuál es la mejor forma de ejercitarse. Las variables son demasiadas y estudiarlo tremendamente complejo. Pero reducir a METs-h/semana la AF para poder extraer y procesar datos, no soluciona la incógnita en absoluto.
Se simplifica hasta la mínima expresión una respuesta multiorgánica extremadamente compleja sujeta a un sinfín de variables.

Este punto enlaza muy bien con el último, pero voy ha hacer un paréntesis para mencionar una limitación importante que les veo a las guías. Es la parte en la que hay que trasladar las recomendaciones a la población. Y que las entienda.
Centradas en la población más que en el individuo
Las guías americanas mencionan 2 formas de prescribir la AF:
Por la intensidad absoluta: Una vez más, por tipos de ejercicio a los que se asignan intensidades que caen en franjas delimitadas por los 3 y 6 METs.
Por la intensidad relativa:
- Utilizando una escala con la que el individuo puntúa del 0 al 10 la sensación subjetiva de esfuerzo. Aunque existe bastante variabilidad en la forma en la que las personas puntúan el esfuerzo, es bastante mejor que las dichosas intensidades absolutas.
- Aún mejor es el test de la conversación. Si puedes hablar, pero no cantar, estas realizando AF de intensidad moderada. Y si no puedes hablar sin cortar las frases, estás realizando una AF intensa. Sencillo de trasladar al paciente y que tiene en cuenta un correlato fisiológico con las intensidades relativas. Tiene sus limitaciones pero, sin duda, es el mejor de los métodos que proponen.
Las intensidades absolutas y las relativas se solapan mucho en la población general. Por eso, si solo puedes emitir un único mensaje y dirigirte a toda una población con un problema general de déficit de AF, las intensidades absolutas vienen muy bien. Es la forma de conseguir el mayor impacto pronóstico en esa población con un único cartucho. De ahí la idea tan extendida de que caminar a paso ligero es el mejor ejercicio. Puede que sea cierto como único consejo para un grupo grande de personas, pero mandar a pasear a paso ligero a una persona sana de mediana edad es lo mismo que mandarle a paseo o a freír espárragos.
Cualquier prescripción de ejercicio basada en intensidades absolutas es una forma más de simplificar pero, sobre todo, una auténtica aberración cuando se trata de aconsejar en el uno a uno de la consulta.
Para muchas personas las supuestas intensidades moderadas pueden resultar muy intensas y caer por encima del umbral de la “seguridad”, mientras que para otras, esa misma intensidad puede no alcanzar el umbral de la efectividad. Para mi por lo menos, esto es clave.
En las guías si que se hace mención a la preferencia de las intensidades relativas o a la necesidad de adaptar las intensidades en los distintos individuos pero sin ninguna duda, no se le da la importancia que se merece.
En las key guidelines no se hace constar esta distinción y en la versión resumida de JAMA se hace una sutil mención indirecta a la progresión a medida que te acondicionas. Sin embargo, no es posible ver con claridad la preferencia de las intensidades relativas frente a las absolutas. Tienes que irte a la página 60 de la versión final de las guías para ver como adaptar las intensidades absolutas a relativas y a la página 109 para una explicación fisiológica bastante superficial de las intensidades relativas.
Es tan poca la importancia que se le da a este matiz, que la ESC ni siquiera menciona intensidades absolutas y relativas. La OMS, no se si por descuido o porque es médico del mundo y no de las personas, va un poquito más allá y se refiere solamente a las intensidades absolutas.
Diría que el público diana de las guías son los profesionales de la AF y sanitarios (quizás también determinadas figuras políticas o con poder). Estos son los profesionales con la capacidad de trasladar las recomendaciones a la población. Asumo que los profesionales de la AF tienen este punto dominado, pero apostaría que, entre los demás…
- prácticamente ninguno va a leerse la página 60 y la 109,
- la mayoría no conoce la explicación fisiológica de las distintas intensidades,
- algunos (unos pocos) le darán la importancia suficiente y sabrán adaptar las intensidades absolutas a relativas con mensajes prácticos como el test del habla o la percepción subjetiva de esfuerzo. No voy a hablar de las frecuencias cardiacas y el pulsómetro porque hay mucho contenido y, posiblemente, una entrada dedicada exclusivamente a ello.
- Eso sí. Muchos serán capaces de repetirte con detalle la coletilla de las intensidades y los minutos.
Pero vamos a suponer que el profesional conoce los principios de la prescripción de ejercicio y consigue, no solo que el sujeto que tiene delante le entienda, sino también convencerle de que cumpla con la receta de ejercicio físico con las intensidades personalizadas…

Supongamos que tanto la de la izquierda como los de la derecha cumplen de la misma manera con las recomendaciones…
…Siguen faltando mensajes importantes si lo que quieren es recomendar la AF más lógica y saludable
El aspecto final de las recomendaciones es tan sintético que se le parece más a un tratamiento de radioterapia que a un consejo médico sensato sobre algo tan natural como lo es la AF.
Creo que no es necesario que explique porque a la dichosa receta de los minutos y las intensidades, le falta mucho para parecerse a la forma más saludable de ejercitarse.
Retomo el punto 2 con la fotografía de los árboles y el bosque.

Me da la sensación de que hay demasiados expertos distraídos con demasiados estudios epidemiológicos y sacando demasiadas conclusiones cuantitativas para fabricar unas recomendaciones demasiado sintéticas que, por otro lado, no prestan demasiada atención a la forma natural en la que se ha ejercitado el ser humano durante toda su historia. Ensimismados con árboles inertes y procesados, vamos a terminar por no ver el bosque.
Es cierto que el tono general de las guías es bastante más moderado que el aspecto final tan categórico de la receta y que la recomendación IA de las guías de prevención de la ESC. Pero es evidente que le faltan mensajes importantes si lo que quieren es recomendar una AF enriquecedora y muy saludable.
En la próxima entrada hablaremos de la guarnición, la s@l y el picante que necesita la AF para ser plena…

… y el la última entrada de la serie intentare razonar cual es, bajo mi punto de vista, la forma más adecuada de prescribir ejercicio físico en el uno a uno de la consulta para intenter obtener el máximo beneficio del ejercicio físico.
Otras entradas de la serie:
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